Inmobiliaria Colonial declaró un beneficio neto atribuido de 682,5 millones de euros en 2017, 2,5 veces superior al de 2016. Sin embargo, hay que tener en cuenta que contabilizó como “otros ingresos de explotación“ revalorizaciones de activos por un importe de 933 millones de euros. Desde luego, no se trata de ingresos de explotación sino de resultados extraordinarios sin generación de caja.
Los ingresos de explotación ordinarios fueron de 283,3 millones de euros y procedieron del arrendamiento de las oficinas que forman el activo de la compañía y que se hallan situadas en Madrid, Barcelona y París.
Del beneficio neto atribuido de 682,5 millones de euros, la empresa considera recurrentes 83 millones, un 14% que en 2016. Prácticamente 600 millones de euros del beneficio neto procedieron de la revalorización de activos.
Colonial informa de un beneficio por acción de 1,83 €, que en realidad son 1,57 € si se considera el número de acciones al final de 2017 y se descarta la autocartera. De esta cantidad, la inmobiliaria considera como recurrentes 0,215€.
El dividendo se paga con el beneficio recurrente, lo que es lógico ya que las revalorizaciones de activos no generan flujo de caja. El flujo de caja de explotación fue de 250,1 millones de euros. La empresa ha anunciado un dividendo de 0,18 € a cargo del ejercicio 2017, a repartir en junio o julio de 2018. Con un número de acciones de 435,3 millones de títulos menos 4,9 millones de acciones en autocartera, el dividendo supondrá un desembolso de 78,3 millones de euros, el 94% del beneficio neto recurrente.