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Carta a los Argonautas - Marzo 2021

León a 1 de Marzo de 2021 

Queridos Argonautas: 

El 16 de Diciembre de 2010 inició su camino el fondo anterior con un valor liquidativo de 10€ por  participación. A 30 de Noviembre de 2018 representaba una ganancia del +38,23% sobre el valor  inicial y desde el 1 de Diciembre de 2018 hemos continuado la ruta en el fondo ESFERA I ARGOS (en adelante “Argos”). A 28 de Febrero el valor liquidativo- histórico- es de 16,284850€ (o, en liquidativo del ESFERA I ARGOS: 117,341507€) lo que deja la rentabilidad histórica en +62,83% y  en el año 2021 en +7,60%. El mes de Febrero ha sido positivo para los mercados con un  comportamiento mucho mejor para el Argos. Al igual que en otras ocasiones los movimientos a  corto plazo sólo sirven de distracción. La situación sigue complicada y por ello seguimos concentrados en el margen de seguridad y lo que os pueda insistir en la disciplina inversora sigue  siendo fundamental. 

La siguiente tabla compara el valor liquidativo del Argos con los principales índices: 



IBEX 35 
Ibex35 con div 
IGBM TOTAL
S&P  
500div
EuroStoxx50 
div 
ESFERA I ARGOS
De inicio a 28-2-2021 
-17.83% 
+31.41% 
+38.67% 
+278.21% 
+71.24% 
+62.85%


Si hacemos la comparación viéndola en euros, tenemos que 100.000 euros invertidos en los índices o  en Argos serían a esa misma fecha: 



IBEX 35
Ibex35 con  div
IGBM 
TOTAL
S&P 
500div
EuroStoxx50 div 
ESFERA I ARGOS
De inicio a 28-2-2021 
82.165,37
  
131.409,81 
  
138.674,44 
  
378.205,53 
171.240,43
 162.848,50 


Los datos de los índices están ajustados por dividendos y splits. Los datos de Esfera I Argos son después de comisiones y gastos. Datos no auditados. Fuente www.finance.yahoo.com y www.bolsasymercados.es

COMENTARIO GENERAL 
“Las tácticas usadas son tomadas de la psicología. Las mismas tácticas son usadas por los  brokers para optimizar la actividad de compraventa. Por tanto, no debería ser una sorpresa si  los brokers te persuaden para abrir una cuenta de margen y/o operar más. O pueden intentar  guiarte hacia inversiones más complejas como las opciones con la tentación de mayores  ganancias. Cuidado con ello. Cualquier cosa que pueda influir en tu comportamiento en un  esfuerzo para disparar la actividad de compraventa es bueno para el broker.

En tercer lugar, dese cuenta que el juego que los brokers quieren que juegue es opcional. Los  brokers quieren crear tanto volumen de operaciones como sea posible, así pueden venderlo y  beneficiarse de ello. En ningún sitio de la letra pequeña del contrato de cuenta que firmaste pone que debas seguir sus planes. Tienes una elección. Puedes usar a los brokers igual que puedes usar al Sr. Mercado o puedes caer rendido a sus deseos. Finalmente, es importante saber  que la actividad no es el camino a la riqueza. Los estudios al respecto son abrumadores. El  incremento de actividad en la bolsa produce los mismos resultados que en un casino. Lleva a un menor horizonte temporal, cada vez mayores intentos de entrar y salir del mercado, y pérdidas.
Al revés, la visión opuesta es lo que mejor sale. Mas actividad, más compraventa, lleva a peores  resultados. La inactividad es el camino a la riqueza.”

Warren Buffett Letter to John Dingell
Citado en Novel Investor, February 5, 2021 (The high price of free trades) 


“El mercado de acciones chinas es, quizás, el más obvio ejemplo de esto- pese a un crecimiento  estelar del PIB desde 1993 la rentabilidad real para las acciones chinas ha sido negativo,  cayendo un 3 por ciento anual.

