En este libro, Junko Takahashi, nos muestra los secretos japoneses de la plenitud, la felicidad y la armonía a través de cinco artes tradicionales japonesas (DŌ) así como su implicación en una de las culturas mas ancestrales del mundo.
Tal y como explica la autora, cada uno tiene su propia definición de felicidad, pero el deseo de alcanzar la paz interior es común a todos nosotros. Existen múltiples caminos para llegar a ella: a través de la meditación, practicando deporte, viajando, distrayéndonos en las cosas que disfrutamos y, también, mediante las artes tradicionales japonesas, las cuales se entienden como el recorrido o camino que se hace al aprender una materia con el objetivo de alcanzar un nivel mas alto, una maestría. Sin embargo, ese aprendizaje nunca termina, así que a través del dō no solo se consigue dominar la técnica, sino que también es una fuente de crecimiento personal.
En japonés, dō significa camino. Este sufijo se utiliza para formar los nombres de diferentes artes, disciplinas y deportes, pero es mucho más que un sufijo: estas artes simbolizan la forma de vivir, sentir y actuar de los habitantes del país del sol naciente.
Junko Takahashi hace un repaso histórico y práctico de cada una de cinco artes que aborda: Kōdō, el camino del incienso; el Kadō, el camino de las flores; el Kyūdō, el camino del arco; el Shodō, el camino de la caligrafía, y el Sadō, la ceremonia del té; destacando como origen común las artes marciales y las artes tradicionales, todas ellas bajo una fuerte influencia del budismo zen, considerada una religión práctica, ya que nos enseña a encontrar la iluminación espiritual a través de la experiencia.
Kōdō (el camino del incienso) – La fragancia como arte. Nos descubre la ceremonia del incienso, el origen y como a través de las fragancias y del poder del sentido del olfato podemos transportarnos al lugar que queramos y recordar emociones que creíamos perdidas.
Kadō (el camino de las flores) – La estética de las flores. En un principio este arte fue reservado únicamente para los hombres, aunque después de que el poder de los samuráis desapareciera se permitió el acceso a mujeres. Disciplina que trata de armonizar las flores, no solo las bonitas, ya que al tratarlas como seres vivos también se encuentra belleza en lo marchito.
Kyūdō (el camino del arco) – La estética de la nada. Es el arte de tiro del arco japonés, se describe como el zen de pie, puesto que hay que ejercitar tanto cuerpo como espíritu a través de unos gestos precisos y elegantes antes de realizar el disparo.
Shodō (el camino de la caligrafía) – La estética de los espacios. Arte que consiste en no solo escribir bien los ideogramas sino también el utilizar los materiales correctos como: el papel (washi), la plancha de piedra (suzuri), el pincel (fude) y la tinta china (sumi).
Sadō (la ceremonia del té) – La estética de la serenidad y la sencillez. La ceremonia del te guarda una complejidad y una técnica únicamente alcanzable para aquellos que la practican durante años; decenas de detalles y normas para alcanzar la armonía perfecta, el respeto y la serenidad y tranquilidad personal.
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