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Stops Loss: ¿Por qué, dónde, cuándo? y más

 

 

Mucho se habla de los stops, hay gente que los critica, gente que habla de ellos como mantra salvador, a otros les parece bien pero no los ponen, en fin, cada trader podría tener una visión diferente sobre este tipo de órdenes.

Luis Garcia Langa

¿Por qué usar stop loss?

La respuesta típica es “para proteger el capital”. Para un inversor-especulador, el dinero es fundamental, sin él no podemos hacer nada, es el equivalente a existencias y clientes para una empresa, por lo tanto el principal objetivo que tenemos es proteger nuestro capital. Es cierto que podemos tener un ordenador, monitores, conocimientos, etc, pero si perdemos nuestro dinero no podremos operar más.

Visto esto, tener un “seguro anti mercado” se antoja fundamental: hay muchos factores por los que una orden puede salir mal, y hay que ser humildes para reconocerlo. Sí, por muy buenos que seamos, por muchas señales que nos dé un activo y por muchos análisis que hayamos hecho podemos estar equivocados. Pero es que, incluso sin estarlo, la cotización puede ir en dirección contraria, ya sea por irracionalidad del mercado, por manipulación, por ruidos, por riesgo sistemático o por cosas que no sabemos. 

Quien no asuma esto, y no utilice este seguro, está condenado a morir (bursátilmente hablando), cuanto mayor sea la intensidad de la operativa más rápido caerá. Es más, el stop es mejor que un seguro: cuando contratamos una póliza pagamos una prima se dé o no la contingencia cubierta, con los stops solo pagamos esta prima si se da (no confundir con las opciones, me refiero, asemejándolo a un seguro, a la diferencia entre el precio de apertura y el de cierre), en cambio si el activo va en la dirección que buscamos no nos costará nada tener esta protección (si el bróker no cobra por poner y/o modificar órdenes aunque no se ejecuten, algo que está muy en desuso). 

Podría entender que inversores que únicamente aplican análisis fundamental no pongan stops, aunque sí deben tener una estrategia de protección; en caso de utilizar análisis técnico no hay excusa: la base de éste indica que al anularse una señal el movimiento es contrario, por lo tanto siempre hay que estar protegido ante un cambio de situación que sabemos teóricamente que se puede dar.

Por lo tanto, el motivo principal es la protección, pero también son útiles en la gestión del capital, e incluso de las emociones, algo que veremos en los siguientes puntos.

Realmente los stops se pueden poner tanto para abrir como para cerrar, y tanto para posiciones cortas (bajistas) como largas (alcistas). Los stops para abrir posiciones, se utilizarían para el caso de señales de continuación de tendencia, por ejemplo una rotura de resistencia. Personalmente no me gustan ya que en momentos así prefiero esperar cierta consolidación; aunque me gustara no sería el objeto de este artículo. Además, para facilitar la explicación y porque es la operativa de la mayoría de inversores/especuladores, se hablará generalmente de stops para proteger posiciones largas. 

 

¿Dónde usar stop loss?

Una opción es marcarse un nivel de pérdida asumible y poner el stop en este punto, sin embargo así se pierden dos utilidades de los stops.

La primera es que pueden combinarse con análisis técnico: buscando soportes ya sean de precios, directrices, fibonaccis, medias… se trata de puntos en los que hay más posibilidades de rebote, por lo tanto poniendo la orden por debajo tenemos más seguridad que no nos salte. Es básico intentar que no salten stops, cierto que nos protege de caídas y podemos dormir tranquilos, pero también lo es que, si nos saltan continuamente, va mermando nuestro patrimonio.

Llegamos a la segunda utilidad: el nivel donde se pone, además de cumplir criterios técnicos debe cumplir criterios de gestión de capital. El stop tiene que suponer una pérdida inferior al objetivo buscado. De esta forma nos aseguramos que, si  perdemos, al menos, tantas veces como ganamos, el resultado neto es positivo (no olvidemos que la bolsa es una carrera de fondo). Eso sí, debe ser realista y adecuado al objetivo que buscamos, por ejemplo no podemos poner un stop un 0,50% por debajo de la compra si queremos obtener un 10% de rentabilidad cómo se ve en el gráfico 1.

stop loss

Incluso nos permite elaborar una fórmula para diversificar activos: en base a la pérdida asumible podemos invertir más o menos en una determinada acción. En función de  esto, compraremos más acciones cuanto menor sea la pérdida porcentual.

 

¿Cuándo usar stop loss?

Es básico que los stops se pongan en el momento de poner la orden de compra. No tiene explicación técnica, bueno… es más cómodo ya que en una misma boleta se ponen las dos órdenes, pero sí la tiene emocional. Es posible que ya se haya dado cuenta que el factor emocional (y el de gestión de capital) son tanto o más importantes que los conocimientos, la plataforma y la estrategia.