Los inversores no deberían esperar que los beneficios crezcan en línea con la economía. En vez  de ello, deberían buscar aquellos raros ejemplos del equipo directivo en que sean prudentes con  el uso del capital. El punto inicial para el análisis de una compañía no son las perspectivas de la  demanda final sino el lado de la oferta. Nuestro objetivo es encontrar inversiones en industrias  deprimidas en puntos de inflexión positivos en el ciclo de capital y en sectores con  fundamentales benignos y estables en el lado de la oferta.”

Edward Chancellor- Capital Returns, pag.51 

“En cierto sentido, los campos de valor y crecimiento desarrollaron casi la misma efervescencia  que facciones políticas rivales. Reclamas adhesión a uno u otro y lo mismo es válido para tus  futuras acciones de inversión. Creías que tu camino era el único camino y mirabas por encima  del hombro a los que practican el otro. Creo que los inversores […] gravitaron naturalmente  hacia uno u otro estilo de inversión. Y hay notables diferencias:

- Las acciones de valor, ligados a los cash flows y activos de hoy, deberían teóricamente ser más “seguros” y más protegidos, aunque menos probable que logren las grandes  rentabilidades de compañías que aspiran a un fuerte crecimiento en ventas y beneficios  hasta el futuro lejano.
- La inversión en crecimiento a menudo implica creer en modelos de negocio no probados que pueden sufrir serios problemas con el tiempo, requiriendo de los inversores un  mayor grado de convicción y ser capaces de aguantar.
- Cuando están subiendo, las acciones de crecimiento típicamente incorporan un nivel de  optimismo que puede evaporarse durante las correcciones, poniendo a prueba incluso a inversor más duro. Y dado que el valor de las acciones de crecimiento depende  mayormente de los cash flows del futuro lejano que tienen un mayor descuento en un análisis de flujos, un cambio en los tipos de interés puede tener un mayor impacto en sus  valoraciones que en compañías cuyo valor depende de los flujos a más corto plazo.

Pese a estos puntos, no creo que los inversores famosos que han influido en el mundo del  value investing tuvieran la intención de tal separación entre el value investing, con su foco en  el hoy, el precio bajo y la predictibilidad, y la inversión en crecimiento, con su énfasis en las  acciones de crecimiento, incluso vendiéndose a altas valoraciones. Además, la distinción ni  siquiera es esencial, natural o útil, especialmente en el complejo mundo en el que nos  encontramos hoy día.” 

Howard Marks- Something of value- January 2021 

“Tenemos sólo veinticuatro horas para saber qué acción es la correcta- dijo Burke [Jim Burke,  CEO de Johnson&Johnson en 1982]. `Creo que selo que es. Pero quiero que todos me digáis lo  que pensáis´. Al final, todo el mundo estaba de acuerdo con lo que el ya sabía que tenía que  hacer. Como resultado, su compañía recabó hasta la ultima botella de Tylenol del mercado  americano. Fue la primera retirada en masa de un producto en la historia del país. Rápidamente  siguió la introducción de una creativa innovación que se dispersó a través de la industria de  alimentos y medicamentos: el envase a prueba de manipulaciones.

El coste de todo esto fue dolorosamente profundo. El precio de hacer lo correcto a menudo lo  es- en el corto plazo. Casi la mitad del valor de mercado de la compañía se evaporó. Las  siguientes semanas tuvieron que ser ocupado con noches oscuras y sin dormir para Burke. El no  había hecho nada malo, y aún así fue como si un loco hubiera estado a punto de derribar un  gigante empresarial, un nombre mítico. Pero en pocas semanas, el precio de la acción de J&J  superó el nivel pre crisis por un sorprendente porcentaje. La honestidad e integridad de esta  compañía, que actuó por encima de las expectativas del público sobre una empresa con ánimo  de lucro, terminó resultando en una gran recompensa. La decisión de dejar aparte los beneficios  a corto plazo por el bien del principal interesado en la compañía- el cliente- no fue sólo la cosa  correcta, también fue buena gestión empresarial.”

