Y prosigo contestándote, que tus posts dan para mucho...
No soy muy fan de la ciencia ficción, aunque me encanta pensar que además de nuestra vida, existirán otras vidas anaeróbicas, que no dependan de oxígeno, ni agua, por ejemplo. ¿Quién sabe, si allende aquel agujero negro que dista X (n+1) años-luz del Planeta Tierra no habrá un pequeño planeta con vida inteligente?
El ser humano es un animal de costumbres y también de extremos, lo mismo nos da por plantar árboles que por arrasar un bosque. Gracias a Dios, los incendios forestales van a menos, cada vez menos, probablemente porque el boom del ladrillo ya se escuchó y quedó en un triste eco en la montaña.
Si hace 40 años se puso en pie en la Luna, ¿por qué tanto tiempo después no se va más frecuentemente, en plan charter? Bueno, primero salgamos del atolladero financiero económico en el que nos hayamos y luego ya nos plantearemos excursioncitas interplanetarias...
Sinceramente creo que no debemos entender la enfermedad como un tema tabú. Somos vulnerables con este tema como con el de la muerte, al fin y al cabo es natural ponerse enfermo y morirse es lo único seguro que tenemos. Creo que el miedo atroz a la enfermedad, a la fealdad, al envejecimiento no son más que el fruto de hacer de nuestros núcleos sociales una sociedad con una carestía de valores, de saber discernir lo verdaderamente importante de lo supérfluo. Evidentemente siempre decimos que la salud es lo más importante, que sin ella no tenemos nada, casi ni somos nada, pero entonces, ¿qué valor tiene el sufrimiento? ¿Los enfermos crónicos no sirven para nada?
Obviamente no podemos afirmar ésto y sin embargo, seguimos teniendo miedo a la enfermedad y al dolor. Sin ponerme metafísica y expresar que los malos momentos que todos antes o después tenemos que pasar en nuestra vida, tienen un sentido espiritual y un valor sobrenatural, hay que reconocer que sin fe, también es necesario saber sacarle partido a la enfermedad, a las malas experiencias, a los momentos duros y difíciles. Nos hacen más fuertes, más duros para soportar lo que venga después, si es que también es malo, más valientes, y por otra parte, nos ayudan a valorar más la salud y los pequeños instantes de felicidad que les siguen.
En definitiva, nos hace más persona, más humanos, mejores.
Cuando vives con un perro en casa, supongo que será lo mismo con otras mascotas, aprendes mucho de él. Es la fidelidad hecha animal, es cariñoso, atento, siempre está dispuesto a jugar, a compartir.
Un can vigila tu propiedad, te defiende si alguien te intenta atacar, con su vida si es preciso. ¿Cuántos humanos actuarían así? Creo que contados con los dedos de una mano, quizá sobrarían tres o cuatro dedos, y éso con suerte...
El "Toro Cornudín" no fue el primer avatar que tuve. De hecho "Karlicones" no fue el primer Nick tampoco.
Primero estuve mucho tiempo con el avatar por defecto, el muñequito azul de pensamientos naranjas, por cierto ING ya me ha hecho otra faenita, me tiene "contenta" esta entidad. Entré con mis iniciales como nick, pero un día me olvidé de la contraseña y no he vuelto a poder entrar con aquel perfil.
Luego abrí a "Karlicones", con una fotografía de dos osos amorosos de peluche que tengo en mi casa de Bilbao, que se llaman Pedro y Ana. Siempre me dio por "bautizar" a mis muñecos. Pensé que de alguna manera me identificaban, soy bastante "osa amorosa" con los míos y con quien intenta hacerme daño, puedo dar verdaderos zarpazos, no es que me guste pescar salmones, pero tampoco que se me suban a las barbas.
Cuando entré en Rankia no tenía ni pajolera idea de terminología bursátil. Tenía experiencia de bolsa pero sin ponerle nombre a las cosas. Sigo sin saber demasiado, pero algo es algo. ;-) Entonces me enteré que el oso es la figura bajista de la Bolsa y que el toro era alcista. Así que busqué un toro, pero lo que encontraba estaba íntimamente relacionado con la Fiesta Nacional, y no era esa la imagen que quería dar de mi persona, ya que aunque respeto e incluso podría decir que me gusta la Fiesta, tampoco puedo afirmar que sea una de mis pasiones.
Y de pronto encontré este animal, que realmente no es un toro, pero sus cuernos me gustaron, inspiraban fuerza, animosidad, carácter, valentía, ser alcista en bolsa y además tenía una pose relajada, pacífica, tranquila... Como diciendo al público: "Si no me buscas, jamás me encontrarás, pero si me buscas, no dudes en que embestiré...". De alguna manera me sentí identificada, no tanto así por los cuernos, ya que mi marido es un santo varón... ;-)
Veo que sigues demostrando tu gran inteligencia e intuición. Sin duda, lo que comentas es mi cruzada personal en Rankia. Muchas veces vale más una palabra de comprensión, de empatía, de solidaridad; la sinceridad y la franqueza para contar que a tí también te ha sucedido, que tú también has sido víctima, intentar conseguir que tu interlocutor no se sienta solo, ya que la soledad hace que la herida duela más todavía y no cicatrice, y en ello sigo. Tratar de salvar los ahorros a uno solo de los ancianitos, padres y/o abuelos de los que entran a diario en el foro. Con ello me daría por satisfecha.
Me quedé en Rankia por personas como tú, gente excepcional con gran corazón, con conocimientos, pero sobre todo, con la virtud de escuchar, que parece que quedó obsoleto, con lo importante que es.
¡Cuánto bellaco bocazas solo sabe escucharse a sí mismo! Lo único que pretenden es que les regalen los oídos y ni se molestan en atender el clamor de cariño y comprensión que les solicita su compañero de conversación... A éstos, ni agua. Dices que los seres humanos somos, en conjunto, una maravilla, y lo comparto contigo, pero también hay cada cabrito suelto que arde el pelo...
No lo dudes, cada vez que te leo, cojo más fuerza para seguir. Eres un encanto de persona. ¡Gracias por estar "ahí" y mucha suerte en todo lo que te propongas!
Un saludo cordial y ¡feliz día y fin de semana!