Caminante
21/03/11 17:38
Ha comentado en el artículo ¿El país más preparado del mundo?
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Ese es el problema cuando se tiene en una central nuclear a personas que no saben lo que hacen. En Japón existe un extremo respeto jerárquico. Y como siempre, mientras no ocurre nada, el director ahorra en todo lo posible para disminuir los costos.
Lo del embudo es correcto, es cuestión de física de los fluidos elemental. El proyecto cayó desde un principio en manos equivocadas en su concepción y en su dirección. Fukushima es un fracaso técnico y de dirección.
Lamentablemente se ha dado aquello que mas hemos temido. A pesar de todas las estadísticas, el parque atómico ha fallado.
Y es exactamente ese incidente de probabilidad estadística mínima, el que siempre nos tiene que interesar. Ya que cuando ocurre, se vuelve incontrolable y biológicamente insoportable.
La gente no es consciente de ello, simplemente porque no es informada. Es que no aprendemos a no cruzar una autovía si vives en frente de ella? Es que no es recomendable aprender a nadar, si vives en frente de un lago o río?
A quién en Fukushima le interesa en estos momentos lo que han aprendido en la escuela? La mayoría no ha comprendido las fórmulas de física aprendidas de memoria o la tabla periódica en química. Pero estoy seguro que a muchos les haría falta en estos momentos el saber como leer e interpretar un contador Geiger.
La historia nos ha enseñado: en Chernobyl. La mayoría de las personas interpretan un accidente atómico como si se tratase de uno puntual, tanto temporal como físico. Como si fuese un accidente de tráfico; afectados son sólo los protagonistas y con suerte salen sólo heridos.
Pero no es así. En un accidente de una planta atómica se ven afectadas la vida y la naturaleza en el entorno en sus bases, con un margen y efecto multiplicador en el tiempo. Es como en todo proceso natural e incluso económico: es una pirámide invertida. En un principio existe un número “aparentemente” reducido de afectados, de fallecidos y destrucción. Pero las consecuencias se observan al cabo de décadas. La pirámide se ensancha, los afectados, malformaciones y el daño aumenta.
Un accidente atómico es una sacudida, un atropello de la biología en sus bases. Los radio nucleidos emitidos en el ambiente se aspiran en el aire, se beben en el agua y se comen en los alimentos. Todas estas fuentes son tomadas con efecto inmediato, perpetuo y sus consecuencias son hereditarias, ya que nuestro cuerpo las incorpora como parte o un todo de nuestros bloques de células.
La herencia de malformación genética llevada a cabo por los nucleidos artificiales se dan a mostrar como muy pronto al cabo de 10 generaciones. Estamos hablando de 200 a 300 años (probabilidad de la mezcla y encuentro de los genomas humanos).
Para Japón se cumple como en Chernobyl: no existirá un “luego” de Fukushima, sino un “con” Fukushima. No existe una normalidad, sino una “aparente” normalidad.
Japón no necesita ayuda financiera. El BoJ imprimirá lo que sea necesario, ha tenido el OK del FMI. Japón necesita otro tipo de ayuda, como es dar acojo a los niños y jóvenes lo más lejos posible de Fukushima y si es posible de Japón.