Bayer vendió Covestro básicamente porque necesitaba recursos para poder comprar Monsanto (53.000M), no creo que haya ninguna otra historia detrás.
La operación BAYER-MONSANTO tenía y sigue teniendo mucho sentido estratégico, pesticidas y semillas, esto es, cosechar y proteger la cosecha. El nuevo conglomerado va a convertirse en el primer operador del mundo, con un 30% de cuota de mercado y con tendencia el mercado donde opera en convertirse en un oligopolio de tres o cuatro grandes grupos. En cierta medida van a tener la llave de algo tan importante como es la agricultura del futuro, que será básicamente industrial, es decir, transgénica, modificada genéticamente para adaptarla a nuevos entornos climáticos o hacerla simplemente más productiva. Y en el paquete que ofrezca la nueva BAYER incluirá su protección. Es la única forma de poder atender toda la demanda alimenticia de la humanidad, que se espera que se duplique en los próximos 20 años. O vamos por ahí, o hay que reducir drásticamente población y/o alimentación. Sin entrar en debates éticos, creo que es una apuesta segura, y más a los precios a los que cotiza estos meses (64.000M, aunque llegó a estar al doble durante gran parte del 2015), pero a muy largo plazo, posiblemente estemos antes una de las compañías claves para los próximos 15-20 años, más allá de los obstáculos con los que se está encontrando sobre todo en USA (curioso que sólo cuando la ha comprado BAYER los juzgados norteamericanos están fallando contra el carácter cancerígeno de ciertos productos de Monsanto y con grandes indemnizaciones). Por tanto para mí, decisión correctísima y con todo el sentido del mundo, aunque posiblemente haya que esperar años para que la cotización lo refleje
Pero a lo que vamos, pienso que BAYER no se esperaba que COVESTRO fuera a ir tan bien. Me explico, según mis registros, y de forma aproximada, colocó en bolsa en 30% a finales del 2015 por 1.500M (25€/acción), en el 2017 colocó otro 36% por 4.700M (65€/acción), y en 2018 colocó los dos últimos paquetes del 14,2% y 10,4% por 2.200M (76€/acción) y 1.800M(85€/acción) respectivamente, es decir, ha colocado algo más del 90% de la compañía por 10.200M, la media está sobre 56€/acción, más del doble del precio inicial de salida y muy cerca por cierto de los precios a los que cotiza actualmente. Ni que decir tiene que el primer 30% casi las regalaron, por esa razón creo que no esperaban una marcha tan positiva de su spin-off. Pero es que si suponemos que este 2018 vamos a generar una caja similar a la de 2017, que eso parece salvo desplome este cuarto trimestre, en el periodo 2016-2018 se habrán generado unos 5.000M (descontadas ya inversiones), casi la mitad de lo que han obtenido hasta la fecha por la venta de algo más del 90% de la compañía. Y no olvidemos que incluso existía la posibilidad de haber endeudado la compañía para obtener más recursos, o haber limitado inversiones. Estoy seguro que alguno en BAYER se estará preguntando si fue realmente buena idea haberse desprendido de COVESTRO.
El acierto o desacierto de BAYER en desinvertir a esos precios, o dicho de otra manera, el acierto o desacierto de invertir en COVESTRO a estos precios, vendrá determinada por la capacidad de esta última de replicar en los próximos ejercicios las cifras obtenidas, ya no hablo de mejorarlas. Pero tenemos que ser honestos, con la cotización actual por debajo de los 60€ y un valor de mercado que no llega a los 12.000M, no parece que el mercado confíe demasiado en ello, a pesar de que trimestre a trimestre la compañía se empeñe en demostrar lo contrario. Yo prefiero llamarlo confianza, no enamoramiento.