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A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

247 respuestas
A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid
A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid
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#121

Re: A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

Y otra más; aparecen los desmanes como setas;
"Ignacio González ‘perdona’ una multa de 90.000 euros a las empresas que gestionan los análisis clínicos privatizados por Güemes"
http://www.elboletin.com/index.php?noticia=70171&name=nacional

#122

Re: A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

Parece que lenta pero inexorablemente los españoles van tomando conciencia de que la privatización de la sanidad en Madrid no se circunscribe únicamente a un tema de los madrileños, sino que nos afecta a todos, menoscabando los servicios que recibimos de nuestros impuestos, derivando una nueva parte de éstos (aún más, si todavía queda algo sin repartírselo) hacia sus bolsillos y el de las empresas privadas afines).

Os dejo el enlace de la noticia desde intereconomía, aunque sea éste un medio que defiende vehementemente la "no privatización", o como les gusta a sus defensores, la "externalización de servicios por parte de empresas sin ánimo de lucro" (¡¡queeeee booniitoooo, queeeeé booniiitoooo...!!!).

"Primera 'marea blanca' a nivel nacional, en defensa de la sanidad pública"
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/politica/primera-marea-blanca-nivel-nacional-pide-defensa-sanidad-publica-20130217

Saludos y defendamos NUESTRA sanidad, NUESTRA educación, NUESTRA justicia..., porque es NUESTRO dinero y NUESTROS impuestos.

#124

Re: A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

"La quiebra de la R-3 y la R-5 costaría al Estado 830 millones de euros"
http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/acierto/empresas-finanzas/noticias/4613056/02/13/La-quiebra-de-la-R3-y-la-R5-costaria-al-Estado-830-millones-de-euros.html

Pues va a ser que no me he confundido. A ver si con este ejemplo aquellos que defienden la "externalización" o "no privatización" de los servicios públicos para que los gestionen empresas privadas (por cierto, que las de la sanidad son la mayoría filiales de las mismas constructoras de autopistas).
Primero ganan pasta a espuertas y cuando la pifian van a sangrar al estado (o sea, los ciudadanos) para que les paguen los supuestos beneficios futuros y que encima las rescaten.
¿A que los usuarios de las autopistas tienen un servicio buenísimo, igual que en los hospitales privados?; vale, pues ahora calculen el sobrecoste del rescate, inyecciones previas, post rescate...?; pues luego no protesten los defensores cuando les crujan a impuestos.
Si los que van a gestionar mi salud son los mismos que lo hacen con las autopistas de peaje, por mi parte que se vayan al cuerno porque son unos ineptos, pero esa ineptitud la pagamos los ciudadanos, p´a variar.
Pero tranquilos, que no vamos a tener que pagar más por nuestra salud y la sanidad seguirá siendo gratuíta, universal y de calidad.

#125

Re: A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

no son ineptos, saben perfectamente lo que hacen, y eso que tienen que hacer, lo hacen bien.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

#126

El saqueo de hoy

Desde hace semanas el noventa por ciento de las noticias políticas que se publican tienen que ver con casos de corrupción. Hechos de ayer convenientemente ordenados y envasados para el consumo masivo. Puestos los altavoces y silenciadores, claro está, a conveniencia del consejo de administración. Y así, indignados con la perfidia de los políticos –ya se sabe que todos son iguales-, sesgados porque se nos invisibiliza al otro gran actor de la corrupción, el corrompedor y entretenidos con los saqueos de ayer, igual perdemos de vista los saqueos de hoy. Ese saqueo que ahora mismo está teniendo lugar, silencioso, constante, sostenido.

Las condiciones óptimas para que se dé un caso de desvío de dinero público es la acumulación de mucho capital en poco tiempo. Por eso no es de extrañar que los tres ejes de la corrupción en nuestro país hayan sido la especulación urbanística, grandes obras y eventos y la gestión de residuos. En todos estos casos se da la circunstancia de adjudicaciones millonarias para un tiempo muy corto de gestión. Ahora bien, si la posibilidad del pelotazo urbanístico se pinchó junto con la burbuja inmobiliaria, la posibilidad de engatusar a los ciudadanos con grandes eventos y obras faraónicas se hizo el harakiri con la austeridad letal y el mercado de las basuras no da abasto –no pretende ser una metáfora, esto- para tanto dinero ansioso por volver de sus paradisíacos lugares y ponerse al servicio del saqueo ¿qué posibilidad queda?

