Uno de los productos más utilizados a la hora de ahorrar de cara a nuestra jubilación es, sin lugar a dudas, los planes de pensiones, gracias, fundamentalmente, a la ventajosa fiscalidad con la que cuentan y que permite, especialmente a aquellos que cuentan con elevados ingresos, reducir la factura que cada año nos presenta Hacienda. De todos es conocido las habituales campañas que las entidades realizan para incrementar las aportaciones que realizan los partícipes, especialmente a finales de año y durante el periodo de recaudación del IRPF. Sin embargo, este tipo de planes, aquellos denominados Individuales (PPI), y que están promovidos por las propias entidades, no son la única alternativa para realizar aportaciones a este tipo de instrumentos.
Aunque existen dos alternativas, los planes de promoción conjunta y de sistema empleo (PPE), esta última es la más extendida, si bien su existencia sigue rodeada de cierto desconocimiento por parte del público en general y de los propios partícipes en particular.
Los planes de PPE son aquellos promovidos por las empresas y cuyos beneficiarios son exclusivamente los empleados de las mismas. La existencia de este tipo de planes genera una serie de ventajas, tanto para la empresa como para los empleados. Por un lado, es una forma de fidelización bastante efectiva para aquellos empleados que la empresa pueda considerar como fundamentales, además de que aquellas aportaciones realizadas por la empresa computan como gasto deducible para el Impuesto de Sociedades. Por otro lado, y como ya se ha comentado, reducen la factura fiscal del participe. Sin embargo, puede haber alguna otra ventaja para el participe que no es tan conocida.
A diferencia de los PPI, en estos planes los partícipes se implican en la gestión del plan, ya que se encuentran representados en la comisión de control. Esta implicación genera un mayor control sobre las inversiones realizadas, lo que genera un aumento en la eficiencia de las mismas.
A este mayor control hay que añadirle un incremento sustancial en la capacidad de negociación que pueden ejercer frente a las entidades, lo que, unido a la reducción de gastos que conlleva este tipo de planes, al no tener que acompañarlos de promociones ni otro tipo de material publicitario, supone que los partícipes suelen soportar menores comisiones, tanto de gestión como de depositaría.
Ambas circunstancias, el control de la gestión y la reducción en las comisiones, generan, entre otros motivos, una consecuencia bastante interesante: Estos planes presentan, en promedio, mejores rentabilidades en casi todas las categorías y plazos estudiados, como se puede en el siguiente cuadro:
Sin embargo, no es esta la única prueba que demuestra las ventajas de los PPE frente a los PPI Si observamos los 25 mejores planes de cada periodo, la mayoría de ellos son PPE; de hecho, solo a 5 y 3 años la mayoría de los 25 planes más rentables son PPI, gracias al efecto de los planes garantizados (5 años) y de Renta Variable (3 años):
Pero, por si esto fuera poco, e indagando en la línea seguida por
este artículo, si descontamos el
efecto inflación podemos comprobar que en la práctica totalidad de los periodos observados los PPI no son capaces de batir a la inflación… mientras que los PPE sí lo hacen, especialmente a partir de los 10 años:
Eso si, tenga presente la única “pega” que tienen estos planes, y que incide en una característica extensible a toda la gama de PP del mercado: la opacidad de sus carteras. Sólo los partícipes conocen la composición, más o menos exhaustiva, de la cartera que incluyen estos planes.
En todo caso, y en definitiva, si usted es un trabajador de las 1.263 empresas u organismos que en España cuentan con un Plan de Pensiones de sistema Empleo, está pensando en realizar aportaciones a un plan de pensiones y cumple con los requisitos estipulados para poder participar de él, puede plantearse realizar aportaciones al mismo, en caso de que su PPI no se esté comportando como a usted le gustaría, ya que, con una alta probabilidad, el PPE puede comportarse mejor que su PPI.
Nota: Los cuadros han sido realizados con los datos del informe trimestral de Inverco correspondiente a diciembre de 2012. La categoría “Empleo” del último cuadro engloba los 361 PPE que no informan de la composición de su cartera a la citada organización.