En la entrada anterior ponía de relieve la importancia de los ajustes. Hasta el punto de que lo considero el núcleo del estilo. ¿Qué es lo que hace que una Iron Condor pueda ser rentable? Pues los ajustes. si nos planteamos operar este tipo de estrategias sólo gestionando la entrada terminaremos perdiendo.
Es verdad que cuentan con un elevado porcentaje de acierto, pero el demoledor ratio entre posibles ganancias y pérdidas hace que de una tacada se pierda todo lo ganado durante meses y además lleguen los números rojos.
Hay que ajustar. Pero en esto hay que andarse con cuidado. Si te pasas malo, pero si te quedas corto peor.
¿Dónde está el término medio?
Recordemos cuatro rasgos de los ajustes que mencionamos antes:
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El beneficio máximo de la estrategia está determinado desde el principio.
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Los ajustes no son gratuitos, cada vez que haces un ajuste te cuesta una parte del beneficio.
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A más determinante sea el ajuste mayor es su coste.
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Si te posicionas en un sentido dejas de posicionarte en el opuesto.
Por tanto tenemos dos riesgos:
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Si ajustamos demasiado gastamos todo el rendimiento de la estrategia por lo que estamos en el mercado sólo para no perder.
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Si ajustamos demasiado poco la pérdidas generadas por la estrategia puede ser tan altas que precisemos meses para recuperarlas.
A primero vista parece evidente que puestos a equivocarse es mejor ajustar de más que de menos. No ganar siempre será mejor que perder. Y de hecho la recomendación al operador novel es sobre ajustar.
Pero es algo que no puede mantenerse con el tiempo. Podemos estar durante unas cuantas estrategias sobre ajustando pero hay que terminar limitándose. Hay que asumir que el número de ajustes es limitado.
Imaginemos que estamos en un fuerte de los del oeste con lo indios atacando. Cada noche que aguantemos nos llevamos el beneficio. Afortunadamente podemos abandonar el fuerte cuando queramos, asumiendo ganancias o pérdidas. Por contra la munición que tenemos es limitada y si los indios entran nos quedamos sin cabellera.
En esta situación tenemos que cuidar cada tiro. Si disparamos a cada ruido pronto nos quedaremos sin munición y deberemos abandonar el fuerte.
Por otro lado si vamos dejando que los indios se acerquen cada vez más al final se nos cuela dentro toda la tribu.
Por eso es que no sólo hay que ajustar lo razonable sino también en el momento adecuado. No cuando se intuyen lo problemas sino cuando realmente está ahí. Gastando el dinero de forma equilibrada para lo que tenemos encima.
Aunque se pueden plantear buenas reglas para determinar los ajustes, sobre todo los que se hacen al principio, finalmente será la experiencia lo que nos ayude a encontrar el equilibrio entre ajustes y sobre ajustes.
Bueno, la experiencia y el carácter de cada operador.
Hasta la próxima.