Peter Georgescu, David Dorsey- Capitalists Arise! pag.54 


En la sección “Varios”, tenéis la comparativa frente a los índices desde que hemos cambiado de navío, aunque seguiré dando más importancia al histórico de largo plazo

Este mes de Febrero ha sido de subida para los mercados, pero ha sido aún mejor para el Argos. El  valor liquidativo del Argos ha seguido creciendo aunque en la última semana ha recortado  ligeramente. Como sabéis siempre intento animaros en los malos momentos y, al revés, reducir  vuestra alegría en los momentos más optimistas. No me miréis mal, no es por fastidiaros la fiesta ni  porque sea un aguafiestas; simplemente creo que en esos momentos es importante que, mientras  vamos como héroes romanos en la cuadriga aclamados por la plebe tras una gran victoria a favor del  Imperio, yo sea el esclavo que sostiene la corona de laurel sobre vuestras cabezas mientras os  recuerdo que “sólo sois mortales”.  

La cita inicial de Buffett, recordándonos cuáles son los intereses de los brokers, de Wall Street, del  sector financiero en general, es siempre digna de recordar. Desde el propi sector se nos recomienda,  se nos influye, se nos bombardea cada día y casi a cada momento con las nuevas alternativas de  inversión, los nuevos activos exóticos donde invertir para este próximo trimestre, la herramienta de  gestión de carteras más avanzada, los fondos más rentables y las acciones más exitosas del último  trimestre en los que nos recomiendan invertir “ahora” … una vez que ya han subido, simplemente  porque estiman, esperan que sigan comportándose de la misma manera.

Pero como bien nos muestra Buffett, y antes ya había advertido Graham- recuerdo su declaración de  1955 ante el Congreso americano a preguntas del Senador Fullbright, por ejemplo- los conflictos de  intereses entre el sector financiero y nosotros como inversores son, prácticamente, consustanciales al  mismo. No quiero indicar que esos conflictos tengan los mismos efectos sobre todo el mundo, por  educación, por conocimiento, por capacidad de negociación… pero la tentación está siempre  presente. No quiero tampoco indicar, y esto es importante, que no tenga solución y hayamos de  convivir con ello de aquí al día del Juicio Final; no, en su día escribí un artículo al respecto- “Si  quisieran reformar de verdad. Héroes” que incluí como uno de los anexos del segundo libro- donde  explicaba que el problema real es el sistema de incentivos dentro del sector. 

Cuando a un profesional, comercial, banquero privado, banquero de inversiones, broker, analista… le pagan su bonus anual y, generalmente, muy jugoso por lograr que su cliente- que no siempre es el  cliente de la entidad, sino que, en muchas ocasiones, son otros “compañeros” de otras áreas,  departamentos o divisiones- ponga su dinero o su esfuerzo o su honor donde a éste le interesa y no  donde es mejor para el propio cliente final, es muy difícil, casi imposible, superar esa presión y hacer  lo correcto. Muchos de los que leáis estas líneas sabéis de qué estoy hablando. Recientemente he  “discutido”, con total aprecio y cariño, con un amigo que defiende, desde el punto de vista liberal,  que esas situaciones no suponen merma a la hora de juzgar que esas decisiones sean tomadas de  forma “libre y voluntaria”. Como podéis leer en el último artículo que subí al blog del Argos en  Rankia (¿Cuánto vale un millón? - Rankia) mi punto de vista es diferente y no creo que dichas  decisiones sean prueba de libertad y voluntariedad. Por cierto, quizás en otra ocasión hablemos de la  incoherencia en la postura liberal de no tener en cuenta la diferencia en posición y capacidad de  negociación solamente en unos sitios y nunca respecto a los impuestos. 

