Contrariamente a todo pronóstico, mientras casi todo el mundo, el inversor sosegado incluido, auguraba un agravamiento de la corrección, el Ibex-35 ha protagonizado una semana alcista triunfal, no vista desde noviembre del pasado año. Concretamente ha subido un +7,46% semanal, cerrando por encima de la cota psicológica de los 10.000 enteros, en 10.041,90 puntos, nuevo máximo anual. El menor mínimo intradía de la semana ha sido 9.241,20 puntos (martes) y el mayor máximo 10.125,80 puntos (viernes). El volumen de contratación durante el periodo ha ascendido a 20.233 millones de euros en todo el mercado.
Suben todos los blue chips del selectivo español. BBVA, repunta un +12,28%; Banco Santander, un +9,73%; Repsol, un +7,65%; Telefónica, un +5,54% e Iberdrola, un +4,74%.
El beneficio anual se sitúa en el +9,20%, mientras que la remontada desde los mínimos de marzo es ya del +47,30%.
Euforia alcista también la vivida por el resto de índices europeos durante estos cinco días. El EuroStoxx, gana un +8,23%; el Dax 30 de Fráncfort, un +8,79%; el Ftse 100 de Londres, un +6,34% y el Cac 40 de París, un +7,89%.
El pasado viernes, cumpliendo a rajatabla mi propia disciplina, al alcanzarse los stop profits que, prudentemente, protegían los beneficios de mis inversiones, deshice posiciones, por lo que me he perdido la fuerte remontada de la semana. Pero, lejos de sentirme triste o culpable por ello, estoy satisfecho por haber sido fiel a mi sistema, ya que sé por propia experiencia que, a la larga, es esta conducta la que protegerá la buena salud de mi patrimonio, preservándolo del riesgo excesivo.
¡¡¡Felices inversiones!!!