Las medidas tomadas por los líderes europeos el 21 de Julio suponen un avance mayor que todo lo visto hasta ahora. Pero eso no significa que sea un avance sustancial ni mucho menos suficiente. Simplemente se trata de prácticamente el único avance significativo que va más allá de las cortinas de humo que hemos visto hasta la fecha. Los 110 mil millones adicionales a Grecia con mayor plazo y menor tipo de interés, un acuerdo parecido respecto a plazo y tipo para Portugal e Irlanda, el chantaje para el rollover de los acreedores privados con un recorte del 21% del valor de sus papeles mojados, y la posibilidad (la obligación) de que el EFSF compre la deuda periférica que nadie quiera, no son baby steps o pequeños avances en la correcta dirección. Son meros parches que están aún muy lejos de solucionar el problema de base de la Eurozona: La insolvencia de sus economías periféricas. Si no atacamos los problemas estructurales de raíz, lo único que vamos a conseguir es el deterioro de la divisa comunitaria y lastrar fatalmente las economías más solventes.
Estamos comunicando los valiosísimos vasos llenos con los vacíos, pero lo peor es que además los vacíos no tienen fondo. Estamos ya en un punto sin retorno para las economías más deterioradas como la irlandesa o la portuguesa, y quizá también para la española e italiana. Sólo la amputación de los más insolventes evitará el desastre. Y ese sacrificio beneficiará también a los miembros amputados, ya que mantenerlos unidos a un cuerpo tan divergente e incompatible con su estado, impide su correcta evolución.
El mantenimiento de un euro caro como moneda de economías recesivas y prácticamente quebradas como las periféricas no hace más que impedir que devalúen y que puedan tener alguna opción de revertir su proceso depresivo en los próximos años. Sólo así tendrían alguna posibilidad. Bueno, obviamente también tendrían posibilidades si son plenamente rescatados, mantenidos y "nacionalizados" por mama UE, con un suicida BCE que amamante eternamente sus necesidades de gasto público e ineficiencias endémicas. Pero eso, a pesar de que está ocurriendo, no parece ser una solución, viable, estable ni aceptable por Alemania cuando ésta despierte del letargo de la era Merkel. Porque lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Por ello debemos barajar el escenario más plausible, que es el de la tensión extrema del sistema de la Eurozona, tal i como lo conocemos hasta hoy, a no ser que Alemania acepte dar un definitivo e irreversible salto al vacío con la creación de Eurobonos, unificación de políticas laborales y fiscales, creación del ministerio de economía y finanzas comunitario en sustitución de los nacionales existentes, etc. Tendría que verlo para creerlo...
No obstante, nos acercamos a todo gas al final del camino, donde hay sólo dos opciones: O chocar contra un muro de hormigón del que saldríamos muy pero que muy mal parados; o la vía del salto cualitativo de la UE con la pérdida de soberanía total de los países miembros en cuestiones económicas, laborales y fiscales y la asunción de todos los costes por parte de los países ricos. Esta segunda me resulta inaceptable por Alemania, pero sin embargo seguimos acelerando sin parar hacia la encrucijada. Esto se va a poner más y más calentito, habrá que ver quién saltará en marcha en el último momento.