Efectivamente, ese inmenso, poco explotado y enormemente lucrativo negocio de la salud o de la enfermedad de las personas, según como se mire. Y mira por dónde: unos movimientos de capital, un rescate bancario, una amnistía fiscal y unos cuantos eufemismos después, ya tenemos listos para atacar a los depredadores que desde hace años planean su asalto a la sanidad pública. Uno de los mejores modelos del mundo, unas plantillas de profesionales magníficas, un sistema que da la seguridad a ricos y pobres de igualarlos en la salud y en la enfermedad, o al menos de garantizar la igualdad de tratamiento y de trato, en peligro de ser devorado.

No es casual que lo que antes eran constructoras y promotoras, ahora inviertan en empresas de seguros sanitarios o empresas de gestión sanitaria. No es casual que los recortes en la sanidad pública se produzcan con la misma intensidad con la que crecen las llamadas telefónicas a las casas de los ciudadanos ofreciendo seguros médicos privados, donde antes se ofrecían tarifas telefónicas. Ni es casual que algunos políticos que han gestionado la sanidad pública acaben en consejos de administración o vendiendo por precios astronómicos su participación accionarial a grandes empresas de la sanidad privada, que antes fueron adjudicatarias de suculentas privatizaciones, perdón, externalizaciones. ¿En qué estaría yo pensando?

Da igual que las cifras contradigan el discurso oficial de que la gestión privada es más eficiente. No importa que la sanidad del mundo más privatizada –la de Estados Unidos- sea a su vez la más cara, según datos de la OCDE. No importa que la falta de plantilla redunde en perjuicio del paciente, ni que el dinero que la empresa se lleva de beneficio se recorte del presupuesto de la sanidad pública. Y tampoco importa saber las verdaderas cifras, por eso se ocultan. Se ocultan las triquiñuelas de las empresas para cobrar de pacientes que no son de su área, se ocultan las cifras comparativas entre la sanidad de gestión pública y privada, se oculta el envío de pacientes graves a hospitales de gestión pública o índices de calidad asistencial objetivos. Se ocultan porque los políticos privatizadores ya saben el resultado de antemano. Y porque además, el resultado que les importa es el de cuentas y balances de la empresa que les va a agradecer sus servicios.

Para las empresas es un negocio redondo con un pagador seguro. Cuando no ganan lo que pensaban ganar, cierran plantas, se deshacen de personal, extorsionan a la administración, piden un rescate… ¿Quién va a dejar caer un hospital? Al menos por ahora. Fijan los precios, roban pacientes, se deshacen de los desahuciados, crónicos, difíciles, en realidad no son pacientes, ni siquiera clientes – al cliente se le quiere tener contento-, simplemente son una variable más para una buena cuenta de resultados, al mismo nivel que el precio de las gasas y los contrastes.

Nuestra comunidad autónoma fue pionera en los experimentos de la privatización de la sanidad pública. Empezó con la privatización de la gestión del hospital y el área de la Ribera hace más de diez años. Lamentablemente en aquel momento no hubo la masiva movilización del personal sanitario y de los ciudadanos que se ha dado en Madrid. Después vinieron otros hospitales, otras áreas, otros servicios, hasta el anuncio de la privatización de toda la gestión sanitaria que hizo el Vicepresidente Císcar el 27 de abril de 2012.

Ahora se han quitado definitivamente la careta nombrando Consejero de Sanidad a un hombre que viene directamente de dirigir la gestión de una empresa sanitaria privada. Poderoso símbolo de sus intenciones.

Y aunque hoy las tertulias hablen de la peineta de Bárcenas el saqueo continúa. La estrategia a corto y largo plazo es clara. Hoy privatizar, saquear y devaluar la calidad asistencial de la red sanitaria pública. Como consecuencia promocionar el aseguramiento privado de aquellos que todavía se lo puedan permitir. Finalmente, lanzar a los ciudadanos la siguiente idea: si tienes que pagarte un seguro privado ¿por qué tienes que pagar para sostener una sanidad pública de la que no eres usuario? Y entonces habremos llegado a esa sociedad que preconiza la FAES, dividida entre meritorios ganadores y perdedores indefectibles. ¿Es eso lo que queremos? ¿Nos defendemos?

Mònica Oltra
Diputada de Compromís

#127

Re: El saqueo de hoy

Señor presidente, ¿quiénes son los que van a hacer negocio con la sanidad pública?

