La necesidad de ganar lleva implícito la posibilidad de perder
¿Cómo afectan a los resultados de la actividad inversora el deseo de ganar dinero de una forma vehemente? ¿Es posible ganar, si o si, a los mercados? Para acercar al lector a casos reales de psico trading, historias que ponen en evidencia la necesidad del autoconocimiento y la gestión mental del inversor, comparto algún caso real. El nombre, el trasfondo de la historia, se han cambiado para proteger totalmente la privacidad, queda la casuistica común que afecta a miles de inversores no profesionales.
La historia de Camilo me conmueve. Camilo estaba harto de la vida que había llevado hasta ahora. Empezó muy joven a ayudar a su padre en una frutería y pronto aprendió lo que era una vida de esfuerzo. A las 4 de la mañana, todos los días laborables, acompañaba a su padre en el camión para ir al mercado central de mayoristas para abastecerse de frutas, verduras, patatas y otros productos no perecederos que podían vender en la tienda de barrio. No le iba mal, porque ya llevaban muchos años en un pequeño local, bien situado, en una esquina estratégica, con cruce a dos calles céntricas, y su clientela era bastante fiel.
Tras la muerte de su padre, bastante joven, por cierto, a los 54 años, víctima de un infarto que se llevó su vida sin previo aviso, Camilo se quedó con la tienda de frutas, verduras y comestibles. Se casó, pronto le nacieron dos hijos y sus necesidades económicas fueron en aumento.
A base de más y más esfuerzo logro montar otra tienda, aunque la instalación en el pueblo de un Supermercado de ámbito nacional hizo que los ingresos apenas cubrían los gastos. Y el trabajo, se multiplicaba.
Un conato de infarto lo envió al hospital, donde tuvo tiempo de reflexionar, con los demonios del miedo a la muerte rondándole día y noche la cabeza. Al salir del sanatorio, ya lo tenía pensado. Vendió las dos tiendas con un traspaso y decidió que iba, si o si, a cambiar de vida. El no moriría tan pronto como su padre, reventado por el duro trabajo.
Después de pagar las deudas, su patrimonio en efectivo le pareció grandioso: 20.000€. Además, una casa en el pueblo, con hipoteca a 30 años, que podían pagar como si fuera un alquiler. Los ingresos de su mujer como peluquera, con un sueldo bastante estable desde hacía 7 años, les permitía vivir sin problemas. Estaban acostumbrados a gastar poco, por lo que pensaron que no les iba a faltar el dinero, para ellos y la educación de sus hijos, siendo trabajadores y honrados, como eran ellos.
El anuncio de un curso de bolsa con el reclamo “gánate un sueldo y logra tu libertad financiera” inmediatamente se les presentó como un milagro, en esos momentos de búsqueda de opciones para lograr ingresos. El caso es que… invertir en bolsa no fue como pensaba Camilo. Unas veces ganaba, otras perdían. Los ahorros iban disminuyendo constantemente. Su mujer, conocedora de la gran ilusión que tenía su marido de verse como inversor rentable, lo animaba: “No te preocupes que me tienes a tu lado, en el peor de los casos nos podemos apañar con mi sueldo”. Pero Camilo sí que se preocupaba. Se había puesto un tope: “en 7 meses más ya tengo que ganar dinero y recuperar la cuenta”.
Como el “milagro” no sucedía, a escondidas de su mujer se puso en contacto conmigo y analizamos la situación. La prisa por ganar dinero, sentir que “él podía” con la nueva actividad inversora, la vergüenza de haber perdido ya parte del dinero producto de la venta de las tiendas de frutería, las ganas de sentirse útil, estaban detrás de una impulsividad en su trading. Un trading emocional es la causa de la perdida de las cuentas de los inversores novatos.
Ambos comprobamos que sus conocimientos de los mercados todavía no eran sólidos y que y había desarrollado un “pensamiento mágico” de que es fácil ganar dinero rápidamente.
Camilo dejó el trading. Encontró un trabajo a media jornada en una empresa de ambulancias, que le aportaba un sueldo aceptable y le dejaba tiempo para seguir formándose en inversiones. A la par, se formó conmigo en cómo generar ingresos pasivos, empezando con el dinero que todavía le quedaba y ahorrando sistemáticamente todos los meses. Esto no le supuso esfuerzo, porque, como dije, tanto el cómo su mujer eran personas sobrias en gasto. Ahora tienen un sistema equilibrado de ahorro e inversión, que les garantiza un patrimonio suficiente para cuando sean mayores y ya no puedan trabajar.Alguna que otra vez sigue poniéndose en contacto conmigo, y me recuerda, con una sonrisa, su aprendizaje: “La necesidad de ganar dinero lleva implícito el poder perderlo”.
REFLEXIONES
- El trading es un “vehículo de inversión” que puede llevarte, o no, a la situación de generar ingresos que deseas.
- Invertir en mercados volátiles, con poca preparación en análisis técnico y gestión monetaria, es garantía segura de perdida de la cuenta si no se tiene experiencia y conocimientos.
- Aun teniendo conocimientos de como funcionan los mercados, el impacto de las emociones provoca la toma de decisiones impulsiva, base de pérdidas de dinero.
- Un elevado número de aspirantes a traders pierden su dinero en poco tiempo. (regla del 90: “el 90% de los traders pierden el 90% de su dinero en los primeros 90 días)
- Si verdaderamente el inversor no profesional quiere ganar dinero, la clave es el autoconocimiento y una adecuada selección de activos.
- El trading puede ser una opción siempre que se tome como una profesión, lo que va a requerir tiempo, esfuerzo, motivación y el entrenamiento personal para gestionar la mente y las emociones.
- El trading, al ser un acelerador de emociones, es una actividad que requiere que la persona sea disciplinada, con un alto compromiso en su propio desarrollo personal, por lo que el psico trading no solo contribuye a frenar las perdidas, sino a desarrollar una personalidad de éxito inversora.
Rosa Estañ Homs
Mentora&Coach Profesional y Financiero
Experta en Neuro finanzas y Psicotrading
