El Ibex, cuya compra recomendábamos en el anterior Gráfico semanal, encontró efectivamente soporte en los niveles de cierre del viernes 22 de mayo y ha subido un 6% esta última semana, en la que ha sido el mejor índice europeo. Una posición a la que no estábamos muy acostumbrados en los últimos tiempos, más bien al revés.
Ese comportamiento diferencial ha tenido mucho que ver con la rotación que hemos visto la semana pasada en las Bolsas, una rotación en la que los valores que venían siendo líderes en las subidas, en particular los tecnológicos, han cedido paso a empresas que habían sido muy castigadas por pertenecer a sectores especialmente afectados por el confinamiento y la prohibición de la movilidad.
Es el caso de la aerolínea IAG o del grupo hotelero Meliá, cuya evolución semanal podemos ver en el Gráfico adjunto, en rojo y en azul respectivamente. Ambos iniciaron la semana el pasado lunes con fuertes subidas, en línea con las que en esa misma sesión experimentaron los valores homólogos en todas las Bolsas globales, movidos por la esperanza de una reapertura rápida de las economías. Esas subidas han llevado a Meliá a ganar un 28% en la semana y a IAG a ganar un 19%.
Esas fuertes alzas han hecho pensar a muchos que tal vez Warren Buffett se equivocó al vender hace un mes todas las acciones de aerolíneas que tenía en su cartera.
Solo el tiempo dirá si realmente Buffett considerado uno de los mejores inversores de todos los tiempos, cometió un error al tomar una decisión tan extrema. De momento, las acciones de las aerolíneas y las de grupos hoteleros recortaron con bastante fuerza el jueves y el viernes, comiéndose una parte de las subidas del lunes y martes. IAG perdió un 7,3% en la sesión del viernes y Meliá Hotels tampoco pudo escapar de fuertes caídas y perdió un 5,5% en la sesión de cierre semanal.
Las espectaculares subidas del pasado lunes son una señal de que el sector turístico y de viajes, y sobre todo algunas de las compañías de mayor calidad dentro del mismo, como Meliá o IAG, se había quedado muy barato tras las fuertes caídas de marzo y abril y de que todo tiene un límite.
Pero no hay que ir más allá de esa lectura. Los recortes del viernes nos recuerdan que no está nada claro que las aerolíneas o los hoteles vayan a volver estructuralmente a los niveles que tenían antes del Covid, al menos durante unos años, por lo que tal vez es mejor esperar un poco y ver realmente como es la reapertura, antes de precipitarse a tomar posiciones.
