Está muy de moda el debate entre gestión pasiva vs activa, por las vergonzosas tasas de éxito de la gestión activa, lo cual lleva a muchos inversores a recelar de la misma. En cambio, estos inversores siguen invirtiendo por sí mismos, ¿por qué?
La fuerte aparición de muchos intermediarios que ofrecen ETFs que replican índices a mínimo coste ha puesto este tema más de moda que nunca. Los resultados de los estudios sobre la tasa de éxito de la industria de la gestión activa sobre la pasiva varían mucho dependiendo del emisor, oscilando entre un 4,2% según el estudio de Pablo Fernández, un 10% del estudio de Indexa Capital o un 30% en el Barómetro de Morningstar, entre otros.
La cifra sobre el éxito en sí misma no importa, lo importante es si aceptamos, o no, el concepto de que no se puede batir al mercado, que nos llevará a la conclusión de que la gestión pasiva es la mejor opción de inversión para cualquier plazo temporal, mercado o estilo de inversión.
Si aceptamos que la gestión activa no funciona, aceptamos que los mejores equipos de gestores, analistas cualificados o economistas no son capaces de encontrar oportunidades de inversión y, por lo tanto, batir al mercado. Su toma de decisiones únicamente supondrá costes respecto a no hacer nada, siendo toda decisión o análisis contraproducente.
Esto no acaba aquí, dado que la industria de los fondos es amplísima y cada forma o estilo de inversión tiene representación dentro de la gestión activa, lo que significa que ni las estrategias seguidoras de tendencia, momentum, estrategias de análisis técnico, futuros, opciones, operativa con Forex, ni ninguna otra que os podáis imaginar funciona. Repito, ninguna puede funcionar si aceptamos esto, dado que hay fondos que aplican todas las estrategias mencionadas. Los gestores también saben que existe el análisis técnico o los derivados y hay fondos que las usan única y exclusivamente, con las ya conocidas tasas de éxito respecto a no hacer nada.
¿Por qué digo esto? Es muy frecuente ver a personas que hacen críticas muy duras respecto a la gestión activa, y tras hablar sobre ese tema, cuentan en qué consiste su estrategia de análisis técnico o la forma de operar con derivados que utiliza. Si se acepta que la gestión activa no funciona, tu estrategia tampoco, cualquier resultado positivo actual será pura casualidad y que por regresión a la media acabará siendo menos rentable que el mercado.
Es algo así como un médico que dice que la homeopatía es una pseudociencia, que no vale para nada y que únicamente te cuesta un dineral, todo ello justificado con cientos de estudios sobre el tema, pero al llegar a casa por la noche se atiborra a todo tipo de medicamentos homeopáticos y, además, lo cuenta y se enorgullece. ¿Se ve el fallo en el proceso lógico?
En mi opinión esto sucede por dos motivos principales:
- La ludopatía del inversor, que pese a haber llegado a la conclusión de que no se puede batir al mercado, continúa viendo oportunidades de inversión y momentos donde tal acción esta barata, cual ha roto resistencias y se va a las nubes o predice cual pitonisa un ciclo bajista.
- El egocentrismo, que hace que muchos inversores digan la peligrosa frase de “yo sí puedo hacerlo”. Un poco aventurado reconocer que los mayores cerebros del mundo no pueden, pero yo, que ni trabajo en esto ni tengo formación sobre finanzas, lo haré.
La única alternativa posible que existe si aceptamos la derrota de la gestión activa es la indexación más pura, con aportaciones periódicas y nada más. Insisto, el análisis técnico, uso de opciones, estrategias de trading, o el “compro porque lo veo barato”, también es gestión activa, así que tampoco funcionarán.
Mi objetivo de este post es hacer ver el error en el proceso lógico que supone aceptar una cosa y luego hacer otra, algo muy muy extendido a mi parecer. De hecho conozco a muy pocos inversores indexados puros, siendo frecuente que los inversores acaben utilizando productos pasivos, pero que hagan aportaciones según su visión del mercado y usen una operativa comprando y vendiendo conforme ven la evolución de los mercados, convirtiendo su cartera en gestión activa pura de nuevo.
Todo lo anterior debería llevar a dichos inversores a replantearse su postura sobre el tema, dado que si operan por cuenta propia están aceptando que la gestión activa sí funciona, o si se mantienen en que no es posible batir al mercado, deben cambiar totalmente su filosofía de inversión ya que no concuerda con su forma visión del tema. Debemos recordar siempre que la gestión activa representa la totalidad de las estrategias existentes, así que el trasfondo de aceptar su ineficacia es bastante mayor de lo que algunos inversores creen.