El silencio de los borregos.
La coercibilidad y la creación de leyes son competencia exclusiva del estado que a su vez son ejercidas desde el ejecutivo.
La deseable separación de poderes que tanta sangre costó conseguirla en la Revolución Francesa del 1789, con el devenir del tiempo se ha difuminado, de forma y manera que en la actualidad la mayoria de los ejecutivos de los distintos paises aunan en un alto porcentaje la concentración de los mismos.
La catalogación de jueces conservadores y progresistas para ser elegidos para altas instancias judiciales y el abuso del decreto ley, solo constituyen un par de ejemplos que contribuyen a corroborar esta idea y que en el caso español se manifiesta de manera totalmente recurrente, sin el más mínimo pudor o recato y la más mínima cortapisa.
El gobierno a su vez, se encuentra muy influenciado por grupos de presión que condicionan de manera importante sus decisiones, por no decir que en muchos casos las consensan e incluso imponen.
De lo que se colige que la ley es: "Un acto volitivo consistente en la emanación de la voluntad de la entrepierna, por parte de quien ostenta el poder".
Esa ley en una inmensa mayoria de ocasiones, va dirigida a proteger y beneficiar a ese reducido e influyente lobby y se dá la triste coincidencia de que cuando ese colectivo es beneficiado, la inmensa mayoria de la población termina perjudicada.
Para garantizar esas leyes en caso de conflicto social, el poder se subroga de legitimidad apelando a la soberania popular y recurriendo entonces a la fuerza que le confiere su monopolio coercitivo para solucionar dicha conflictividad .
Esta a su vez surge del fraude resultante que se produce en las promesas electorales que un partido formula para ascender al poder y la aplicación de las medidas contrarias*, de la desigualdad resultante como consecuencia de la privatización de los beneficios de grandes empresas entre ellas la banca y de la socialización de todas sus pérdidas, del enorme despilfarro en obras faraónicas sin ningún uso o con unos costes de mantenimiento inasumibles y en definitiva, de la constatación de que muchos políticos se desentienden totalmente de su responsabilidad con sus electores, para utilizar su cargo en beneficio propio y el de su allegados y afines.
Ese injusto reparto en el cargo del peso de la crisis, en el que las clases más desfavorecidas ejercen de colchón de las más pudientes, como es el caso de la banca que campa a sus anchas impunemente, a dia de hoy no hay un solo banquero en la cárcel y su práctica desmedida en la masificación de los desahucios en connivencia con el poder judicial, por no hablar de las preferentes y otras prácticas, cuando menos, más que dudosas, terminan produciendo una desafección** absolutamente lógica de los votantes con sus electores.
A su vez los partidos mayoritarios en el transcurso del tiempo han venido tejiendo una especie de tela de araña de forma y manera que recogen el mandato del electorado y automaticamente lo trasforman en un cheque en blanco para su gestión, a la par que se revisten de una cuasi inmunidad para quedar exentos de cualquier tipo de responsabilidad, tanto civil como penal y son raras las excepciones a esta regla.
Todas estas prácticas han desembocado en el estado actual de cosas y llega un momento en que la indignación cobra máximos históricos y arremete contra sus representantes, los cuales a su vez se respaldan en el poder recibido del pueblo cuando este se manifiesta a través de las urnas, lo cual seria de lo más legítimo de no mediar todas las irregularidades que venimos comentando en el proceso.
En definitiva el problema se resume en algo tan sencillo como que el poder reivindica su derecho a gobernar sin apenas límites y cortapisas, sobredimensionando y maximizando el mandato de las urnas.
Solución?.......la movilización de la ciudadania para evitar que se prolongue esta situación de indefensión, ha de pasar necesariamente por la lucha en intentar reivindicar controles y poner cortapisas y supervisiones para que el cheque en blanco que se subroga el ganador de las elecciones no sea tal y se transforme en un talón con firma mancomunada.
En ese sentido la expresión “soberanía popular” debe de recobrar su sentido genuino y no como en la actualidad que se trata de un mero eufemismo exento de cualquier tipo de contenido.
Con el silencio y la inmovilización ciudadanas en el transcurso de la historia, seguiriamos bajo el absolutismo, los negros seguirían trabajando en los algodonales como esclavos y el sufragio universal no haria falta desvirtuarlo ya que sencillamente no existiria .
La loa de Rajoy a la inmensa mayoria de los españoles que no se manifiestan habla por si sola, el poder odia la movilización social, la crítica y cualquier interés contrapuesto al suyo, si los españoles le hicieramos caso estariamos protagonizando sin apenas darnos
cuenta el film de la película que llevaria por título: "EL SILENCIO DE LOS BORREGOS".
*Medidas contrarias a la soberania y voluntad popular.
** La desafección viene confirmada por el último sondeo electoral elaborado por Simple Logica y recogido por Europa Press en el que se pone de manifiesto por primera vez un revolcón electoral importante con ascensos muy pronunciados de IU y UpD, en detrimento del PPSOE y una abstención del 47,2%.