Diez meses después de aquel "Aquí huele a muerto...", sigue intuyéndose el tufillo a podredumbre a pesar del perfume barato y del maquillaje excesivo de la banca española. Obviamente el estrés test realizado por el Comité Europeo de Supervisores Bancarios ha sido el motivo por el cual sacar pecho virtual ante Europa y el mundo. Moncloa se ha apresurado a filtrar a los medios que las posiciones uno y dos de la lista de las entidades que mejor han soportado el test son el Santander y el BBVA, como todos sabéis.
Los resultados no se publicarán hasta Julio, pero la situación actual obliga a meter toda la carne en el asador para tratar de estabilizar una desconfianza que va a más en forma de spread del bono español frente al alemán.
Los dos grandes españoles sacan pecho desde hace ya un par de años por su poca afectación por los residuos tóxicos derivados de las hipotecas subprimes americanas, pero... ¿y el equivalente español? La podredumbre de la burbuja inmobiliaria española está aún emparedada tras gruesos muros de temeraria hipocresía de hormigón armado. Políticos, banqueros y burócratas han sellado hasta hoy un sarcófago que poco a poco se resquebraja, y va a irradiar la precaria solvencia de todo el sistema financiero español. Lo dijimos ya en "España: El agujero en el balance de Europa", la participación de la banca en el accionariado de las tasadoras, la renegociación de la deuda zombie y la morosidad falsamente reducida, son un sarcófago que no es más que una huída hacia delante. La banca española (y por supuestísimo las cajas) estaría masiva y virtualmente en quiebra si los activos inmobiliarios se valorasen a su precio real de mercado, y si no se mantuviera con respiración artificial a empresas y particulares que son cadáveres andantes.
La morosidad latente y la valoración mark-to-market llevaría a la quiebra a la mayor parte de las entidades financieras españolas (quizá ni los dos grandes, los primeros de la lista del estrés test se salvarían de la quema). Muchos diréis que la valoración mark-to-market es lo que tiene, y que precisamente por eso hay circunstancias en las que no se debe aplicar. Pero de ahí a sacar pecho político y bancario ante una lista de estrés test realizada con datos modelados a martillazos, va un abismo. Quizá el mismo, al borde del cual está la banca española por su mala cabeza hipotecaria y promotora.
P.D. Recientemente han condenado al Santander por la demanda de un particular en caso Madoff. La noticia remarca que es la primera condena sobre este asunto, como si fueran a venir otras próximamente. Santander es el mismo banco que se atrevió a poner en duda maliciosamente y en confabulación con el BBVA (curiosamente los flamantes primeros de la lista del estrés test) la rigurosidad y solvencia de la gestión de fondos como los de Carmignac, infinitamente más brillantes que los de su propia entidad, como ya denunciamos en su día en uno de nuestros artículos más leídos: "Carmignac y la banca: Cría cuervos". Manda huevos.
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