No penséis que la diferencia de opinión es nimia, pues de ser cierta una u otra, las implicaciones para  la vida de millones de personas a nivel mundial son realmente significativas. Pero, dado que ni  podemos cambiar el sistema de incentivos de las entidades financieras, ni podemos evitar mientras  tanto que esos conflictos de intereses estén presentes, debemos ser conscientes de ello y, en la  medida de lo posible, evitar seguir sus recomendaciones. De hecho, ése fue uno de los motivos que  me llevó a crear el Argos en primera instancia. Afortunadamente para nosotros, el Argos trata de ser  muy consciente de esas situaciones y, además de evitarnos gastos de compraventa innecesarios- ya  sabéis que hay meses en los que no realizamos ni una operación-, también evitamos el sesgo, y  costes, que pueda haber en lo que se llama muy pomposamente como research de terceros, esto es:  análisis de otras entidades que cobran por ello. La actividad de compraventa favorece sí o sí a los  brokers, no necesariamente a nosotros. Nuestra obligación es para con vosotros, no para los brokers  o para otras entidades o agentes. Y en ello estaremos siempre. 

Por ejemplo, hace años, en una presentación, se me preguntó por uno de los asistentes si tenía  intención, en un futuro, de crear una clase institucional. Contesté que no y, aunque han pasado varios  años desde entonces y sigo pensando lo mismo, creo que es conveniente explicar nuevamente mi  punto de vista al respecto. 

Desde luego que mi planteamiento en ningún caso supone una crítica a las decisiones de otros  fondos o entidades. Cada uno es muy libre de las decisiones que toma respecto a sus  clientes/inversores o respecto a su propia entidad o fondo y desde luego, igual que con otras  diferencias, mi punto de vista podrá ser diferente pero no es una crítica como tal a la decisión que  cada uno toma en su casa. Obviamente, si mi decisión sobre una determinada situación es una en vez  de otra, en sí misma puede suponer una “crítica”. Y quizás lo sea, pues evidentemente tomo esa determinada decisión pensando que “es lo correcto” o “lo más adecuado o justo”, luego, siguiendo el  razonamiento, estaría juzgando que las otras opciones son peores o menos justas, y sí, en ese sentido  podría suponer una “crítica”. Pero sólo se queda ahí. Mi decisión de no admitir nunca una clase  institucional es porque creo que es lo mejor con los argonautas, porque creo que es lo justo para con  ellos y, sólo de forma derivada, puede suponerse que estoy criticando a quien no tome mi misma  decisión. Pero mi indicación de que no pretendo criticar a los demás- y no lo hago- no quiero que se  confunda con mi voluntad de decidir lo que, acertada o erróneamente, creo que es mejor para mis  argonautas. Y desde luego acepto que cada cual pueda opinar lo contrario y que lo aplique en sus  propios fondos. 

¿Por qué no quiero una clase institucional para el Argos? En primer lugar- y a riesgo de que muchos  ya sepáis qué son pero por el bien de los nuevos argonautas que se han incorporado o de aquellos que  lean estas Cartas y lo desconozcan- diremos que son una clase de participaciones cuya estructura de  comisiones es diferente a la de los demás partícipes pero que conlleva un requisito especial: que el  importe mínimo a invertir sea superior al mínimo que requieren las participaciones normales. Por  poner un ejemplo, suponed que la participación mínima actual para invertir en el Argos fuera 100  euros. Bien, la clase institucional podría pedir un mínimo de un millón de euros para poder disfrutar  de la estructura de comisiones asociada a dicha clase. Obviamente esas comisiones son menores a las  normales.  

Básicamente ése es el resumen de qué es una clase institucional. ¿Por qué no la quiero tener? Porque,  con respeto a quien opine lo contrario, pienso que el foco no se pone en el partícipe, en tratarles a  todos igual, sino en la captación de dinero… y con ello generación de comisiones. Entiendo que  dicho objetivo es perfectamente legal y que no hay trampa a la hora de exponerse: si inviertes mil  euros tienes una comisión X, si inviertes un millón tu comisión es la mitad de X, por ejemplo.  Bueno, eso queda recogido en el folleto del fondo y es totalmente transparente. No es ése mi  problema. Mi problema, en cambio, es donde ponemos el foco, si en el inversor final: el argonauta o  en el dinero de ese argonauta. Yo lo pongo en el argonauta, en la persona, y todos son tratados o  tienen el mismo derecho a recibir toda la información tengan cien euros en el fondo, diez mil,  cincuenta mil, medio millón o un millón de euros. Y no es broma, vosotros lo sabéis bien. 

