En el capítulo 1 relaté mi desastroso y ridículo primer día de bolsa.
En el capitulo 2 relaté como me arruiné por primera vez.
En el capítulo 3 relaté como empecé a aprender algunas cosas y tuve mi primer gran día de gloria.
En el capítulo 4 relaté como no confiar en mis ideas fue un error y lo fácil que es perder el norte.
.........después de mi ingrata experiencia donde en una misma semana toqué el cielo y el infierno, me quedé en silencio.
Poco a poco recuperé la consciencia y la tranquilidad. Prácticamente no hice nada en los mercados. Al darme cuenta de lo débil que es la mente y lo fácil que es entrar en "modo ludopatía", decidí que tenía que contrarrestar mi trabajo intelectual con actividad física intensa. Y eso empezó a liberarme. Desde entonces ni mucho menos soy un deportista regular, de hecho paso meses sin hacer prácticamente nada, pero si he encontrado que mis fases de mayores ganancias concuerdan con las fases de mayor actividad física. Estar delante de un ordenador todo el día puede llevar la mente hacia muchas trampas. Mens sana in corpore sano. Las mayores cagadas siempre las he hecho después de una fase de estrés mental dónde no contrarresté ese estrés con carga física. De hecho lo primero que pienso tras perder es: "¿hace cuánto que no corres?"
Cuándo aún me lamentaba por mi operación fallida - dónde el mercado me humilló hasta lo más profundo- el día 27 de diciembre ví algo:
¿Qué era eso? sí, un doble techo irregular formado durante el mes de diciembre. Hmm me encantan los patrones "W", desde casi el principio me había dado cuenta que es el lenguaje íntimo del mercado. Y además estaba de acuerdo con mi sensación de que el mercado era bajista....
....pero estaba dolido y no podia apretar el gatillo. Y cuando esto ocurre el mercado solo puede hacer una cosa.....
...seguir cayendo por supuesto. ¡Maldita sea¡ Estaba en lo cierto pero mi dolor todavía estaba muy presente en mí. Esos días no tomé ninguna gran posición. Aunque como siguió cayendo si operé a cortos e hice algo de dinero. No mucho.
Finalmente, el día 11 de enero sabía que tenía algo. Después de la caída de esos días el mercado continuaba débil. Pero esta vez no pensé que el mercado volvería a rebotar, sino que se iba a despeñar. El mercado en gráfico horario mostraba un doble techo y sabía que era una gran oportunidad para ponerse cortos y coger una buena tendencia bajista. Y eso hice.
Creo que nunca en mi vida he tenido mejor timing que esa vez. Fue vender a cortos a última hora del día y el precio no hizo ni un tick más al alza. Para mi alegría, el mercado empezó a caer:
Les digo la verdad. Estaba convencido de que el mercado iba a caer un 10%. Era lógico. Lo veía así. La tendencia alcista estaba comprometida y lo único que podían hacer los índices eran caer a plomo. Además el precio y su comportamiento me lo confirmaban: extrema debilidad.
Sin embargo el mercado rebotó. ¡Maldita sea¡
Mi stop estaba al nivel de entrada y aún no se había ejecutado. Me volví a poner nervioso, parecía que el mercado no iba a caer. Otra vez me había equivocado. En fin, así es la vida. Al menos al entrar con tanta exactitud no me creará pérdidas. Recé para que no subiera más.....y efectivamente no subió, al día siguiente el mercado cayó con fuerza:
¡Mis rezos habían sido escuchados¡ Sin embargo, después del acojone del día anterior donde mi stop estuvo a punto de ser reventado y viendo que los 1380 eran un soporte donde el precio se había frenado en día previos, decidí tomar beneficios. No sé cuanto eran, unos 3000 o 4000. Con mi situación no era poca cosa. Tenía una fuerte idea de que los mercados iban a caer más. ¿al fin y al cabo no habia estado en lo cierto desde diciembre y el mercado había caído montón?. Pero entre el susto de perder otra vez la operación y viendo dinero encima de la mesa decidí cerrar. No estaba para muchas incertidumbres. Sin embargo, el mercado en su infinita capacidad para humillarnos, me haría la misma jugada de los últimos tiempos:
El lunes los mercados seguían cayendo con fuerza. Yo estaba fuera del mercado. Entonces el mundo conocío a Jerome Kerviel y entendimos porque los mercados se habían despeñado tanto. Societe Generale venia desaciendo una posición enorme de futuros desde el día 18. Finalmente, el mercado al darse cuenta de que algo raro ocurría se despeñó.
