A pesar de que persisten los casos de contagio de Covid-19, las perspectivas de la economía mundial han mejorado, impulsadas por la efectividad de la vacuna, el gasto significativo de los gobiernos y la capacidad mejorada de los países y las compañías para adaptarse y seguir operando. Precisamente, dicha adaptación ha brindado a las empresas una oportunidad para la digitalización, que podría ayudar a las economías a ser más productivas a largo plazo.
Por otro lado, el rápido despliegue de las vacunas contra el Covid-19 en China no sólo es una buena noticia para la economía nacional, sino que también podría suponer un fuerte aumento de las exportaciones de tratamientos a otros mercados emergentes. Esto ayudaría a los mercados emergentes que hasta ahora se han quedado atrás en la carrera de la vacunación. Asimismo, la dinámica geopolítica también podría hacer que el G7 impulsara sus propios objetivos de suministro de vacunas al mundo emergente.
Y, si esta pandemia ha puesto la atención en el gasto sanitario, no podemos olvidar que el envejecimiento de la población hará que se siga destinando cada vez más recursos a la asistencia sanitaria y las pensiones.
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