Ana Palacio logra el apoyo para ocupar vicepresidencia del B.M.
Ana Palacio logra el apoyo para ocupar una vicepresidencia del Banco Mundial
Ignacio J. Domingo
Ana Palacio podría ser vecina en Washington de Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Jaime Caruana, todavía gobernador del Banco de España y futuro director del unificado departamento de Mercados Financieros y Sistemas Monetarios de la principal institución multilateral, a partir de julio.
La ex ministra de Asuntos Exteriores, la primera jefa de la diplomacia española de la historia, está a punto de dar el visto bueno al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, a su propuesta de acceder a la vicepresidencia de asuntos legales de esta institución multilateral. Palacio, jurista de reconocido prestigio y ex eurodiputada, se uniría así a un cargo que, en la práctica, tiene rango de máximo asesor en asuntos legales de la presidencia del Banco Mundial.
En consecuencia, sería la mano derecha de Wolfowitz en aspectos relacionados con la legalidad internacional., aunque tendría rango de vicepresidenta dentro del tupido organigrama interno de este organismo.
El Banco Mundial tiene una presidencia, cinco direcciones generales, dos vicepresidencias primeras y 23 vicepresidencias, desglosadas por áreas geográficas, unidades operativas y temáticas diversas. Con su incorporación a la parte multilateral del denominado consenso de Washington, que también incluye a la Reserva Federal y a la Secretaría del Tesoro americano en las deliberaciones sobre el salud del sistema financiero internacional, Palacio viene a cubrir un déficit de presencia española en este organismo.
Desde la salida de Manuel Conthe, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que dirigió la vicepresidencia financiera de la institución tras abandonar la Dirección General del Tesoro en el último tramo del mandato de Felipe González, ningún otro español había ocupado un puesto de tanta relevancia en el Banco Mundial.
La sintonía de la ex ministra española de Asuntos Exteriores con los máximos responsables de la Administración Bush ha facilitado su designación como candidata a ocupar la vicepresidencia legal. Palacio comulgó a la perfección con la estrategia diplomática estadounidense bajo la dirección de su anterior inquilino, Colin Powell y, por ende, con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Wolfowitz, número dos de Rumsfeld en el primer mandato de George W. Bush, y uno de los más notables ideólogos del denominado movimiento neoconservador que impulsó al presidente norteamericano a la Casa Blanca, también obtuvo el beneplácito de Palacio en la estrategia global contra el terrorismo y la cooperación de España en la invasión de Afganistán e Irak, desencadenada tras los atentados terroristas del 11-S.
Varias fuentes consultadas por EXPANSIÓN han confirmado la gestión de personalidades cercanas al ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, en la propuesta de la presidencia del Banco Mundial de seleccionar a Palacio para el puesto, “aprovechando la sintonía entre la Administración Bush y el anterior Ejecutivo español”. En estas conversaciones, estos intercolutores hablaron de la necesidad de incrementar la presencia de españoles en esta institución multilateral, tras el vacío dejado por Conthe.
Y, con ello, la diplomacia española cuenta con una personalidad de influencia más para restaurar las relaciones con la Casa Blanca. Los críticos de la gestión de Miguel Ángel Moratinos reclaman utilizar a Rato y a Javier Solana, bien valorados por Washington, en esta tarea, tres días antes de que el titular de Exteriores se reúna con la secretaria de Estado americana, Condoleezza Rice.
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