Finalmente, el nivel de 8.775 se ha revelado como una importante resistencia. Hoy ha vuelto a tocarlo y a rendir una buena operación de venta. No obstante, no hay que olvidar que el futuro del Ibex sigue mostrando un importante desarrollo canalizado al alza. Mientras no pierda la base del canal y los últimos mínimos realizados en 8.300, mantendrá intacto el potencial alcista y la posibilidad de superar los 8.900 puntos. Más allá de esos dos niveles habría que apuntar los niveles de 9.200 y 8.100 puntos.
La situación por el momento es de lateralidad entre 8.900 y 8.300, en lo que podría ser un enorme hombro-cabeza-hombro a la espera de completar el hombro derecho. Y a muy corto plazo se ha definido un nuevo rango entre 8.775 y 8.614 puntos. Si se superan los 8.800 lo lógico sería ir del tirón a probar la fortaleza bajista de los 8.930 puntos. Si se pierden los 8.600 habría un primer indicio para tomar posiciones a la baja.
Mi sensación ahora mismo es que los índices están mostrando un cierto agotamiento para proseguir las subidas, pero que, sin embargo, todavía se encuentran lo bastante fuertes como para que se dé un tramo correctivo serio. El cierre semanal ofrecerá mayores pistas: parece que será feo y si no supera con nitidez los 8.800 será negativo. Si cierra próximo a las 8.700 se podría interpretar una figura de hombre colgado. Si cierra sobre 8.500 se podría llegar a hablar de una pauta envolvente, y en diario se daría una estrella vespertina.
En el gráfico se pueden contar hasta 4 toques a los 8.775 puntos que han reforzado la importancia de esa zona a corto plazo. El precio podía haber superado en algún momento ese nivel y la operación se hubiera desbaratado, pero, en ningún caso, habría sido eso lo importante y reseñable. Nada garantiza que una operación vaya a cumplirse y a salir bien. Siempre puede surgir una noticia terrible o una declaración impactante; por eso, es esencial determinar el peaje que se está dispuesto a pagar para entrar al mercado. Ayer el peaje eran 40 puntos, e insisto en que hubo varios momentos en que el futuro del Ibex se acercó a los máximos de la estrella y pudo hacer saltar el stop.
Deber ser crucial, pues, plantearse en primer lugar antes de realizar una operación, cuál es la pérdida máxima que se está dispuesto a asumir. Si esa cantidad excede el nivel de riesgo que permite la propia cartera, habrá que desecharla, incluso si ofrece un gran potencial de beneficio. Si hubiera saltado el stop, no habría pasado nada, porque en todo momento había estado definido el riesgo. A partir de ahí, se asume la pérdida y si se puede aprovechar el nuevo movimiento se aprovecha y si hay que volver a entrar en el sentido planteado, se entra. Cada vez que una operación sale mal, hay que tratar de descifrar el mensaje de fortaleza o debilidad que transmite el mercado.
En próximas entradas del blog, intentaré salir del rabioso corto plazo para tratar de que avancemos en la comprensión de nuevas herramientas que nos servirán de cara a plantear futuras operaciones.