Las acciones de la cadena de supermercados DIA cotizan por debajo del precio de salida a bolsa de 3,50 € en julio de 2011 y se aproximan a su mínimo histórico de 3,40 € de marzo de 2018.
Entre 2012 y 2014 la empresa logró duplicar su beneficio por acción de 0,232 € a 0,506 €. En 2015 la magnitud fue de 0,481 € pero desde entonces la caída ha sido continua hasta alcanzar los 0,155 € interanuales a marzo de 2018. Supone una reducción de dos terceras partes.
La fuerte depreciación de las divisas argentina y brasileña en los últimos meses ha acelerado la disminución de las ventas del grupo, que no logra compensar sus ingresos en España y Portugal con la caída de ventas en América, pues también se reducen. Argentina supone un 16% de las ventas y Brasil un 17,8%.
DIA se ha visto obligada a reducir el dividendo a cargo de 2017 a 0,18 € frente a los 0,21 € de 2016.
DIA ha estado recurriendo de forma recurrente a costes no recurrentes, valga la redundancia, para justificar su caída de beneficios. Como explico en mi blog, también ha abusado del concepto de “resultado neto ajustado“ mientras ocultaba en sus informes trimestrales el beneficio neto atribuido. Siempre es positivo que una empresa ofrezca medidas alternativas de su beneficio ya que con frecuencia predicen mejor los resultados futuros que las medidas estándar pero en este caso no ha sido así. En cambio, el beneficio neto atribuido sí que mostraba claramente el declive.