Ripplewood es un fondo estadounidense fundado por el millonario Tim Collins, que es un inversor especializado en resucitar entidades en situaciones al borde del abismo que además de sentarse en el consejo de administración de Citigroup, y participó en la reunión del Club Bilderberg celebrada en Sitges (Barcelona). Junto a su socio Christopher Flowers (JC Flowers) compró en 2000 la entidad Long Term Credit Bank of Japan, operación que les convirtió en el primer grupo extranjero en tomar el control de un banco nipón, que adquirieron por 1.000 millones de euros en un proceso de privatización tras declararse insolvente en 1998. En 2004, sólo seis años después, esta entidad rescatada fue bautizada como Sinshei Bank, nuevo nombre para salir a bolsa con una valoración de más de 2.000 millones, lo que generó unos beneficios del 100% para los inversores que creyeron en la apuesta. Curiosamente, Collins y Flowers tuvieron durante esa época relaciones profesionales con Emilio Botín, ya que Banco Santander llegó a tomar una participación del 11% en este grupo financiero japonés.
A pesar de su trayectoria, todas las apuestas realizadas desde su private equity no han salido bien. En 2009, por ejemplo, Ripplewood tuvo que asumir la quiebra de la editorial Reader´s Digest después de haberla comprado en alianza con otros fondos por 2.800 millones. En cualquier caso y aunque sus cifras apenas se conocen por el secretismo de la firma, distintas fuentes sitúan el retorno para sus inversores en 9.500 millones.
En la primavera de 2023, Orange había rechazado una primera propuesta de Ripplewood para quedarse con una participación mayoritaria en una estructura en la que el operador francés de telecomunicaciones mantendría una minoría del capital.
El fondo estadounidense Ripplewood ha presentado una oferta firme por la filial bancaria del operador de telecomunicaciones Orange, que tiene actividad en Francia y España, con la intención de invertir a continuación 300 millones de euros para relanzar su actividad. Pretende hacerse con la totalidad de Orange Bank y eso a través de su filial Iris Financial, que cotiza en la Bolsa de Ámsterdam, y estaría dispuesto a cambiar su sede y negociarse en la Bolsa de París si la operación saliera adelante, según Le Figaro, que indicó que se comprometería igualmente a mantener a los 700 empleados al menos dos años.
En Orange Bank pretenden desarrollar todos los tipos de productos bancarios, con la notable excepción del crédito inmobiliario, al menos en una primera fase. El objetivo sería equilibrar las cuentas en un plazo de tres años, sabiendo que Orange Bank, que comenzó su actividad en 2017, ha acumulado cerca de 1.000 millones de euros de resultado operativo negativo desde entonces.
Más allá de confirmar haber recibido la oferta -el monto de la operación no se ha filtrado-, Orange Bank indicó que la examina «con la mayor atención», en particular «la robustez del plan de compra y de financiación, así como las garantías en materia del empleo».
A ese respecto, la filial bancaria del operador de telecomunicaciones señaló que continúan las discusiones con Ripplewood y con la representación del personal.