Las ciudades consumen una gran cantidad de recursos y generan gases que contribuyen al efecto invernadero, por lo que tienen por delante el reto de transformarse para hacer frente al cambio climático. En el caso de ciudades con un patrimonio artístico, cultural e histórico, el reto se complica.
La retroadaptación busca que las ciudades europeas sean un ejemplo de sostenibilidad sin sacrificar su patrimonio. Esta es una tarea compleja, ya que cientos de ciudades europeas cuentan con una existencia milenaria, la cual ha moldeado a cada una de ellas con una personalidad y un legado únicos.
Retroadaptar es poner en práctica un conjunto de acciones urbanas orientadas a la sostenibilidad de este tipo de ciudades. Las actividades incluyen modificar directamente la estructura de las mismas, mediante intervenciones financieramente viables que permitan mejorar la eficiencia del entorno edificado, . Sin embargo, el principal problema de todas estas adaptaciones pasa por conservar el patrimonio, en especial si los cambios a acometer van a ser radicales.
Así, han ido surgiendo diferentes proyectos para adaptar las ciudades de la UE. Los objetivos pasan por mejorar los edificios para hacerlos más eficientes y reducir su consumo, ya que estos suponen una tercera parte del gasto energético. El reto es inmenso. Así, por ejemplo, el Reino Unido debería adaptar 1,5 viviendas por minuto para lograr el objetivo de conseguir que sus ciudades sean eficientes de aquí a 2050. Pero ¿qué es lo que está haciendo España al respecto?
Proyectos para convertir las ciudades en smart cities
Algunas ciudades españolas ya cuentan con proyectos para su retroadaptación, impulsados por la UE, que combinan iniciativas y financiación pública y privada. Uno de ellos es el proyecto Growsmarter, que apuesta por transformar Barcelona en una verdadera smart city, poniendo a prueba 12 tecnologías que contribuirán a cambiar su futuro. Se busca reducir en un 60% el consumo energético, retroadaptar los edificios construidos entre los 60 y 70, y crear barrios de bajo consumo en toda la Ciudad Condal.
Por su parte, el proyecto Remourban pone el foco en Valladolid. La idea es convertir la ciudad en un entorno en el que las TIC, la producción, el transporte y el consumo de energía sean un todo eficiente. Para esto, la retroadaptación de los edificios y el entramado urbano es vital; al igual que lo es una mejora de la red de distribución eléctrica.
