La política de inversiones tiene como objetivo generar un crecimiento a largo plazo del capital a través de inversiones en una amplia gama de clases de activos, en particular en los mercados de acciones globales y los mercados de renta fija y monetarios europeos. En general, el objetivo es lograr a medio plazo un rendimiento comparable al de una cartera equilibrada que consiste en 15% de los mercados de renta variable mundial y el 85% los mercados de bonos euro a medio plazo.