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Valores tóxicos en televisión

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#1

Valores tóxicos en televisión

Publicado en el diario PÚBLICO, 17 de septiembre de 2009

Existe una amplia sensibilidad en la sociedad civil y en la vida política de nuestro país hacia los problemas que crea la contaminación ambiental. Esta sensibilidad ha generado una demanda popular para que las autoridades públicas, en nombre de todos, intervengan para evitar la contaminación atmosférica tomando medidas preventivas para evitarla.
Un tipo de contaminación que no tiene todavía mucha atención mediática en España, y por lo tanto no ha tenido suficiente prioridad por parte de la clase política, ha sido un tipo de contaminación en la que la televisión es parte del problema. Me estoy refiriendo a la contaminación de valores tóxicos, es decir, valores que distribuidos y promocionados a través de la televisión entre la población crean patología. Los programas televisivos (y muchos otros medios también) promueven constantemente valores que son dañinos para la población. Entre ellos, los más destacados son la violencia, el racismo, el machismo, el erotismo manipulador, la competitividad darwiniana exagerada, el miedo e inseguridad y otros valores y mensajes, que la literatura científica ha mostrado claramente que crean gran número de patologías.
Según un análisis del contenido de los programas infantiles de las tres cadenas televisivas más importantes de EE.UU. (CBS, ABC, NBC), realizado por investigadores del Instituto de Higiene Mental de la Escuela de Salud Pública de la The Johns Hopkins University, tales programas contienen un número muy elevado de actos violentos, mayor, por cierto, que el existente en los programas para adultos, los cuales presentan violencia física de una persona a otra en cantidades también consideradas excesivas. Tal estudio documentó también que existe una relación clara entre comportamientos violentos y grado de exposición a programas televisivos violentos. La evidencia científica es incuestionable. Tales programas están contribuyendo a crear una cultura que fomenta la violencia en la que ésta se trivializa e incluso se presenta como atrayente y sugestiva.
Otro ejemplo de promoción de valores tóxicos (es decir, que crean patologías) es el estudio llevado a cabo por investigadores de medios de información de la Universidad Pompeu Fabra, realizados en los años noventa para el Instituto de la Mujer de la Generalitat de Cataluña, que analizó la manera como las cadenas televisivas en Cataluña proyectaban a la mujer en sus programas. Tal estudio, que nunca se publicó ni se distribuyó, mostraba una visión machista de la mujer, enfatizando una imagen de la mujer como objeto de deseo y placer para el hombre, acentuando su proyección erótica. Así, las presentadoras de programas televisivos, incluyendo los noticiarios, tenían que aparecer sexy, jóvenes y muy escotadas, contrastando con la manera más formal y discreta de vestir de los presentadores varones que no aparecían nunca escotados. Esta situación no ha cambiado. Estos estereotipos, de lo que tiene que ser el hombre y la mujer, crean frustraciones y tensiones. Un estudio realizado por el Instituto de Higiene Mental de la The Johns Hopkins University, antes citado, analizó la proyección de la mujer en las cadenas de televisión en varios países de América Latina, Europa y Norteamérica y mostró que a mayor machismo en la cultura de un país, más escotadas y sexy aparecían las mujeres en los programas de televisión (incluidas las presentadoras de noticiarios). Las más escotadas eran las de América Latina y sur de Europa, y las que menos las del norte de Europa y de EE.UU. Este estereotipo de mujeres como objeto de deseo crea patología. Y la evidencia de ello es abrumadora. Promueve una imagen de la mujer en la que se identifica belleza y atractivo con mujer joven, que atraiga eróticamente al hombre. Esta definición normativa crea gran frustración en aquellas mujeres (la mayoría) que no encajan en los parámetros de la norma de belleza. Un ejemplo más de tal contaminación valórica es la competitividad darwiniana de muchos programas televisivos, que ensalzan al vencedor a costa de derrotar al perdedor. Muchos programas que se definen como “programas basura” son además de basura, nocivos y tóxicos.
Soy consciente de que la respuesta a este artículo será que estoy exagerando el impacto de tales programas en la cultura popular. Pero la mejor prueba de que no exagero es que la propia industria televisiva cobra barbaridades para que aparezca un anuncio de solo un minuto en los espacios televisivos.
Estas reflexiones vienen a cuento de la publicación del cuarto informe anual del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia, que cubre las denuncias recibidas sobre la programación infantil. Es sorprendente el escaso número de denuncias. En Cataluña, el número de denuncias es solo de 125 al año, cuando, de haber una mayor concienciación del problema, debiera haber muchos más. En realidad, la Asociación de Telespectadores Asociados de Cataluña ha publicado un informe muy crítico sobre los programas televisivos, por su falta de sensibilidad hacia la adecuación de tales programas para los infantes y jóvenes. Dudo, sin embargo, que la autorregulación resuelva este problema. Lo que se requiere es un mayor intervencionismo público, que elimine tanta contaminación de valores. Las cadenas de televisión, sean públicas o privadas, utilizan el aire –un bien público- para su transmisión. De ahí que las autoridades públicas tengan toda la legitimidad para intervenir y proteger la salud e higiene mental de la población. Si es aceptable prohibir que se promueva fumar en los programas de televisión, debiera ser igualmente aceptable que se prohíban comportamientos y actitudes tóxicas que dañen la calidad de vida de nuestra población.
Autor:Vicenç Navarro

