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La FED sube los tipos un 0,25%.

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La FED sube los tipos un 0,25%.

Con un crecimiento económico todavía fuerte y una inflación recientemente al alza, la Reserva Federal elevó el jueves los tipos de interés en otro cuarto de punto, hasta el 5,25% —el nivel más alto en cinco años— y advirtió que podría seguir subiéndolos.

El aviso deja abiertas todas las opciones para la siguiente reunión —el 8 de agosto—, pero el banco central estadounidense, en su comunicado, insinuó que podría dar por terminadas las subidas, al advertir que el “crecimiento se está moderando”.

En un tono menos duro del esperado, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, explicó que “quizá sea necesario” endurecer la política monetaria de nuevo, pero matizó que todo dependerá “de las perspectivas de inflación y crecimiento”.

Tras diecisiete subidas de tipos consecutivas, que han llevado el precio del dinero desde el 1% a mediado de 2004 al 5,25%, la economía se está resintiendo. “Aunque la moderación de la demanda debería ayudar a limitar con el paso del tiempo las presiones inflacionistas, el comité juzga que se mantienen algunos de los riesgos para la inflación”, dijo la Reserva Federal.

El tono del comunicado, más blando de lo que Wall Street se había temido, satisfizo a las bolsas, que subieron con fuerza. Pero, en cualquier caso, el temor sigue siendo que la si la Fed tiene que elegir entre apoyar el crecimiento o combatir la inflación, se inclinará por la última opción.

El fuerte encarecimiento ayer del petróleo —el West Texas Intermediate llegó ayer a subir más de un dólar, hasta superar los 73 dólares— agudiza el temor a la inflación.

El mercado está dividido sobre qué hacer. La mitad de los bancos de inversión cree que es hora de parar, mientras que la otra mitad apuesta por subir hasta el 5,5% o el 6%. El dato de inflación de junio, que se publicará el 19 de julio, será clave; ese mismo día, Bernanke comparecerá ante el Congreso y podría aclarar el rumbo.

En los últimos tres meses, los datos de precios han sorprendido al alza. En mayo, la inflación subyacente que —descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos no elaborados—, repuntó hasta el 2,4%, su nivel más alto en cuatro años. Y, según el banco de inversión Morgan Stanley, podría alcanzar el 2,6% en junio.

Pero aunque los precios asustan y Bernanke tenía que acreditar su condición de halcón en la lucha inflacionista —algunos le han empezado a llamar paloma—, lo cierto es que se encuentra entre la espada y la pared: la inflación esta subiendo, pero la economía se está enfriando.

Tras el espectacular avance del primer trimestre —la economía creció un 5,6%, según la última cifra publicada ayer— el consenso del mercado es que la actividad se frenó en el segundo trimestre, hasta crecer ligeramente por encima del 3%. Tanto la creación de empleo como las ventas al por menor y la construcción dan señales de debilidad.

Pero las cifras del producto interior bruto —revisadas del 5,3% al 5,6%— pintan según Julia Coronado, de Barclays Capital en Nueva York, un panorama de fortaleza en el sector empresarial. “Los beneficios empresariales fueron revisados al alza, lo que sugiere más gasolina para la inversión en los próximos trimestres”, asegura.

Si la economía de verdad se frena, muchos economistas creen eso se traducirá en una menor inflación en 2007. “El problema a corto plazo de inflación en EEUU es un exceso de demanda”, dice Ian Harwood, economista jefe de Dresdner Kleinwort en Londres. “La presión alcista se evaporará a medida que la economía se frene”.

Sin embargo, el presidente del banco de la Reserva Federal de Saint Louis, el influyente William Poole, avisó recientemente: “Si la inflación excede nuestro objetivo, creo que no podremos confiar en que la desaceleración económica, por si sola, reduzca la inflación”.

No es la primera vez que el banco central estadounidense se encuentra ante la disyuntiva entre crecimiento e inflación. Alan Greenspan se enfrentó a ese dilema al menos tres veces en sus 18 años como presi