Re: Las evidencias son evidentes.
Amigo Corsario: Ese informe del fiscal yo se lo envié a Veinten cuando andaba por estos páramos. Es demoledor. En un principio, cuando se produjo la intervención, todos, o casi todos, nos lanzamos contra el gobierno criticando con dureza su acción. Poco sabíamos entonces de AFINSA, pues, precisamente por dejarla hacer a su antojo, incluso alabando las virtudes de la filatélica como empresa solvente por personas e instituciones de rango, fuimos muchos los que "picamos" por unas u otras razones que no son ahora del caso exponer. Además, nadie había dejado de percibir en su momento, con escrupuloso cumplimiento, los intereses (o revalorización) que se estipulaba. Jamás pensamos en una "estafa piramidal" porque tampoco éramos conocedores de filatelia, que no era el negocio real... Nadie pensaba, como tampoco se piensa de los Bancos, que una "desbandada" importante de clientes descubriría la insolvencia de la Compañía, que llevaba ya 27 años funcionando. Pero ya calmado el impacto primero, y con los documentos incautados, que pudieron conseguirse precisamente por la espectacular operación con que se efectuó la intervención (cuya radicalidad no comprendiamos) fue desmontándose la maquinaria del engaño, de la misma forma que ha tenido su fin la estafa de Madof en EE.UU durante 100 años vigente. Ahora sabemos que la operación fraudulenta de AFINSA estaba perfectamente diseñada con una precisión y organización impecable. Nadie puede imaginarse hasta cuando hubiera podido seguir operando. Pero aquí radica la culpabilidad del Estado, pues era impensable que esa actividad no tuviera un control exhaustivo de las instituciones con competencia monetaria. Lo extraño es que, una vez descubierto el negocio fraudulento con abundantísimas pruebas de esa delictiva actividad, hayan existido imputados y colaboradores fieles a sus jefes y a sus excesivos ingresos, que querían desmentir y negar "lo que ya era clara evidencia", exigiéndonos a los incautos clientes, ya arruinados y engañados, que siguiéramos defendiendo la honorabilidad de AFINSA y estuviéramos del lado de la misma para seguir su estafa piramidal, inventándose negocios y operaciones de reflotación que ni ellos mismos se creían.
Por eso,aun destrozados nuestros ahorros de tantos años, y sin una clara convicción que que podamos recuperar algo de lo invertido, hoy, descubierto el pastel, no podemos criticar la acción de la intervención, sin la cual hubieran "caido" sabe Dios cuantos infelices más, acrecentando su fortuna desaprensivos estafadores. El hecho de relacionarse los imputados con altas esferas de la economía y la política, y de tener pergeñada una organización de catálogos y propaganda perfecta, formaba parte del proyecto fraudulento de estafa. Sin esos precedentes no hubiera sido posible la subsistencia y daño causado durante tanto tiempo.