Las comunidades autónomas gobernadas por partidos de derecha están acometiendo una privatización sin precedentes de la Sanidad pública que sólo conseguirá que unos pocos se enriquezcan a costa de la salud de todos. Si quieres oponerte a esos planes, apoya esta carta abierta en defensa del derecho a una asistencia sanitaria pública, gratuita y universal.

Señor presidente,

El acelerado desmantelamiento del Estado del bienestar que se está ejecutando mediante la política económica de austeridad a ultranza tiene su capítulo más despiadado en la privatización de los servicios de Sanidad pública, puesto que está afectando a los sectores más indefensos de la sociedad: los enfermos, especialmente los crónicos; los jubilados y personas de la tercera edad en general; los niños que viven por debajo del umbral de la pobreza; las madres solteras y/o adolescentes; las familias con todos sus miembros en paro; los inmigrantes...

Para todos ellos, los recortes del gasto de Sanidad , que están preparando la privatización de esa prestación social, les supone una degradación considerable de su ya dramática situación en medio de esta gravísima crisis económica. Bajo la justificación de "garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario público", las autoridades autonómicas de Madrid, Catalunya, Valencia, Castilla-La Mancha y otras comunidades han aplicado drásticas restricciones del derecho de atención universal y gratuita a todos los ciudadanos, excluyendo a los inmigrantes irregulares, estableciendo copagos farmacéuticos (ahora recurridos ante el Tribunal Constitucional, sin que se hayan devuelto las cantidades ya abonadas por los pacientes), adjudicando importantes servicios (como los de análisis clínicos) a empresas que actúan en función de su beneficio económico , cerrando centros de urgencia y entregando la gestión de centros médicos a las corporaciones sanitarias privadas.

Todo ello se pretende justificar con la supuesta superioridad de la gestión privada sobre la pública en cuanto a competitividad, rentabilidad y eficiencia. Pero en ningún caso se ha demostrado que la sanidad privada resulte ser más barata que la pública; todo lo contrario, tanto en España como en otros países (EEUU, Reino Unido , etc.) se ha comprobado que el servicio sanitario privado sólo es rentable cuando se derivan los pacientes graves y crónicos hacia una asistencia médica pública que asume los grandes gastos consiguientes. Y cuando las empresas privadas fracasan y se arruinan, entonces son también rescatadas a costa del erario público .

Lo único que es incontestable es que la privatización de la Sanidad acaba generando grandes ganancias a las empresas que reciben las concesiones (el caso estadounidense es paradigmático de cómo esa imposición ideológica ultraliberal le sale carísima al Estado), al tiempo que deja desatendidas a las capas más desfavorecidas de la sociedad. Por tanto, el empeño de los políticos neoliberales en entregar la atención sanitaria a intereses privados sólo puede corresponder a la intención de que unos pocos se enriquezcan a costa de la salud de todos .

En consecuencia, los que apoyamos esta iniciativa reclamamos que, como máximo responsable del Gobierno de España, responda públicamente a la pregunta que se hacen todos los ciudadanos:

SEÑOR PRESIDENTE, QUEREMOS SABER:

¿QUIÉNES SON LOS QUE VAN A HACER NEGOCIO CON LA SANIDAD PÚBLICA?

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

#128

Re: A propósito de la privatización de la sanidad en Madrid

ENTREVISTA A RAFAEL BENGOA
"El impacto de las medidas de Mato sobre la salud va a ser muy grande"
El exconsejero de Sanidad vasco que asesora a Obama en su reforma del sistema sanitario estadounidense critica los copagos y la privatización

PAULA DÍAZ Madrid 22/02/2013 07:00

Venezolano de nacimiento, vasco de adopción, médico de profesión y político de vocación. Rafael Bengoa (Caracas, 1952), uno de los padres del Osakidetza (el servicio vasco de salud), es un firme defensor de la sanidad pública. En su comunidad, de la que fue consejero del Gobierno de Patxi López -entre 2009 y 2012-, estableció un modelo asistencial mejorado, basado en el trabajo común de la Administración pública, los profesionales sanitarios y los pacientes. "Es un modelo que ha servido para la derecha en unos países y para la izquierda en otros, pero en España sólo preocupa el discurso ideológico y las políticas cortoplacistas", critica, en un tono afable y pausado, más propio de un profesor que de un político. Tal vez por eso, por su capacidad para enseñar, hasta el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, le ha fichado como asesor para que le indique, sobre todo, "lo que no debe copiar de España". Bengoa, que el pasado sábado asistió a la I Jornada Nacional de Gestión Sanitaria de Afem, charló con Público antes de continuar su andadura internacional.

