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La OCU vuelve a meter la pata

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La OCU vuelve a meter la pata
La OCU vuelve a meter la pata
#1

La OCU vuelve a meter la pata

http://www.elconfidencial.com/noticias/indice.asp?noticia=2&fecha_d=13/01/2004&dia_s=Martes&psw=

STANDARD & POOR´S VALORABA POSITIVAMENTE A PARMALAT EN SEPTIEMBRE DE 2003 POR SU “PRUDENTE GESTIÓN FINANCIERA”


La crisis de Parmalat ha sorprendido a propios y extraños. La suspensión de pagos de la entidad ha supuesto el mayor fraude corporativo en Europa. Un escándalo que se ha fraguado a lo largo de los años. Sin embargo, en septiembre de 2003, el rating de solvencia que Standard & Poor´s otorgaba a la compañía era bueno (triple B-) con perspectiva estable. A su vez, las principales firmas de inversión recomendaban acumular posiciones en este valor, mientras la propia OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) aconsejaba en su publicación Banca 15 la compra de acciones de la entidad.

La agencia de calificación Standard & Poor´s (S&P) les otorgaba una calificación muy elevada, con previsión estable, por “la posición dominante de Parmalat en Italia” y valoraba “la prudente gestión financiera del grupo”. La expectativa estable se debía a “su adecuado perfil financiero, que permite mantener su sólido beneficio operativo”. Esta previsión contemplaba, asimismo, “la paulatina mejora de la gestión financiera”.

Además, Parmalat hizo su última emisión de bonos (septiembre de 2003) con la calificación triple B-. Por el contrario, poco ante de la suspensión de pagos, S&P bajó su rating a bono basura y, tras incumplir la compañía con sus obligaciones hacia los bonistas, le otorgo su calificación más baja (D), que indica suspensión de pagos.

Por otro lado, las recomendaciones sobre el valor que hicieron los bancos de inversión el ejercicio pasado tenían su razón de ser. La acción comenzó el año en el entorno de 2 euros, para caer hasta 1,5 en marzo. A partir de ahí se recuperó y, en junio, ya rondaba los 3 euros; es decir, se revalorizó un 100% desde los mínimos anuales en poco más de un trimestre. Por tanto, es posible que haya inversores que compraron acciones de Parmalat en 2003 que ganaron mucho... si supieron vender a tiempo.

Un director de inversiones con bonos de Parmalat en cartera señala que “alrededor del mes de abril, una gran parte de bancos de inversión recomendaba a sus clientes institucionales la compra de deuda de la compañía”. Entre ellos “UBS Warburg o Salomon Smith Barney”, extremo que no han confirmado dichas entidades. Por el contrario, otras firmas como Merrill Lynch llegaron a presentar hasta siete informes sobre Parmalat en 2003, todos con una recomendación de venta y una advertencia de riesgo alto.
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Pero hay más. La OCU, a través de su publicación Banca 15, recomendaba en su número de julio “conservar” las acciones de la compañía, porque “lanza obligaciones”. En los números precedentes, el consejo era de compra, con una alerta de riesgo medio (muy inferior, por ejemplo, a la que otorgaba a empresas como Indra) y unas previsiones de crecimiento de beneficios del 15%.

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#2

Es mucho peor lo de Standar & Poor

Porque si esa organización que edita esa gacetilla financiera ha cometido errores que pensamos se deben más a su prepotencia de pensar que saben más que nadie, tiene su parte pequeña de responsabilidad, es MUCHO PEOR el papel de la agencia STANDAR & POOR'S porque su intervención está regulada por los supervisores del mercado para aportar transparencia y limpieza, no calificaciones de una falsedad manifiesta como la de PARMALAT y su "prudente gestión financiera".

El sistema de autorregulación del mercado de valores ha fracasado -auditoras y agencias de calificación son irrelevantes porque permiten y amparan el fraude- y ha llegado la hora de exigir responsabilidades económicas a todos los que se están beneficiando del fraude: auditores, agencias de calificación, directivos de los emisores, bancos de inversión, sociedades y agencias de valores, gestores de fondos de inversión y pensiones y finalmente, también los medios financieros que contribuyen decisivamente a la difusión de expectativas y noticias falsas, sobre todo cuando lo hacen siguiendo líneas estratégicas que marcan los propios beneficiarios.

