El pasado 31 de enero finalizó el Foro Económico Mundial (WEF), en Davos, en el que cumplía su 40 aniversario. Como vaticinaban muchos, fue una reunión estéril, en la que no se cerraron acuerdos importantes. Acudieron los líderes gubernamentales y de negocios más importantes, bajo un contexto más alentador que el del año pasado pero, fueron incapaces de establecer objetivos o medidas que lleven a crear empleo y establecer mejores bases para el futuro. En lo único en que sí han sido capaces de llegar a un consenso es en que, la recuperación será lenta y débil. La próxima cita, en abril, G-20, ¿más de lo mismo?
Otro foro, no tan mediático, también celebrado en estas fechas en Brasil, es el Foro Social Mundial (FSM). El mensaje de este foro podría considerarse como la otra cara del WEF ya que, proclamaron que otro mundo es posible, en clara contraposición al neoliberalismo. Por lo tanto, nos encontramos en el mejor contexto posible para este foro cuyo mejor argumento es la situación en la que nos encontramos. El presidente de Brasil, Lula da Silva reclamó a las naciones ricas una mayor implicación en el cambio climático, advirtiendo de la necesidad existente de una reducción de gas carbónico proveniente de los países desarrollados.
El problema con el que se encuentran los países ricos en temas de contaminación y medio ambiente es que, corren el peligro de crecer a una tasa igual a 0 para poder cumplir con los objetivos de emisiones marcados. Según un informe presentado por un centro de investigación del Reino Unido, para evitar que la temperatura global se incremente en 2 grados (acordado en Copenhague), los países ricos deben presentar una tasa de crecimiento económico del 0%. Lo cierto es que todo sistema tiene un limite a la eficiencia y, el de la emisión por consumo de combustibles fósiles no es una excepción. Los autores del estudio consideran que debe vivirse de acuerdo al "presupuesto ambiental", al igual que en el FSM aunque, el sistema económico actual dista mucho de ese planteamiento y, además, esta semana se ha sabido que ni EEUU ni la UE han movido sus posiciones en cuanto a lo expresado en Copenhague 2009.