¿Es cierto, como afirma el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, que privatizar los centros sanitarios públicos permite el ahorro de fondos públicos?

No hay nada que indique que la gestión privada de hospitales públicos sea más barata; ningún documento ni internacional ni nacional legitima esa decisión en términos técnicos. Lo que sí hay es un movimiento político en el que no hay suficiente información técnica sobre este asunto. Y tanto la izquierda como la derecha deberían posicionarse con respecto al sistema sanitario en función de esa información y no en función de lo que les pide el cuerpo en términos ideológicos.

"No hay ningún documento que justifique el ahorro de la privatización"
En Suecia, donde sí se ha evaluado un ejemplo de privatización sobre un 6 o un 7% de la población, la información obtenida indica que al sector privado no le interesan ni los enfermos complejos y caros, ni instalarse en zonas rurales, ni hacer medicina preventiva. Y viendo eso, que el sector empresarial interesado empieza a poner condiciones de dónde le interesa instalarse o no, está claro que contradice por completo nuestra lógica de sistema nacional de salud donde el acceso debe ser uniforme.

¿El sistema público de sanidad es tan caro como dicen algunos? ¿Tiene España el mejor sistema de salud?

En España hay muy buena cobertura pública y no es necesario pasar a otra cosa. Pero aquí se ha pasado artificialmente de decir que tenemos una recesión económica -cosa cierta- a dar a entender que hay recesión en el sistema sanitario y esto no es cierto. Ni hay recesión ni el sistema es insostenible, aunque lo será si seguimos igual. Nuestro sistema público, que se mantiene alrededor de un 8% del PIB, es un sistema bien rentable en el ránking europeo y mundial en relación con los resultados que está obteniendo, muy satisfactorios en el ámbito clínico, en Atención Primaria, en prevención, en vacunación, en cómo controlamos las gripes y las enfermedades emergentes. Aun así, yo no creo que haya nada que se llame "el mejor sistema de salud del mundo", es importante que no entremos en la complacencia. Sí que hay que entrarle al sistema actual, pero no privatizando, sino transformándolo, que son dos líneas completamente diferentes. Los gobernantes lo que deben hacer es precisamente lo contrario: proteger la educación y la sanidad cuando hay una plena crisis.

"Los gobernantes deben proteger la sanidad y la educación, precisamente, en plena crisis"
¿Qué propone usted para esa transformación del sistema público?

Hay dos grandes implicaciones que no se han hecho en esa transformación del sector público que habría que hacer. Descartando la privatización, no por ideología de izquierda o de derecha, sino porque no hay nada que indique que eso mejora la calidad de la sanidad ni sale más barato, lo que nos queda es flexibilizar el sistema. El sistema está excesivamente burocratizado, con una Administración Pública trasnochada para gestionar una cosa que necesita muchísima agilidad. Hay que dar más margen de maniobra a los directivos para que puedan mover personal y que no esté todo tan condicionado a un contrapoder sindical. Nosotros tenemos que pensar en los pacientes y para ello necesitamos más flexibilidad y abrir vías en dos grandes bloques: el empoderamiento de los pacientes y el empoderamiento de los profesionales.

Y en ello se basa el modelo que usted ha implantado en Euskadi, ¿cierto?

En Euskadi también hemos hecho ajustes presupuestarios y hemos reducido sueldos, hemos apostado por los medicamentos genéricos y desinvertido en tecnología, pero también hemos implantado una gestión proactiva con los enfermos crónicos, haciendo de los pacientes y de los profesionales unos compañeros de viaje que nos ayudan [a los poderes políticos] a transformar el modelo de gestión a medio-largo plazo y no sólo hasta el fin de la legislatura. Y la experiencia nos dice que cuanto más participan pacientes y profesionales en la red sanitaria, mejor nos va en gestión financiera, en reducción de la mortalidad, en satisfacción de los pacientes y, por tanto, en el incremento de la calidad del sistema. Por eso, a veces el político tiene que decir "no sé", aunque duela, y dejarse ayudar por quienes sí saben.

"A veces el político tiene que decir 'no sé' y dejarse ayudar por quienes sí sabenSu modelo ha funcionado, pero fue muy criticado en su momento por decir que los pacientes tienen que ser corresponsables de la gestión. ¿Nos hemos acomodado demasiado y abusado de la sanidad pública?