En la Carta de Lanzamiento os decía el porqué del nombre de “argonautas” y la broma- totalmente  en serio- de “reyes, príncipes y héroes” y os indicaba que aunque vosotros fuerais los remeros que  hacéis avanzar esta nave (junto al viento que recogen nuestras velas de plusvalías), no erais distintos  de mí, vuestro “Jasón” que os dice cuales son las corrientes que vamos a surcar. Jasón podrá ser el  guía que indica donde está el Vellocino, pero los remeros no sois esclavos, sois de la misma dignidad  que Jasón: reyes, príncipes y héroes. Abrir una clase institucional me serviría, quizás, para atraer  inversores de mayor patrimonio que llegaran atraídos por una estructura de comisiones ventajosa,  pero eso supondría tratar a unos de una forma mejor que a otros. Y no quiero eso. No lo he querido  nunca, por lo que nunca he tenido la menor duda. Quizás crezcamos a un ritmo menor de patrimonio,  pero no me importa. Siempre he pensado que he de tratar bien a los argonautas que estáis… y serán  los que están fuera los que, al verlo, puedan decidir dar el salto y unirse a nosotros y a nuestra nave.
 
Pero nunca lo haré, nunca les atraeré traicionando la confianza de los que estáis dentro. Yo y mis  hijos incluidos, claro. Es cierto que nuestra estructura de comisiones, siendo la primera que al crecer  el patrimonio se iba reduciendo, sigue siendo una estructura bastante atractiva, pero si alguien tiene  intención de que se le trate de una forma mejor que al resto de “reyes, príncipes y héroes”, tendrá que buscar en otra nave. En esta mantendremos el código de honor que nos hemos dado y cumplido hasta  el día de hoy… ¡y lo que queda! 

La cita de Marks nos remite a lo que en otras ocasiones os he comentado y por ello no insistiré  mucho más respecto a que la guerra entre growth y value no tiene ningún sentido. Incluso el mismo  Munger, en su reunión anual con los accionistas del Daily Journal comentó al respecto que el value  investing, tal y como ellos- Buffett y él- lo entienden, no supone ninguna diferencia con respecto al  crecimiento. Yo estoy con él. 

La última cita, de Peter Georgescu cuyo libro os recomiendo (me fue útil para mi último libro, por  ejemplo) es verdaderamente pertinente en estos momentos, momentos en los que un paladín del  liberalismo como Bill Gates acaba de anunciar la creación de un “ministerio de la verdad mundial  digital” ( https://www.libremercado.com/2021-03-02/bill-gates-ministerio-verdad-microsoft-internetverificadores-fake-news-6714523/?_ga=2.172183335.562760840.1613810200- 874578387.1569307076 ), están mostrando la cara oculta con gran sorpresa y desencanto de muchos  que, hasta ahora, les venían defendiendo a capa y espada. El libro de Georgescu nació como  respuesta a la situación que, relato y explico también en mi libro, en la que muchas personas  importantes y con amplia experiencia se están encontrando respecto a la enorme diferencia entre  “unos” y “otros”, entre los que tienen y los que no. Insisto en algo que me parece importante volver a  resaltar: ninguna de estas personas ni yo mismo estamos en contra de la libertad, al contrario.  Ninguna de estas personas ni yo mismo somos socialistas o pro socialistas/comunistas (¡Dios nos  libre!), ni nos parece mal que exista desigualdad de ingresos, ni planeamos la desaparición de la  propiedad privada, ni pretendemos la intervención actual del estado en las vidas de las personas, ni  dejamos de reconocer el enorme avance que el libre mercado o el sistema de libre empresa ha  supuesto de incrementar el nivel de vida material de millones de personas en el mundo y la reducción  del numero de pobres desde los años cincuenta. 