#2

Re: Valores tóxicos en televisión

B I O G R A F Í A
Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España

Tuvo que exiliarse de España por razones políticas. Ha vivido y trabajado en Suecia (Upsala), Gran Bretaña (London School and Economics, Oxford y Edimburgo) y en EEUU (The Johns Hopkins University) donde ha sido Catedrático de Políticas Públicas y Ciencias Políticas. Fue propuesto como Catedrático Extraordinario de Economía Aplicada por la Universidad Complutensede Madrid y se integró a la vida académica catalana como Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y más tarde como Catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra donde dirige el programa de Políticas Públicas y Sociales patrocinado junto con The Johns Hopkins University, en el que continúa siendo profesor. Ha asesorado a las Naciones Unidas, a la Organización Mundial de la Salud y a muchos gobiernos incluyendo: el gobierno de Unidad Popular de Chile, el gobierno cubano (en su reforma sanitaria), el gobierno socialdemócrata sueco, el gobierno socialista español, los gobiernos tripartitos y “d’entesa” catalanes, así como al gobierno federal de EEUU, habiendo sido miembro del grupo de trabajo sobre la reforma sanitaria la Casa Blanca dirigida por Hillary Clinton. Sus áreas de investigación son: Economia Política, Estado de Bienestar y Estudios Políticos. Ha publicado extensamente (24 libros traducidos a varios idiomas) siendo los más recientes el Subdesarrollo Social de España: Causas y Consecuencias. Anagrama y Neoliberalism, Globalization and Inequalities. Baywood. En 2002, recibió el premio de ensayo de la Editorial Anagrama por su libro Bienestar Insuficiente, Democracia Incompleta. De lo que no se habla en nuestro país.

#3

Re: Valores tóxicos en televisión

"Lo que se requiere es un mayor intervencionismo público, que elimine tanta contaminación de valores. Las cadenas de televisión, sean públicas o privadas, utilizan el aire –un bien público- para su transmisión. De ahí que las autoridades públicas tengan toda la legitimidad para intervenir y proteger la salud e higiene mental de la población. Si es aceptable prohibir que se promueva fumar en los programas de televisión, debiera ser igualmente aceptable que se prohíban comportamientos y actitudes tóxicas que dañen la calidad de vida de nuestra población."
Jawohl, mein führer?