Pues bien, cuando definimos el precio de compra de un activo y un nivel de stop somos mucho más objetivos que una vez ya estando invertidos. Quien no tenga mucha experiencia posiblemente pensará que es un bulo de fricky, pero seguro que a muchos os ha pasado: una vez que hemos comprado vemos señales de venta donde no las veíamos antes, por arriba muy cercanas al precio (tenemos ganas de realizar ganancias), por debajo cada vez más alejados (tenemos miedo de perder). Como, además, el miedo a perder es más grande que la satisfacción de ganar (teoría de la perspectiva) y somos orgullosos, no veremos señal de venta en pérdidas. 

Antes de comprar todavía somos objetivos, por lo tanto sí veremos señales técnicas que tengan una relación óptima con el objetivo de ganancias. 

Aún haciéndolo en el momento de la compra hay otro riesgo: querer bajar el stop. Si el mercado va en la dirección opuesta a nuestro análisis y bajamos el stop, éste no nos servirá de nada: cuando veamos que la cotización va bajando y acercándose a nuestro stop, por arte de magia, la señal que veíamos cuando éramos objetivos desaparecerá y diremos “¿por qué puse el stop aquí cuándo debería estar acá? (en un punto más bajo)”. Hacer esto es lo mismo que no poner el stop, y por tanto, dependiendo de la operativa, la desaparición del capital. 

Somos humanos y, por tanto, esta reacción es más que normal, ¿cómo evitarlo? 

Es muy fácil, hay que llevar un diario de la operativa, apuntar (antes o segundos después de dar la orden de compra y stop) por qué ponemos el stop. Si hacemos esto, cuando veamos que la cotización se acerca, recurriremos a nuestro cuaderno y veremos el análisis que hicimos cuando éramos objetivos. Por supuesto, hay que fiarse más de éste (es el ángel en el hombro) que ahora que somos subjetivos y tenemos miedo (el demonio en el otro hombro). Solo hay una excepción: en caso de operaciones corporativas que generen un ajuste en el precio (dividendo, ampliación y por supuesto Split) sí se puede (se debe) rebajar el stop en la cantidad equivalente al ajuste.

En cuanto a las emociones también nos puede ayudar en otro sentido; reconociendo que es menos demostrable (personalmente me va bien), el cuantificar la pérdida que sufriremos como resultado en caso de saltar el stop hace disminuir la ansiedad: ya hemos visto plasmada en el papel esta pérdida y la tenemos “algo asumida”, por lo tanto seremos menos irracionales para intentar evitarla.

Por supuesto, no es válido decir “yo el stop me lo pongo mental porque no quiero que se vea”. Parece poco humilde pensar que grandes patrimonios que invierten millones de euros quieran fastidiar nuestra operación (quien opere en OTC’s y sospeche de su plataforma lo debe poner en conocimientos de CNMV y dejar de operar con ellos). Lo peor es que este exceso de confianza en uno mismo provocará que cuando el precio se acerque, aunque lo tenga apuntado, no pondrá el stop y lo dejará caer más.

Cuando la cotización ha ido a nuestro favor y estamos ganando dinero es otro momento de utilizar los stops. Mucha gente marca una orden de venta limitada en un nivel determinado, mientras que otros se marcan objetivos sin limitar la venta. Quien haga lo segundo, al alcanzar estos objetivos se subirá el stop; cierto que se dejará de ganar algo, pero si la tendencia continua se puede volver a subir el stop de forma casi infinita. Es una forma de llevar a la práctica dos frases que se deben grabar a fuego (ojo, que no todas las frases hechas son ciertas): “limitar las pérdidas y dejar correr las ganancias” y “la última peseta que se la lleve otro”.

Al no tener la orden puesta, de nuevo, el factor emocional nos puede afectar. Las soluciones son similares al stop en pérdidas: marcar claramente los motivos y los puntos donde se subirán los stops, cuantos más objetivos se marque mejor ya que cuanto más lejos esté el precio más objetivos somos.

Una opción robotizada son los stops dinámicos o trailing stops, sin embargo no soy muy partidario: se podrían colocar stops por encima de soportes cómo se ve en el gráfico 2. A pesar de ello, reconozco que para operaciones a muy corto plazo sí pueden ser útiles.

stop loss

En definitiva: los stops son necesarios pero hay que ser muy respetuoso con nuestra estrategia de inversión-especulación para poder utilizarlos y que nos protejan.

 

 

Este artículo ha sido extraído de la edición de septiembre de la revista TRADERS' by Rankia, si estás interesado en leer más artículos relacionados con el Trading, puedes suscribirte de forma gratuita a continuación.

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