Y sin embargo, lo que Georgescu- o el mismo Buffett ha visto- es que no sólo no ha llegado la tierra  prometida de la mejora para todos que prometía el capitalismo, sino que, al revés de lo que sucedía  en los años 50-60 donde esto sí se producía, actualmente la situación está generando situaciones cada  vez más complicadas. En el libro citaba cómo en EEUU, paradigma de la facilidad de saltar de  niveles de ingresos hasta los años 80, es decir, era posible el “sueño americano”, ahora mismo ya no  es así y cada vez más les resulta más difícil dar ese salto. Y explicaba el porqué. De la misma forma  que, en un ejemplo que todos podemos conocer por nuestros padres o abuelos, mientras en aquellos  años del siglo XX una familia con un solo sueldo podía no sólo pagarse una casa, un utilitario,  vacaciones, la educación de sus hijos (que no eran uno o dos, sino que era habitual que fueran más)  e, incluso, un apartamento en la playa y ahorrar… hoy día eso es casi imposible incluso siendo los  dos cónyuges, padre y madre, los que obtienen ingresos y con menos hijos que educar.  

Esa situación, es la que Georgescu, Dalio y tantos otros están viendo con preocupación. Y yo  también. Y es un efecto perverso de la deriva ideológica que anima a estas Big Tech, donde no se  preocupan de hacer lo correcto, sino que lo “correcto” lo deciden ellos. Esa deriva es tremendamente  importante y está en la base ideológica del propio sistema, tanto en lo referente al concepto de  libertad como expliqué en el artículo ¿Cuánto vale un millón? - Rankia, como, en este caso, referente  a la propia naturaleza del Hombre. Reconozco que son temas bastante complejos para detallar y  explicar en una Carta mensual- de ahí que escribiera el libro donde pude explicarlo mejor- pero pese  a su complejidad son lo suficientemente importantes y su importancia podemos comprobarla hoy en  día en la práctica.

Cuando Peter Georgescu relata la historia del Tylenol y la decisión que tomó el, entonces, CEO de  Johnson&Johnson, Jim Burke el énfasis lo pone en “hacer lo correcto”. En esto coincide con lo que  Bauffett o Munger han venido repitiendo hasta la saciedad desde hace sesenta años y que han venido  haciendo- o intentando hacer- con su propio comportamiento. Hacer lo correcto (hacer el Bien, decía  en un artículo sobre mi amigo Martín Huete), sed decentes como nos diría el juez Leonard White (Morgan Freeman) en la reprimenda que da a los asistentes al juicio contra Tom Hanks en la película  La hoguera de las vanidades. Os copio esa reprimenda que usé en el libro: 

¡¿Racista?!… ¿Os atrevéis a llamarme «racista»? Pues yo os digo, ¿qué importa el color de la piel de un  hombre si los testigos juran en falso, si la acusación llama a perjuros, si el fiscal del distrito arroja a un  hombre a la chusma para beneficiarse políticamente y si los sacerdotes, hombres de Dios, se llevan la  mejor tajada? ¿Es eso justicia? ¡No os oigo! Os diré lo que es la justicia… la justicia es la ley; y la ley es  el débil intento del hombre por sentar los principios de la decencia… ¡De la decencia! Y la decencia no  es un trato, no es un chanchullo, ni un contrato ¡ni una estafa! La decencia… la decencia es lo que  vuestra abuela os enseñó, se lleva en los huesos, … y ahora, id a casa… id a casa y sed… personas  decentes. Sed decentes. 
Morgan Freeman como el juez Leonard White 
La Hoguera de las Vanidades (The Bonfire of the Vanities, 1990) 

Cuando he leído a Hobbes, por ejemplo- y a otros del liberalismo clásico- la sensación que a uno le  queda es que se conforman con recomendar o fomentar ser buenos ciudadanos en vez de fomentar el  ser buenas personas. En cierto modo es normal, pues ya se ha producido el desenganche respecto a,  por ejemplo, la Escuela de Salamanca. Pero, claramente, esa diferencia tiene “su eco en la eternidad” que diría Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe en Gladiator), “comandante de los ejércitos del  Norte, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado, marido de  una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra”. De momento, ya Bill Gates  pretende que no comamos carne y tanto él como las otras Big Tech que se unen a este Gran Hermano universal, pretenden decirnos qué es lo cierto y qué no. 