Sí, nos hemos acostumbrado a que nos lo den todo hecho. Pero es el sistema el que tiene que activar a los pacientes. Ahora tenemos un trato muy paternalista con ellos. Decimos "toma esto y vuelve en tres meses" o "te voy a operar el miércoles", sin preguntarte siquiera si tú quieres operarte. Pero es importante lo que tú haces cuando no estás con nosotros [los médicos]. Los enfermos crónicos, entre otros, se tienen que autogestionar mejor, pero para ello tenemos que ayudarles, estar en contacto con ellos y no ponerles barreras como el copago, que sólo le dice al paciente que estorba y que cuanto menos venga, mejor. El otro modelo posible es el "te voy a ayudar", con procesos educativos, porque hay mucha información que indica que la corresponsabilización de los pacientes da mejores resultados. Pero esto, en España, en general, no lo hemos hecho bien. En el País Vasco una de las medidas fue crear un multicanal que está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para que los ciudadanos puedan llamar, hacer preguntas y resolver sus dudas sobre cómo tomar una medicación o lo que sea. Ese es el sistema de medicina no presencial, pero también hemos potenciado la prescripción de seis o siete intervenciones educativas, a las que los pacientes acuden en grupo y aprenden unos de otros, y de los profesionales, en lugar de prescribir sólo medicamentos. Con ello conseguimos un ahorro de entre el 8 y el 21% en un medio plazo, así que es algo relativamente fácil de hacer.

"El copago sólo le dice al paciente que estorba"¿Es la medicina preventiva otra de las fórmulas para ahorrar a largo plazo?

Sí sería más barato, pero es muy complicado implantarla. En vacunas es evidente que se ha ahorrado millones gracias al proceso de vacunación de pequeños y mayores pero aún estamos descubriendo cómo hacer bien las medidas de promoción de la salud, de hábitos y estilos de vida saludables. Sabemos regular bien el tabaco, una historia de exitazo, pero la obesidad va a ser la crisis de salud pública más importante de las dos próximas décadas. Porque más obesidad quiere decir más cáncer, más diabetes y más problemas cardiovasculares, que son tres de las cuatro afecciones que más nos matan. Y el estilo de vida de hoy en día no es saludable, porque un estrés ligth es positivo, pero cuando lo cronificas no, y los jóvenes, por ejemplo, no hacen proyección de riesgo de futuro y siguen con sus comportamientos de riesgo.

Volviendo al tema de las privatizaciones, ¿es cierto que las empresas que gestionan hospitales no quieren a los pacientes caros?

La selección de riesgos está probada en dos estudios en Suecia y, sí, eso ocurre en el sector privado. Pero incluso en España, en un seguro privado no te cogen si tienes 65 años, ni si tienes 40 pero muchas enfermedades. ¡Imagínate traspasar eso al sector público! No podemos decir que eso esté pasando ya, pero se puede intuir en otros países y es por eso por lo que los americanos quieren alejarse de un modelo donde hay selección de riesgo. En EEUU, a partir del 1 de enero de 2014, los seguros privados estarán obligados a cubrir a toda persona que les elige.

"En EEUU se gasta más y tienen peores indicadores de salud que en España"
¿El sistema sanitario de EEUU, privado, es más barato que el nuestro?

No lo es y, además, tiene peores indicadores de salud en vacunación, en todo lo preventivo, peor cobertura y en casi todos los grandes indicadores clásicos como mortalidad materna o mortalidad infantil va peor que nosotros. Tiene mejores resultados en cosas de muy alta tecnología, pero esos procesos sólo son accesibles para aquellos que se lo pueden pagar. Y por ello están haciendo esta reforma de su sistema y es por eso por lo que miran a Europa y a España, para ver cuáles son sus puntos fuertes.

¿Cuál es su labor como asesor de Obama?

Yo allí digo justamente cuáles son los puntos flojos de España, lo que ellos no deben copiar.

Que son...

No hay visión, no hay un relato de gestión adecuado. Un consejero o un ministro debe poder decir cómo ve el sistema dentro de 10 años. Y a eso hay algunos que saben contestar y otros que no.

En su intervención en las jornadas de Afem, el pasado sábado, lanzó una pullita contra las tres últimas ministras de Sanidad [Ana Mato (PP), Leire Pajín y Trinidad Jiménez (PSOE)]. ¿A qué se debe? ¿Debe/debieron abolir la ley privatizadora de 1997? ¿Es necesario un pacto por la Sanidad?