#3

La gacetilla se llama DINERO QUINCE.

No BANCA, sino DINERO QUINCE.

#4

Re: Juicio contra el Banco de Inglaterra

Hola,
al hilo de lo que se comenta sobre el comportamiento de auditores, autoridades supervisoras...
Envío este artículo publicado en The Economist (está en inglés, llevaría mucho tiempo traducirlo).

Hace !!11 años!! un banco llamado BCCI, con operaciones en varios países, quebró, dejando a un buen número de ahorradores sin su dinero.

El liquidador de la entidad (Deloitte & Touche) ha llevado al Banco de Inglaterra a los tribunales, pues alega que hubo una dejadez del Banco de Inglaterra en sus funciones supervisoras; el BCCI había estando concediendo préstamos poco claros, y ello debería haber sido detectado por el supervisor.

El liquidador ya ha tenido éxito en su denuncia contra los auditores y contra los principales accionistas del banco quebrado, que parece usaban en beneficio propio la entidad, y ha conseguido una importante cantidad de dinero para los ahorradores afectados.

Como el BCCI tenía la sede en Luxemburgo, aunque su centro de operaciones esta en Londres el Banco de Inglaterra alega que no tenía potestad para hacer más... El artículo cita las dificultades que va a haber para que se declare culpable al Banco Central, por la protección legal que dispone. El hecho de que el caso esté en los tribunales 11 años después da una idea de la complejidad.

En fin, desgraciadamente, si cambiamos Inglaterra por España, BCCI por Eurobank, y Banco de Inglaterra por Banco de España, me parece que a muchos el caso nos suena...

BCCI

Old wounds

Jan 8th 2004

A dispute over a bank failure finally comes to court

FOR many, the new year is a time to look forward. Not for the Bank of England. On January 12th Britain's central bank will be in court, defending its record as the regulator of the Bank of Credit and Commerce International (BCCI), a fraud-ridden bank that collapsed in 1991 leaving depositors across the world $10 billion poorer. The plaintiff is Deloitte & Touche, the bank's liquidator, representing 6,500 depositors in Britain. It claims that the Bank “knowingly or recklessly” failed to supervise BCCI properly in the 12 years before BCCI imploded, and is seeking £850m ($1.5 billion) in damages.

The case has come to court only after 11 years of legal tussling between the Bank and Deloitte. British newspapers are already relishing the thought that three former governors of the Bank, as well as other officials, might have to give evidence. Excerpts from 300,000 Bank documents, released to Deloitte on court orders, are expected to be aired.

Deloitte's task is not straightforward. The Bank is statutorily immune from suits based on negligence. So the case against it is of “misfeasance” in public office, a rare allegation that legal experts say is hard to establish. Deloitte's lawyers must show not just that the Bank acted unlawfully, but that it did so deliberately or recklessly, knowing that its decisions would cause loss to depositors. “The legal hurdles to success are very high,” says a senior partner of a leading British law firm.

Deloitte, however, sets great store by the trove of documents released by the Bank and others, some of which were not seen by the inquiry by Lord Bingham (now Britain's senior law lord) into the BCCI affair in the early 1990s. It thinks that these demonstrate that the Bank acted in bad faith. The Bank, it says, licensed BCCI to do business in Britain in 1979, even though it knew BCCI did not meet the proper criteria. Deloitte also says that the Bank did not regulate BCCI adequately in subsequent years, despite evidence that shady dealings were afoot.

BCCI was founded in Pakistan by Aga Hassan Abedi, a savvy financier with a vision of creating a world-class retail bank focused on the developing world. It set up shop in London in 1972, catering for immigrants from South Asia. Backed by the ruling family of Abu Dhabi and Bank of America (which owned a 25% stake), and flush with petrodollars from newly rich Middle Eastern investors after the oil embargo in 1973, B