Burke sabía que había algo correcto que hacer, no le gustaba, no era plato de gusto, sabía que tendría  que sufrir las consecuencias de esa decisión en el corto plazo… pero no se planteaba inventarse “lo  correcto”. Sabía que era, como podemos saberlo cualquiera. Actualmente, es difícil encontrarse con  el planteamiento de “hacer lo correcto”, sea en el sector financiero y sus conflictos de intereses, sea  en decisiones de transparencia cara a los inversores, sea respecto a nuestro comportamiento con los  demás. Hay quienes decididamente prefieren hacerse ellos su propio y particular “bien y mal”; el  problema es que se darán de bruces con la realidad. Lo triste es que, mientras se la encuentran, van a  dejar desarbolados intelectualmente a muchos que hasta ahora les alababan como paradigmas del  mercado, como paladines de la libertad frente al estado (y tanto que eran paladines frente al estado que están demostrando que tienen capacidad para ponerlo a sus pies si no se hace nada).  

Buffett ha comentado en muchas ocasiones que cuando tengas un problema o un error que contar,  dilo todo, dilo pronto y dilo ya. He procurado seguir ese comportamiento cuando he metido la pata y  os he hecho perder dinero con determinadas inversiones (tranquilos, tampoco me pongo medallas  cuando os hago ganar dinero con otras… ahí el mérito lo comparto con vosotros). He procurado  seguir la máxima de “hacer lo correcto” (hacer lo que Dios manda, dirían nuestros padres y abuelos  mucho mejor) cuando ha podido haber algún tipo de conflicto de intereses. De la misma forma  debemos, en la medida de nuestras posibilidades, actuar y fomentar de igual modo no el ser buenos  ciudadanos para agradar al nuevo Gran Hermano universal, sino el ser buenas personas aunque a este Gran Hermano le fastidie. La Verdad está por encima y no podemos dejar que la decidan otros. La  libertad ha de basarse en esa Verdad y será en relación a ésta como sabemos si estamos haciendo lo  correcto o no- y el que tenga dudas, puede consultar con los escolásticos. Son tiempos interesantes,  pero son tiempos complicados. Las empresas, por muy ESG (Enviromental, Social & Govenrment) que se denominen, no pueden ser ajenas a la responsabilidad que tienen, y han de ser responsables  las personas que la forman. El objetivo del ESG es ser buenos ciudadanos, nuestra responsabilidad es ser buenas personas. Esto y no lo otro es lo que permitirá que el sistema capitalista o de libre  mercado produzca los frutos que promete. 

Os incluyo la cartera completa incluyendo los pesos de cada título.
Algunas Operaciones 
A lo largo de este mes tan sólo hemos hecho dos operaciones en dos empresas: PRIME MINISTER y WWE- World Wrestling Entertainment. El resumen podría ser que hemos aprovechado la  ocasión que nos presentaba el mercado y hemos incorporado una buena empresa a nuestra cartera. 

Respecto a PRIME MINISTER, os indicaré que el nombre es falso, no es el nombre real de la  empresa pues aún estamos construyendo la posición. Tan sólo os indicaré en esta Carta que es una  pequeña empresa que cuenta con un 15% de su capitalización en efectivo y que suele recomprar  acciones (un 12% el año anterior). No hace cosas raras y no tiene cosas raras ni exóticas en su  balance, simplemente una pequeña empresa prudentemente gestionada. Cuando la posición esté  construida os daré más detalles y el nombre real. 