Nadie se atreve a meterse con los partidos grandes, ni con otros tampoco. Todos legislan en un corto plazo, reaccionando a lo que está haciendo el otro mal sin poner una propuesta de visión nueva encima de la mesa para mejora la sanidad. Sólo dicen "todo tiene que seguir como hasta ahora" y eso no es una propuesta. Si yo me atrevo a meterme con las tres ministras con las que he tenido contacto en el Consejo Interterritorial [reunión entre el ministro y los consejeros de Sanidad de todas las comunidades] es porque no están a la escucha de las muy buenas soluciones que hay por toda España, que las hay, y no sólo en el País Vasco. Pero ni en la izquierda ni en la derecha están al día de la evidencia científica de la organización de la gestión de servicios, simplemente están en un discurso ideológico, cuando lo que hace falta es estar en aprender de las respuestas y soluciones que, en otros países, les sirven tanto a unos como a otros.

La izquierda y la derecha están a un discurso ideológico que nos les permite aprender de las soluciones de otros
Y la clave no es la Ley 15/97, sino que hay que evaluar, por gente independiente estas experiencias nuevas de gestión. No tengo que ser yo el que dice lo bien que va el País Vasco, ni Lasquetty lo bien que va Madrid y lo que ahorra o no con la privatización. Tiene que haber un experto con credibilidad que diga, en un ámbito más tecnocrático, por decirlo de alguna manera, "cuidado, que este modelo no está funcionando" o "tiene estas tres cosas positivas". Porque, si no, se queda todo en un ámbito ideológico y político en lugar de uno en el que los ciudadanos puedan ver que esto o lo otro no es tan malo, o todo lo contrario. Es decir, el problema no es la ley ni un pacto por la sanidad que hasta ahora no ha sido necesario y que lo politizaría todo de nuevo, sino que seamos un país que no evalúa la política sanitaria.

En parte de España parece que se quiere ir estratégicamente hacia otro modelo, el privatizador, y es el Ministerio el que debe contratar evaluaciones independientes y comparar cuál es mejor. Pero es interesante el silencio del Ministerio al respecto, que está a otro temas como los copagos y los inmigrantes irregulares.

Usted también se queja, como muchos expertos en gestión, de la falta de transparencia...

"Los madrileños no sabían, al votar a Aguirre, que estaban hipotecando a sus hijos 60 años" Sí, hay una falta de transparencia en el sector en general. Todos debemos ser más transparentes, pero con este tema de la privatización ha sido aún peor. Hay Comunidades en las que sí se puede encontrar información sobre listas de espera y otros datos, pero en otras no. El país no es transparente, ni hacia el público, ni hacia los medios, ni hacia los responsables de políticas sanitarias.

En Dinamarca, mientras pasaron de tener 50 hospitales a sólo 27 en un plazo de 10 años, en Madrid se construían más y en Alemania, mientras Angela Merkel eliminaba el copago farmacéutico, Mato lo implantaba en España. ¿Vamos al revés del mundo?

Sí vamos al revés del mundo. Y se hace por una cuestión de ideología, que va acompañada de una mala planificación sanitaria a largo plazo, porque lo que importa es ganar votos. A [la expresidenta de Madrid, Esperanza] Aguirre le funcionó, pero eso lo van a pagar los madrileños durante 60 años. Y muchos no sabían que estaban hipotecando a sus hijos.

Hay quien dice, entre los defensores de la sanidad pública, que se prefiere privatizar para que el político en cuestión se garantice un cargo en una empresa para cuando deje de ser consejero o presidente de una Comunidad. ¿Qué opina usted?

La puerta giratoria corrupta no debe darse, aunque sí la del conocimiento No creo que sea esa la razón por la que privatizan. No creo en esta teoría de la conspiración. Creo que legítimamente buscan una solución varita mágica, en este caso, la privatización, al problema de la sostenibilidad del sistema, pero no han calculado las consecuencias, igual que ha pasado con el copago, con la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares. Estas medidas son para cumplir el presupuesto, pero el impacto sobre la salud va a ser muy grande. En en el caso de la privatización no creo que se deba a la puerta giratoria, aunque habrá gente que dirá que mi postura es ingenua porque ya ha habido casos.

Yo creo que es bueno que exista una puerta giratoria técnica: que la privada aprenda de la pública y la pública de la privada. Esta, la del conocimiento, sí debe darse, aunque la corrupta, la individual que te hace hacer cosas porque un día quieres estar en un sitio privado, no debe darse. A mí no me parece bueno que una persona esté toda la vida en un cargo público, pero uno no debe tener una puerta giratoria con una empresa con la que ha estado colaborando.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

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