#4

Re: Valores tóxicos en televisión

Intervención del Dr. Navarro en la Subcomisión de Sanidadnov 30La libertad según el liberalismo
Internacional, Neoliberalismo y Globalización, Política Catalana Añada comentariosPublicado en EL PLURAL, 30 de noviembre de 2009
Este artículo señala que el supuesto compromiso de la tradición liberal con la libertad queda cuestionado por el apoyo de la Internacional Liberal y muchos otros partidos liberales a golpes militares y dictaduras. El artículo muestra que lo que el movimiento liberal entiende por libertad es la libertad del capital financiero y empresarial para acumular riquezas a costa del mundo del trabajo.
La libertad del individuo frente al Estado se ha considerado el principio que en teoría ha motivado al proyecto liberal. Los partidos liberales y la Internacional Liberal (de la cual, Convergència Democràtica de Catalunya forma parte) se presentan a sí mismos como los defensores de la libertad, frente a la socialdemocracia, a la cual critican por su excesiva dependencia del Estado, asumiendo que tal dependencia limita la libertad del individuo. De tal postura los partidos liberales derivan sus propuestas culturales, políticas y económicas, desenfatizando la intervención del estado, promoviendo la privatización de las actividades económicas, sociales y culturales, y oponiéndose a su vez a políticas públicas redistributivas. Los programas de Convergencia (CDC) y de la Internacional Liberal, así como de la sección europea de tal Internacional, tipifican lo que estoy describiendo.
Lo que es sorprendente es que este canto a la libertad continúe en la narrativa liberal cuando la experiencia de tal tradición política ha sido tan opuesta a su credo. Fue precisamente el intelectual más famoso de esta tradición, Milton Friedman, definido por el diario liberal estadounidense The Wall Street Journal como “el luchador por excelencia por la libertad” (17.11.06), el que defendió con mayor ahínco la enormemente represiva dictadura del General Pinochet, mostrándola como un ejemplo al resto de América Latina (ver su entrevista a la revista Times 02.02.08). En realidad, la historia de los partidos liberales en América Latina ha sido la historia de apoyos a las fuerzas más represivas de aquel continente. Un último ejemplo de ello ha sido el apoyo de la Internacional Liberal al golpe militar de Honduras nombrando nada menos que Vicepresidente de tal Internacional al golpista Micheletti que lideró el golpe que depuso al Presidente Zelaya, iniciándose una represión en el que los oponentes al gobierno Micheletti han sido asesinados, torturados, encarcelados y (el propio Presidente Zelaya) exiliados. Y, por si no fuera poco, el presidente de la Internacional Liberal visitó Honduras en apoyo del gobierno golpista, un golpe que ha sido condenado (y el gobierno Micheletti considerado ilegítimo) por todos los gobiernos de la UE. Convergencia Democràtica de Catalunya, por cierto, no ha criticado el apoyo ofrecido por la Internacional Liberal a tal gobierno ilegítimo y opresor. Tampoco se ha desvinculado de tal postura otro liberal, Mario Vargas Llosa, que continúa promoviendo su liberalismo en las páginas de El País. Todos ellos continúan callados frente a la farsa de las llamadas elecciones que se están desarrollando en Honduras en condiciones donde los partidos que se oponen al golpe son reprimidos y sus medios clausurados. ¿Dónde están los liberales de España que dicen que defienden la libertad? ¿Los han oído ustedes?
¿Cuál es la libertad que el liberalismo defiende?
Todos aquellos hechos nos llevan a hacernos la pregunta ¿qué es lo que los partidos liberales entienden por libertad? Para responder a esta pregunta basta analizar cuáles son los grupos y clases sociales que se han beneficiado más de las políticas liberales. Y los análisis empíricos dan una respuesta contundente. Las clases empresariales y las rentas superiores son las que se han beneficiado más de tales políticas a costa de las clases populares. La oposición de los partidos liberales a políticas redistributivas del estado, al gasto público que refuerzan la protección social, el énfasis en la reducción de la carga fiscal (sobre todo de las rentas superiores), su hincapié en la desregulación de los mercados laborales (facilitando el despido) y toda su batería de propuestas incrementan los beneficios empresariales e incrementan los ingresos de las rentas superiores a costa de las rentas medias e inferiores. La evidencia existente en la bibliografía científica muestra claramente que a mayor fuerza tiene el liberalismo en un país, más incrementan las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo. Esto es precisamente lo que ha ocurrido en ambos lados del Atlántico durante los últimos treinta años (desde el inicio de la época liberal, con el Presidente Reagan en EE.UU. y Margaret Thatcher en Gran Bretaña). Beneficiar a las rentas superiores ha sido un objetivo de tales políticas, pues asumen que la riqueza que se crea en la cúspide se filtra a todos los demás. Fue el Presidente Reagan el que en su discurso inaugural, lo definió claramente. “Tenemos que favorecer a las rentas superiores, pues la riqueza que se crea en la cúspide se irá filtrando al resto de la sociedad”. El problema con este enunciado es que tal riqueza durante su mandato no se filtró al resto de la población. Al final de su mandato, el 5% de la población de renta superior del país vio crecer su renta un 368%. Para el 90% de la población la renta permaneció prácticamente constante, y para el 40% de la población (de ingresos inferiores), la renta descendió.
El desarrollo de las políticas públicas liberales ha sido negativo para las clases populares también en Europa. Tal como he documentado en otro escrito (La silenciada causa de la crisis. Público. 19.03.09), la masa salarial y los beneficios laborales y sociales han disminuido durante el periodo liberal en Europa. Y la tasa de crecimiento económico en la UE ha sido mucho menor durante tal periodo que en el periodo 1950-1980, cuando las políticas públicas favorecieron el keynesianismo.
Esta situación fue incluso más acentuada en América Latina, donde el crecimiento económico per cápita pasoó de ser un 89% durante el periodo 1960-1980 (época keynesiana) a un 9% en el periodo 1980-2000 (época liberal), consecuencia de políticas económicas liberales (promovidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial), lo cual explica el surgimiento de gobiernos opuestos a tales políticas en la mayoría de países de aquel continente, donde tales gobiernos han sido hostilizados por los partidos liberales que, como ocurrió en Honduras, llegan incluso a liderar golpes militares en contra del cambio. ¿Es ésta la libertad que piden?

#5

Re: Valores tóxicos en televisión

¿ Qué apareció antes ? ¿ El huevo o la gallina ?