¡¡ouch¡¡ mierda¡ lo sabía, lo sabía¡¡ Otra vez lo mismo. No salía del mismo maldito bucle donde se que va a ocurrir, el mercado me engaña (o me acojono o gestiono mal) para finalmente el mercado hacer exactamente lo que pensaba. ¡¡otra vez no por dios¡¡ Mi dolor se intensificó. Da lo mismo perder dinero que perder una oportunidad. A efectos prácticos es exactamente lo mismo: menos dinero en la cuenta.
Respiré. Sabía que ahora no tenía nada que hacer. Ese movimiento a la baja no podía ser eterno. Hasta un niño de 5 años sabe que lo que rápido cae tiene que rebotar.
Pero esa la teoría a medio plazo. Al día siguiente, el 22 de enero, el pánico seguía sacudiendo los mercados financieros. Aquel día solo observaba. Me quedé fascinado con la velocidad con la que podían caer los mercados. Nunca había visto nada igual. Era frenético.
Ya no me interesaba el trading. Aquél día era historia viva y solo intentaba observar y leer que estaba ocurriendo. En un momento dado del día, y antes de la apertura de los mercados americanos se dió un hecho espectacular en todos los mercados.
¡¡Nadie compraba¡¡ Absolutamente nadie. En el libro de órdenes de los futuros americanos ¡¡no había posiciones de compra¡¡ ¿cómo era eso posible? ¿Se iba a acabar el mundo? Vemos en la imagen siguiente como a las 12:55 del 22 de Enero no había nadie ofreciendo precios de compra el futuro del miniibex.
Y a continuación la imagen de captura de mi pantalla del futuro de mini Dow Jones de aquél día. Me quedé fascinado: ¡¡el gráfico había muerto¡¡, no había transacciones por un periodo prolongado de tiempo. El gráfico que tiene una componente temporal, solo podía dibujar rayitas planas, una detrás de otra, a medida que pasaban los minutos. Sentí miedo por el futuro. Si nadie compraba aquéllo debería ser el fín ¿no? Se cerrarían los mercados financieros. Los especuladores serían echados del sistema y abrazaríamos el comunismo ¡¡nadie compraba¡¡
Seguía observando el libro de órdenes del futuro del mini Dow (aunque en todos los relatos he hablado del S&P 500, lo cierto es que operaba este otro futuro totalmente correlacionado). Nada. Ni rastro de vida. Sin embargo, o muy cerca de la apertura o justo en ella, me quedé más anonadodado aún. ¡¡Un tipo había comprado 2000 contratos de futuro!! ¡¡Wow! pensé. Ese debe saber lo que hace. En apenas unos pocos minutos un futuro en el que ver operaciones de más de 50 contratos ya era raro, se había llenado de ordenes de compra multimillonarias. 2000 por aquí, 1000 por allá, otros 500 contratos comprados por aquí. Todo en apenas unos 10 minutos. La desidia compradora se había tornado en euforia compradora. Desesperación por entrar en el mercado. ¡¡Que coño había pasado¡¡ ¿Qué ocurre? No tenía ni idea.
Finalmente en algún momento del día, la Reserva Federal recortó los tipos de interés en 75 puntos básicos, y lo hizo por sorpresa. Tal y como se ve en la imagen inmediatamente anterior, la gran vela verde correspode a ese momento. Después el mercado empezaría a caer con fuerza. Se estabilizó y meti unas operaciones. Pensé: "si la FED ha hecho eso tal vez valga la pena comprar, aún recuerdo mi primer gran victoria en bolsa cuando la FED recortó tipos, así que vayamos al alza" . Y compré. Se ve en la imagen las flechitas de las compras (en un círculo). Esta imagen corresponde a mi diario de trading de aquél día. Y salen flechas porque en aquellos momentos operaba con Visual Chart unido al broker. Se ve que cuando llevaba unos 140 puntos de beneficios cerré. Y más tarde en el día hice montón de operaciones intradía sin ton ni son. Aquél día fue netamente positivo, pero tampoco espectacular.
En los siguientes días el mercado rebotaría. GRRR¡¡ Tenía que haber aguantado mis primeras compras, pero en fin, hacía mucho tiempo que estaba tocado y cuando aguantaba las operaciones me salía mal y cuando no las aguantaba el mercado se iba.
Todos estos hechos, especialmente los hechos del día 22 de enero en el que el mercado se "secó" y donde inmediatamente pasó de esa situación a la contraria, viendo como se hacían compras millonarias con futuros, fue el primer despertar de mi consciencia Contrarian.
El ver que "el fin del mundo" estaba cerca, pero que había gente que en un momento dado estaba comprando cantidades enormes de futuros y que la jugada le había salido bien, hizo nacer en mí la idea de que tal vez comprando en los peores momentos era el mejor momento para hacerlo. ¿Qué sabían esos compradores que no supieran los demás?
Fin de la noche más larga. Inicio del alba. Había despertado la consciencia de un Contrarian.