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¿Nos ha convertido la industria cultural en piratas? (I)

Cada vez que escucho a la ministra Sinde hablar de cultura o a nuestro amigo Ramoncín tildar de piratas y ladrones a los internautas me hierve la sangre. Hablan de una industria cultural en crisis cuando lo que realmente deberían hacer es actualizar un modelo de negocio arcaico, improductivo, obsoleto y, en ocasiones, ilegal. Un sistema gestionado por la cúpula de la SGAE con el único objetivo de enriquecer a dicha sociedad y al séquito de interesados que viven de ella. Un sistema totalmente desenfocado y que ha olvidado la verdadera orientación de toda empresa: sus clientes.

El "todo gratis" del que tanto se habla no es sino la consecuencia inmediata de la pésima gestión cultural llevada a cabo por estos señores. La ya aprobada Ley Sinde jamás conseguirá su propósito. Con esta Ley se cerrarán decenas de páginas webs, se llevará a los medios alguna cabeza de turco para dar ejemplo y se censurará la libertad en internet, pero no se acabará con la piratería. Para acabar con la piratería es necesario presentarle al consumidor un nuevo modelo con alternativas justas que consigan que no se sienta estafado. Mientras esto no ocurra, la industria cultural española está abocada al fracaso. ¿Existen soluciones? Por supuesto que sí.

En este artículo analizaré lo más objetivamente posible algunos de los pilares básicos de esta industria cultural y explicaré cuáles son las escasas y mal organizadas alternativas existentes. Vayamos por partes, como dijo Jack (el destripador):

 

1. El mercado del cine y el dvd.

Las formas políticamente correctas de consumir cine actualmente son: ir al propio cine, alquilar en un videoclub, comprar la película o esperar a que la emitan en televisión. Salvo la última opción citada (bastante absurda, por cierto), las tres anteriores tienen un coste para el consumidor enorme: una noche de cine para una pareja con palomitas incluidas no baja de 15 €, el alquiler ronda los 3-4 € y el precio de un DVD oscila entre 15 y 25 euros, según lo novedosa que sea la película. A estos precios hay que añadirles la molestia que le supone a cualquier persona tener que desplazarse físicamente para poder consumir y gozar del producto. Esto, señores, no lo quiere pagar nadie.

¿Existen alternativas legales actualmente? La verdad, pocas. En España, desde hace muy poco tiempo, iTunes Store te permite comprar y alquilar películas sin moverte del sillón de casa, pero los precios siguen siendo excesivamente altos para un servicio que prácticamente no implica costes: unos 10 € la compra y unos 3 € el alquiler, con puntuales ofertas y precios bajos para películas casi antiguas.

Otras alternativas son Wuaki, Pixbox, Filmotech y Filmln, pero nuevamente nos encontramos con innumerables trabas: elevados precios y catálogos de películas descafeinados son las principales.

¿Y si te dijera que existe una forma legal de disfrutar de todo el cine y las series que quieras en tu casa por tan solo 7´99 $ al mes? La opción se llama Netflix y, evidentemente, no está disponible en España. Imagino que las trabas por parte de la SGAE y del Ministerio de Cultura a la implantación en nuestro país de esta empresa, que en Estados Unidos ya acaparan el 60% del mercado audiovisual, han debido ser enormes. Sencillamente, no les interesa porque supondría un carpetazo a su actual modelo de negocio.

Ante esta situación yo, particularmente, opté por pagar una cuota anual de 59,99 € a Megaupload para disfrutar en streaming de todo el cine y las series que quiera cuando y donde yo decida, cuota que renuevo año tras año a la espera de una alternativa mejor que me temo que nunca llegará.

2. El mercado musical.

Peligroso terreno de aguas empantanadas y plantas carnívoras. La solución que la SGAE te da para escuchar a tu grupo favorito es pagar los 15-20 € que cuesta su cd. Y mucho ojo, no se te ocurra utilizarlo para amenizar una boda, en una peluquería o en un concierto benéfico porque te expones a una denuncia importante. Cuando compras un cd pagas para utilizarlo exclusivamente tú.

En este caso sí que van apareciendo alternativas interesantes a buen ritmo. Tal vez la más interesante de todas sea Spotify, un servicio que te permite escuchar toda la música que quieras de forma online. El catálogo que tienen es enorme y viene a funcionar más o menos de la siguiente forma: ellos tienen una base de datos a la cual puedes acceder para escuchar la música que quieras con una conexión a internet. Actualmente tienes dos opciones, una gratuita (limitan el tiempo de escucha e insertan publicidad entre las canciones) y otra premium (pagas 9,99 €/mes y disfrutas de toda la música que quieras sin interrupciones). Existe otra opción intermedia por 4,99 € y en los últimos días han estrenado un nuevo servicio que te permite comprar la música para escucharla en tu iPhone o iPod. Los precios dependen del número de canciones que descargues y van desde 0,99 € por canción (si descargas como máximo 10) hasta 0,60 € (si descargas 100). Sin duda, una opción interesante.

El principal inconveniente de Spotify es que pagas por una música que no es tuya (salvo el caso que he explicado de los iPods/iPhones). Si lo que te interesa es descargar discos que posteriormente puedas grabar en un cd para escucharlo, por ejemplo, en el coche, Spotify no está hecho para tí. La alternativa es nuevamente la iTunes Store.

