Miguel es camionero. Un buen día le asignan una ruta diferente. A medio camino decide
parar a repostar en una nueva gasolinera. En esa zona, parece ser que los precios
fluctuan mucho y actualizan los precios varias veces en el transcurso de las horas,
en vez de forma diaria. Llega a esa gasolinera y pide que le abran el surtidor (pide lleno),
a cambio la cajera de la gasolinera le pide algun depósito o que deje la tarjeta de crédito
para que le abra el surtidor, sobretodo porque su cara no le es conocida. En eso que Miguel deja la tarjeta
y de la que vuelve al camión para repostar, la gasolinera empieza a tener problemas técnicos, no funcionan
bien el conteo de los surtidores y les falla la conexión de las TPV (terminal de punto de venta para pasar las tarjetas).
Miguel empieza a repostar gasoil, y no esta seguro cuanto le esta echando porque el contador de litros avanza más lento de
lo habitual, además no ve el precio por litro y donde pone precio total, marca zero. En eso que la cajera esta muy ocupada
por los problemas técnicos, la cola de clientes se le acumula y como no puede pasar tarjeta y no le aparece en pantalla los litros
repostados de cada cliente ha de ir saliendo a mirar uno a uno y hacer el cálculo con una calculadora de bolsillo y cobrar en efectivo.
Pasado un rato, Miguel desconoce los litros que lleva porque el conteo va lento pero sabe que la capacidad de su camión es de
1500 litros. Como observa que el precio esta en zero, sigue repostando. 30 minutos más tarde, ve que apenas ha subido el precio total
unos pocos céntimos, asi que continua a lo suyo y la cajera no se percata del tiempo que lleva con el surtidor abierto.
En eso que ve que el depósito se ha llenado, empieza a bufar aire y viendo ese precio tan ridículo,
decide continuar, en vez de dejarlo ahí, sacar unos enormes bidones, y seguir repostando antes de colgar la manguera puesto
que ha dado con una gasolinera que desconocía donde casi regalan gasoil. Cuando no le queda nada que llenar, cuelga la manguera y vuelve
sonriente a pagar pues piensa que ha hecho un buen negocio (no solo tiene el depósito lleno de gasoil barato sino que podrá vender los bidones
de gasoil en su pueblo y sacarse un beneficio). Una vez dentro, la cajera le comunica que no le puede pasar la tarjeta, que tendrá que pagar en efectivo
pues la conexión con la TPV les falla. Tambien ha de comprobar que el total de litros repostados que marca el surtidor ahí fuera coinciden
con lo que ha repostado. Comprueba que el depósito de ese camión esta lleno y que ha llenado varios bidones a 500 litros por bidón y le pasa la factura.
Miguel incrédulo pregunta como es eso posible si ahí fuera no marca precio y donde pone precio total apenas marca 0,80. La cajera se lo vuelve a explicar
pero Miguel ni caso y ademas le dice que el precio del gasoil esta bien claro en aquel otro panel de ahí fuera, detrás de la marquesina.
Miguel alega que si dejó la tarjeta (solo tiene 150 euros en la cuenta) es porque pensaba pagar con tarjeta, que no es culpa suya no funcione
la TPV ni que falle el conteo del surtidor, y que no piensa pagar en efectivo porque no lleva nada encima.Que si marca zero 0 0,80 ese es su precio y
punto. La cajera empieza a perder la paciencia con Miguel, le explica que a veces, por medida de seguridad van pasando la tarjeta de los clientes cuando estos llevan
repostando muchos litros pero como no le aparece en pantalla no ha podido hacerlo y que solo es responsabilidad de Miguel que haya repostado tanto. Miguel le da
la vuelta al asunto y le dice que como mucho le cobren el saldo de la tarjeta, que no tiene más y que si dejó la tarjeta es culpa de la cajera no haber comprobado el límite de saldo.
La cajera le responde que ellos no tienen porque saber cuantos litros va a poner el cliente y abren el surtidor confiando en las buenas intenciones de los clientes,
basta dejar un depósito o tarjeta pero que tampoco ellos pueden comprobar el límite de saldo de esas tarjetas. Finalmente la cajera se lo deja bien claro a Miguel,
o paga o bien llama a la Guardia Civil. Miguel se queda en estado de shock, trata de tranquilizarse y trata de llegar a algo menos drástico: ¿no se podría arreglar esto de alguna otra manera?
La cajera le dice que sí, que su intención no es avisar a la Guardia Civil, que el negocio de la gasolinera es vender combustible y que cuando se dan este tipo de situaciones,
tampoco quieren quedar mal con el cliente. Lo que se puede hacer en estos casos es rellenar un formulario donde se toma el importe X de la deuda y que tiene
72horas para saldarla, que le tomará sus datos y los del camión y que a cambio ha de dejar el camión en la gasolinera y entregarle las llaves del camión.
Miguel temeroso de las magnitudes que iba tomando el asunto, empieza a darse cuenta de su torpeza. El camión no es suyo, es de su jefe y podría tener una buena bronca de su jefe
si se entera. Tampoco dispone de tanto dinero para saldar esa deuda en tan poco tiempo, por lo que podría perder el camión como garantía, él perder el trabajo, y su jefe demandarle
por los daños ocasionados, tener el camión inmovilizado tanto tiempo hasta que se celebre juicio, además del coste en exceso de los bidones que llenó y a de pagar.
Esa es la situación bizarra de Miguel. Situaciones así de bizarras se suceden casi todos los días en gasolineras de todo el país. He escrito este ejemplo ficticio pero muy parecido
a sucesos reales gracias a unas anécdotas que me contaba un conocido de situaciones recambolescas que se encuentra en una gran aera de servicio donde trabaja. La realidad supera la ficción.
Se encuentran con muchos camioneros pícaros que hacen todos los trucos posibles para almenos repostar unos litros de gratis y continuar la ruta. Una vez se encontraron con un joven
turista italiano que pretendía hacerles creer que con esa tarjeta se podía pagar en Italia y que pensaba que en España tambien valía. Esa era una tarjeta de puntos de un supermercado! No tenía
ni otras tarjetas con que pagar ni efectivo, despues de haber llenado el depósito de un viejo Peugeot 206. El cajero como no le quedaba otro remedio de cobrar pues era un turista
extranjero e iba a ser imposible cobrar esa pequeña deuda en Italia ni se fiaba de ningun otro procedimiento, tuvo que acabar sacando una manguera para absorver y extraer la gasolina del Peugeot
en un pequeño bidón!
Riesgo es cuando se arriesga dentro de unos baremos más o menos conocidos. Lo de Miguel se escapa de cualquier cálculo conocido de antemano. Que vaya el Ibex allí o allá es secundario, lo
que realmente lo va a matar son la exigencias de garantías.
Siento no haber sido más respetuoso con Miguel, pero si tienes un hijo que consume drogas duras, no creo que le digas educadamente "hijo, no tomes drogas, son malas pero si me dices
que lo tienes controlado... mmmm ", en vez de darle caña y ser más severo y crítico con el a ver si despierta y recapacita.