A colación del artículo titulado: "España: La intolerable cigarra de Europa", hemos recibido la siguiente reflexión de DJ, que creemos que merece tener la visibilidad de un post.
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Muchas gracias DJ por tu interesante reflexión. Creo que la clave está en que el hecho de pertenecer a una UEM en la que hay sólo un Banco Central Europeo con una sóla política monetaria, en cierto modo privatiza el Estado español. O sea que cuando dices que en el sector privado: "...o se toman medidas voluntariamente o la situación hace que se tomen medidas de forma forzosa", eso mismo es lo que le va suceder al sector público que ha perdido parcialmente esa condición por el hecho de no poder fabricar billetes y endeudarse indefinidamente. Ya no estamos ante un escenario de impunidad de la incompetencia pública. Precisamente porque pertenecemos a una UE a quien habrá que rendir cuentas en un momento dado, seremos intervenidos de una forma u otra. Más o menos sutilmente, pero ya no valdrá lo de que "...si uno gestiona mal, NO pasa nada...".
Cuando unos socios propietarios de una empresa se equivocan al elegir a su equipo gestor, el resultado es la relegación a la marginalidad entre la competencia, o incluso la quiebra y su desaparición darwiniana. Y el Estado español es, desde que entregó las llaves de su política monetaria al Euro, cada vez menos público y más parte de un holding. Para bien y para mal.
"Gurus Mundi, cuando en una empresa todo falla, los directivos, los socios o los accionistas, dependiendo de cada caso, toman medidas: cambian al equipo gestor, reorganizan un departamento, incorporan cambios en la producción o en el producto, reorganizan la plantilla, recortan gastos, ponen en marcha planes para que aumenten los ingresos, etc (o deberían hacerlo). Pero aquí, muy poco de eso ocurre.
Habría que ir caso por caso y actuar tanto en el sector público como en el privado, en los DOS. En el sector público, los que andan dilapidando el gasto público no son los funcionarios de a pie, los que ganan 700, 1.000 o 2.000 euros al mes en el mejor de los casos. Por encima de ellos hay unos “gestores” y personas que son las que toman las decisiones sobre el destino del gasto público (planes E, J y H o financiaciones autonómicas A, B y C, entre otras cosas). Quizás, el problema radica, a corto plazo, en el equipo directivo o gestor, que no siempre coinciden, y en la coexistencia de intereses antagónicos dentro de la propia estructura administrativa a todos los niveles, que quizás deberían revisarse a fondo, aunque sea políticamente incorrecto.
En el sector privado, ocurre un poco lo mismo, pero ahí, o se toman medidas voluntariamente o la situación hace que se tomen medidas de forma forzosa, bien cerrando la empresa o bien introduciendo cambios drásticos (ajustes de plantilla, cambios en el equipo gestor, reducción de stocks, refinanciación de la deuda, etc.). A nivel doméstico, una persona con un sueldo de 1.000 euros al mes que se hipotecó con una cuota de 1.000 euros al mes, que vivía en casa con sus padres (sé de alguno)y ha perdido ahora su trabajo, según el caso, podrá afrontar su deuda. Con un poco de suerte, le avalará su familia (padres o tíos) y, si no, le embargará la casa el banco, pero se producirán cambios, habrá una reacción y un cambio en su actitud.Las decisiones, acertadas o no, tienen consecuencias, pero a diferencia de lo que ocurre en el Gobierno, si la gestión o la toma de decisiones es inadecuada, cada uno tiene que asumir su responsabilidad, por las buenas o por las malas, y enmendarse. Por el contrario, el equipo gestor de los presupuestos públicos (a nivel estatal, autonómico y local), parece que nadie le pare los pies por las buenas. No hay cambios sustanciales, ni efectivos, sólo palabras y buenas intenciones. Si uno gestiona mal, NO pasa nada, de modo que me temo que será la propia situación la que, una vez producido el colapso, les haga reaccionar forzosamente, dejando de lado sus intereses partidistas (Gobierno, oposición, no importa) y les lleve a actuar, aunque sólo sea una apariencia, a no ser que se convoquen elecciones anticipadas y surja un Gobierno distinto, competente, eficaz, íntegro y sensato (sic) que vele por los intereses del país y no por los de su partido que, aunque lo parezca y nos lo digan, no son los mismos que los nuestros como ciudadanos. Como nada de eso va a ocurrir en el corto plazo, me temo que sólo podemos acondicionar nuestras casas antes de que llegue el Tsunami, si es que llega, y no esperar que nadie nos salve, no vaya a ser que nos hundan. Ahora bien, pensemos que si ese equipo gestor está ahí es porque alguien lo ha hecho posible. ¿De quien es la responsabilidad última?"
DJ
Muchas gracias DJ por tu interesante reflexión. Creo que la clave está en que el hecho de pertenecer a una UEM en la que hay sólo un Banco Central Europeo con una sóla política monetaria, en cierto modo privatiza el Estado español. O sea que cuando dices que en el sector privado: "...o se toman medidas voluntariamente o la situación hace que se tomen medidas de forma forzosa", eso mismo es lo que le va suceder al sector público que ha perdido parcialmente esa condición por el hecho de no poder fabricar billetes y endeudarse indefinidamente. Ya no estamos ante un escenario de impunidad de la incompetencia pública. Precisamente porque pertenecemos a una UE a quien habrá que rendir cuentas en un momento dado, seremos intervenidos de una forma u otra. Más o menos sutilmente, pero ya no valdrá lo de que "...si uno gestiona mal, NO pasa nada...".Cuando unos socios propietarios de una empresa se equivocan al elegir a su equipo gestor, el resultado es la relegación a la marginalidad entre la competencia, o incluso la quiebra y su desaparición darwiniana. Y el Estado español es, desde que entregó las llaves de su política monetaria al Euro, cada vez menos público y más parte de un holding. Para bien y para mal.