Para los que no lo conozcan, iTunes es desde hace años el primer vendedor de música en Estados Unidos. Te ofrecen canciones sueltas por 0,99 € cada una o bien álbunes completos por precios que oscilan entre 7 y 10 € de media (algunos son más caros). Música digital sin más para los que nos negamos a pagar el doble sólo por disfrutar de la cajita del cd con las letras de las canciones. Otra gran alternativa, sin duda.

 

En la segunda parte de este artículo analizaremos el mercado de libros digitales y el de software/aplicaciones en la búsqueda de alternativas más interesantes para el consumidor.

 

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  1. #8
    18/05/11 14:11

    Ni siquiera los artistas trabajan "por amor al arte" y eso no es criticable. Ahora bien, ya que se lo han montado en plan industria, deberían empezar a jugar con las reglas de la industria. Ya quisieran muchos negocios experimentar la bajada de costes que ha tenido la producción musical (hoy día cualquiera puede grabar y promocionar un disco de calidad con pocos recursos, y esta es una de las razones de la inundación del mercado con triunfitos y otras caras nuevas). Y por muy estratégica que sea la cultura, no se puede pretender que el Estado decida qué precio tiene que pagar un cliente por un CD o por una entrada de cine. Si el precio que el consumidor está dispuesto a pagarte es cero tendrás que cerrar o buscar nuevas líneas de producción. Y en eso está el negocio cultural, diversificándose y apostando más por los conciertos en directo o por los nuevos formatos, que sí aportan un valor añadido al cliente. Lo que pasa es que eso implica trabajar y pensar más. Y claro, estos tíos pretenden vivir del cuento y de las versiones remasterizadas.

  2. #7
    18/05/11 12:12

    Como "bibliografía", recomendar para el que no lo conozca el libro "Free Culture", Lawrence Lessig, muy interesantes los capítulos donde relata la evolución del término copyright desde la Inglaterra de Shakespeare hasta los USA hoy día...

    http://libertadzero.wordpress.com/2010/04/18/free-culturecultura-libre-de-lawrence-lessig/

    Saludos

  3. en respuesta a Economía_freak
    -
    #6
    18/05/11 01:38

    espero ansioso la segunda parte de tu articulo.

    un saludo.

  4. en respuesta a Bloster
    -
    #5
    17/05/11 21:15

    Gracias por un comentario tan inteligente. Has dado en el clavo de la cuestión por tres motivos:

    1. A nada que tenga que ver con la cultura se le puede poner el apellido "Industria". La industria son las fábricas, la gran carencia de este país pseudoturista.

    2. Los que dicen ser los representantes de la cultura tan sólo representan a la incultura más baja de la sociedad. Los Bisbales, Amarales y Alejandros Sanzs son productos de marketing que enriquecen a sus marcas, nada que ver con el verdadero concepto de cultura.

    3. El término pirata es despectivo, vergonzoso y nada tiene que ver con la filosofía del internauta. Una filosofía basada en el "busco pero no encuentro" que señala Bobojista y totalmente contraria a permitirse ser estafado con productos sobrevalorados.

    Trataba de ser sarcástico en el título. En sí, el mismo es una incongruencia léxica total.

    Un saludo.

  5. #4
    17/05/11 20:37

    ¨la pirateria¨ curiosamente es la mejor clienta de "la industria cultural" porque son los unicos que compran sus formatos.

    es muy importante que nosotros mismos no entremos en su juego dialectico, yo no soy pirata por descargarme musica o peliculas,primero porque no lo vendo y no obtengo lucro y segundo y mas importante porque la ley dice que eso no es ilegal.

    para mi asociar cultura (algo que pertenece a las sociedades y por tanto es de todos) con industria (organizacion con animo de lucro) me resulta chocante, esta claro que todos tienen derecho a vivir de su trabajo, pero no a esclavizar ni a castigar a sus potenciales clientes.

    otra cosa que me molesta es que se pretenda que alejandro sanz o britney spears son cultura, cuando es tan obvio que son productos creados por la industria.

    un saludo.

  6. #3
    17/05/11 20:25

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. Vale que el todo gratis no sea lo correcto pero es un efecto de la mala gestión. Hace un par de semanas intenté comprar un ebook concreto y lo tuve que dejar por imposible porque no estaba disponible en ningún sitio. Al día siguiente lo encontré, pero cual fue mi sorpresa cuando el precio era superior al de formato papel. ¡Se creen que somos imbéciles! En lugar de aprobar leyes absurdas habría que regular el mercado de una vez por todas.

  7. #2
    17/05/11 19:17

    A mí me hierve la sangre cada vez que relacionan la palabra cultura con Alejandro Sanz, Ramoncín ,Bisbal etc....¿Si me paso el día escuchando eso soy una persona muy culta??
    Lo que no quieren admitir, es que la mayoría de la gente que se baja música o cine, no pagaría por ello.

  8. #1
    17/05/11 16:34

    Gran artículo pero tienes que decir las cosas aún más claras: nos están robando y nadie hace nada. A ti te hierve la sangre con Ramoncín y a mí con Alejandro Sanz. Esta pandilla de necios cree que puede vivir de las rentas el resto de su vida y están muy equivocados. Su modelo quebrará porque es insostenible a largo plazo.

    Qué vas a esperar de un país que sufrió el día 15 una de las que podrían ser las manifestaciones más importantes de su historia, con jóvenes pidiendo trabajo y otro mundo mejor, y los medios no les hicieron ni puñetero caso. Esto es indignante y si no que venga dios y lo vea.

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