Los gestores de ENCE no dan pié con bola, llevan un año y pico horrible; aunque saben que la Sexta iba a hacer un drama sesgado, tenían que haber acudido poniendo unas condiciones de no edición y de tiempo minimo, y su voz, aunque distorsionada se hubiese escuchado.
Al no comparecer, los inversores primero anotan error de gestión, y los más suspicaces piensan que si no se atreven a confrontar es que tienen mucho que esconder.