La carrera del WiFi
15 mayo, 2013. Miguel Ángel Uriondo
El mundo móvil está viviendo una revolución silenciosa: la del wifi. Todas las operadoras ven en soluciones wifi soluciones válidas para resolver diversos dilemas en su operativa cotidiana y los usuarios no tardaremos en ver los primeros resultados.
Quizá las empresas más interesadas en que esta tecnología prospere sean las cableras. Ono, Telecable, R y Euskaltel están ensayando distintos sistemas que combinan grandes antenas de wifi desplegadas en grandes centros urbanos con ajustes en los routers de sus clientes que los convertirán, siempre con su consentimiento, en pequeñas antenas colectivas.
¿Por qué las cableras? Se enfrentan a un desafío considerable en el hecho de que, aunque prestan servicios móviles, sus márgenes están atados a los acuerdos mayoristas que consiguen de sus proveedores. Euskaltel, R y Telecable utilizan las antenas de Vodafone y Ono, las de Movistar, y aunque algo ganan con la jugada, su ganancia es escasa.
Así las cosas, para ellas cualquier sistema que les permita reducir lo que pagan a sus proveedores y ganar más por el camino es visto con más interés. ¿Qué pasaría si, con el apoyo de una gran red wifi por detrás, los abonados de estas empresas empiezan a hablar no por las antenas convencionales sino mediante internet con un wifi con calidad de operador sin notar la diferencia? En realidad, es como imaginar que todos los usuarios de móvil, de repente, se pusiesen a hablar utilizando la voz sobre IP de Line conectados a WiFi pero con más calidad, Si muchos de los usuarios hablan entre ellos, el coste para el cablero tiende a cero y se ahorran los minutos que, de otra manera, habrían tenido que pagar a su proveedor.
Esto tiene una ventaja y es que, aunque todavía estas operadoras no tienen del todo claro cómo vender la idea a sus clientes, las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, se puede ofrecer un paquete convergente que incluya fibra hasta 100 megas, navegación móvil ilimitada y seamless si tienes cerca un hotspot de la operadora (algo relativamente sencillo en sitios donde el cable está muy presente), un número modesto de minutos puramente móviles y llamadas ilimitadas fijas y móviles entre los usuarios de la cablera que utilicen esta tecnología. Un producto de este tipo en lugares donde los cableros tienen penetraciones muy elevadas no sólo puede suponer una mejoría en sus márgenes, sino también generar un efecto red por el cuál les compense
Por supuesto, partimos de la base de que hablamos de voz de buena calidad, indistinguible de la que transcurre por las redes convencionales y que vaya pasando por las distintas redes sin que la señal se caiga nunca. En realidad, no deja de ser una gran evolución de algo que apenas caló en España: la tecnología UMA que Ono experimentó con su producto Ono Io hace más de un lustro.
En realidad, veo a las cableras mucho más interesadas en las ventajas del WiFi que en las licencias regionales de 2600 para LTE. Tengo la impresión de que el estudio de costes de ambas cosas arroja resultados totalmente distintos y favorables a la primera de estas opciones. Porque no sólo tiene posibilidades económicas por la descarga de voz y datos al mundo IP y el ahorro de tiempo de antena mayorista. También tiene ventajas por las posibilidades económicas de vender la conectividad a proveedores globales de WiFi como Boingo, o llegar a acuerdos con otros agentes interesados. Apuesto una cerveza con los lectores a que tarde o temprano las redes wifi de todas las cableras serán compatibles en algún grado, de forma que un cliente de R pueda aprovecharse también de los hotspots de Telecable, Ono o Euskaltel.
En algún sitio he leído algún grado de protesta por el uso de los routers wifi de los usuarios para prestar servicios a otros clientes de la operadora. Podría entenderlo si ésta no pidiese permiso o si hablásemos de sistemas como los que utilizaba Fon en tiempos pretéritos, cuando reservaba una parte fija del ancho de banda para prestar servicios, pero las cosas han cambiado mucho.
En primer lugar, cuando tu ancho de banda oscila entre los 50 y 100 mbps, ceder un poco parece menos grave que cuando hablábamos de uno o tres. Pero, lo más importante, es que ahora la entrega de wifi para terceras partes es dinámica y aprovecha sólo el wifi que no se está utilizando. Porque, seamos sinceros, ¿descargamos cosas las 24 horas a máxima velocidad o tenemos un uso ridículo durante buena parte del día con algunos picos en determinados momentos? Mientras en esos momentos de máximo uso nadie utilice nuestra red y se garantice una muralla china para garantizar nuestra privacidad, la promesa de wifi ubicuo en mi ciudad me compensa por el uso que otros puedan hacer de mi router cuando no lo estoy usando.
Y si alguien se cree que las cableras son las únicas que aprovecharán las posibilidades de las que estoy hablando, que se lo piensen. Me consta que Telefónica está planteándose cosas en este sentido, tanto para ofrecer este tipo de servicio ubicuo y sin costuras a sus abonados, como para aligerar la carga de su red en momentos de congestión. Otros agentes con redes de wifi ciudadano, como Gowex, también tendrán mucho que decir.
Hablamos de la cuarta generación móvil y de lo que va a suponer, pero que nadie se pierda a un caballo pequeñito que, a mi juicio, va a tener mucho que decir durante los próximos años. No digo que vaya a ganar la carrera pero, si usamos términos de apuestas hípicas, yo apostaría “al segundo” o “colocado”.
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