Aznar ha tenido y tiene ciertos defectos difíciles de digerir.
Pero decir que la gestión económica de Aznar deja bastante que desear me parece excesivo. Al menos había una gestión económica y se sabía a qué se jugaba.
Recordemos donde estaba el déficit público y el desempleo cuando llegó y donde lo dejó.
La bajada de tipos de interés a porcentajes irrisorios no es obra de Aznar. Esa hay que apuntársela a los tarugos del BCE. Su mensaje fue claro: si no te empufas eres gilipollas.
Aznar tiene su parte de culpa en la burbuja inmobiliaria por no sólo mantener las deducciones por adquisición de vivienda que otros inventaron antes de su llegada , sino por incrementarlas; del mismo modo que sí aportó su granito de arena a la precariedad laboral, pero no olvidemos quien fue el que abrió el melon.
Y no deja de ser curioso que quien hace un par de años afirmaba que eramos los campeones de la economía del mundo mundial y que los que no lo veían así eran antipatriontas, después de apuntarse el tanto de lo que hicieron otros y subierse a su carro, ahora venga con el cuento de que si todo está muy mal es por culpa de los que le precedieron.
El modelo de crecimiento basado en la deuda no es obra exclusiva de ningún gobierno, han sido muchos los que han contribuido generosamente a ello.