Respecto a WWE aproveché para incrementar un tercio la posición dado que su cotización había  recortado desde la inversión inicial. Poco después ha retomado la senda alcista. La verdad es que  estoy encantado con esta empresa y creo que vosotros deberíais estar también encantados con ella.  La última operación que ha realizado ha sido una grandísima operación. Ha vendido los derechos sobre WWE Network en EEUU durante cinco años por mil millones de dólares. Eso significa unos  200 millones de dólares por año (y no se incluye la parte internacional de WWE Network, donde se  prevé un fuerte crecimiento para esos cinco próximos años), que con 1.5 millones de suscriptores  supone un ingreso por cada suscriptor de 133 dólares por suscriptor ($11.08 por mes). La venta de  los derechos durante esos cinco años se hace a Peacock, el servicio de streaming de NBCUniversal y  nos permite alcanzar una audiencia muy superior, no sólo por la capacidad de la propia  NBCUniversal, sino que al ofrecerse WWE Network en un paquete a $4.99 por mes o los $9.99 por  mes en versión premium plus sin anuncios. Es decir, el acuerdo nos paga, por suscriptor entre un  120% o un 11% más dependiendo del tipo de servicio que tenga el suscriptor. No es mala operación.  Además, al cabo de esos cinco años el acuerdo o bien se renegocia o bien los derechos vuelven a ser  nuestros- pero con una base de clientes posiblemente más fidelizados para ese entonces. 

En el caso de Renault, aunque sigue limpiando los marrones arrastrados desde atrás por la estructura corporativa y por digerir el proceso de ajuste a la nueva realidad del cambio más acelerado hacia el  vehículo eléctrico mientras siguen debiendo responder a los compromisos anteriores- como es  lógico- ha presentado un resultado anual de pérdidas históricas… pero va en buen camino, y parece  que el mercado empieza a reconocerlo.  



El plan de ajuste elaborado por el nuevo CEO Luca de Meo va incluso mejor de lo previsto en cuanto  a reducción de costes. El proceso de ajuste al nuevo entorno más eléctrico y ligero va avanzando y el  mercado no tardará en recononer que la empresa vale, al menos un cincuenta por ciento más. 

GARMIN, por su lado ha mostrado una capacidad fabulosa de aguante en una situación tan  complicada como hemos tenido el año pasado con la pandemia.



Como podemos ver, no sólo sigue siendo una empresa estupendamente saneada sino que sus  márgenes siguen siendo muy resistentes. Y estamos hablando en una situación en la que la división  de aoeronáutica no ha podido dar grandes alegrías y donde las otras, en mayor o menor medida, se  han visto afectadas por el parón de la pandemia. A largo plazo, Garmin seguirá siendo una empresa  realmente excepcional, bien gestionada, con un balance solidísimo y a prueba de todo, y lo principal,  una cultura enfocada a la innovacion y a lanzar los productos más adecuados y demandados por los  clientes y usuarios. Haciendo lo correcto. El pasado de Garmin ha sido fabuloso, el futuro será  brillante también. 

Varios 

El nivel de liquidez actual es el 16,30% y 21 empresas. Contamos con unos 171 argonautas de toda  España y unos 7.700.000 euros bajo gestión. 

El valor liquidativo de este Argos respecto al valor intrínseco que hemos calculado y tenéis en la última gráfica es equivalente a comprar un billete de cien euros por 63,75€, lo que supone adquirir  las participaciones del Argos (recordad, a partir del 11 de Diciembre de 2019 Esfera I ARGOS) con  un significativo margen de seguridad. Por cierto, he preferido ajustar la rentabilidad al valor  liquidativo anterior -para seguir con el histórico tradicional de largo plazo-, pero el valor liquidativo  oficial del Esfera I ARGOS es diferente como podéis comprobar al ver vuestra posición. 

El valor liquidativo en este mes se ha incrementado pero el margen, pese a ello, ha crecido gracias al  incremento del valor intrínseco del fondo.  

Para aquellos de vosotros que tenéis curiosidad en ver cómo nos estamos comportando desde que  estamos en el fondo actual, la comparativa con los índices- y siempre con dividendos brutos reinvertidos, obviamente- es la siguiente:



Por cierto, algunos de vosotros me pedís información sobre cómo daros de alta en el nuevo fondo en  Andbank/MyInvestor; hasta que no me faciliten un enlace para poderos dar de alta ligados a mí, es  preferible que contactéis conmigo en la dirección de correo electrónico que tenéis abajo. 

Como siempre agradeceros nuevamente vuestra confianza y apoyo continuado. 
























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