Contrarian Investing - Capítulo 24: El especulador no es un economista. El principio especulativo.
"Los economistas son pesimistas: han predicho 8 de las últimas 3 recesiones"
(Barry Asmus)
Cuanta más formación tenga uno más serán sus oportunidades en los mercados financieros. No obstante, si la especulación fuera sobre lo que tratan los libros, entonces, como diría Buffet, los libreros serían los tipos más ricos del mundo.
Un especulador obtiene su beneficio no según su opinión de la economía. Sino porque ha detectado una ventaja (edge) en el mercado. En este blog por ejemplo se dice que la ventaja es hacer lo contrario de la mayoría.
Esa ventaja (en adelante edge) no se consigue leyendo los libros de Casa del Libro o Amazon. La forma en que un especulador ha de ganar no está escrita en ningún lado. Y es difícil de enseñar o casi imposible. En todo caso se puede aprender. En origen etimológico de la palabra "especulación" es "especulor" que en latín significa observar.
Por tanto la especulación nace de observar los mercados y su funcionamiento sin ningún prejuicio previo. Sus conocimientos de económicas o su idea económica general jamás ha de ser un obstáculo para invertir.
El mercado es el que es y quien lo niega sale escaldado. Por eso es importante ayudarse de herramientas que nos digan cuando estamos equivocados.
En el largo plazo el mundo es de los optimistas. Los pesimistas tienen razón de vez en cuando. Como dice la frase de Barry Asmus, los economistas tienden a predecir demasiados desastres que nunca llegan. Pero eso no paga.
Lo único que paga es el precio, si sube o baja, lo demás empieza a ser pura literatura.
Si sabe de economía mejor que mejor, pero siempre la economía debe estar al servicio de la especulación personal. Sino es solo papel mojado.
Les dejo con un texto que me gusta mucho del blog Las finanzas de Pedro Lacorte que trata sobre el principio especulativo, tenga presente este texto y el principio especulativo porque es una ley sagrada:
Es un hecho bien estudiado por los teóricos de la economía y bien reconocido por operadores financieros que los mercados no son predecibles. Si esto es así, ¿cómo es posible delinear una teoría especulativa? ¿De qué me sirve conceptuar que el mercado hará esto ó lo otro, si éstos no responden a ninguna teoría u oráculo? ¿Es posible especular con algún éxito en los mercados? En este artículo, intentaremos dar respuesta a estas interrogantes.
En primer lugar, pensamos, que sí es posible especular en el mercado, no basado en ningún modelo financiero ó técnica de predicción ex-ante, sino basado en el Principio Especulativo.
Los mercados avanzan y retroceden siguiendo una trayectoria sinusoidal y lamentablemente no se comportan exactamente como predice la Teoría Moderna de Portafolio, ya que constantemente se rompen con los equilibrios enunciados en el CAPM. Al romperse los equilibrios, los mercados marcan tendencias: al alza ó a la baja. Dentro de estas tendencias, se mueven los diferentes sectores que componen los índices. En particular, el Standard & Poor 500, se conforma de 9 sectores económicos diferentes. Los movimientos relativos de estos sectores se producen principalmente por el fenómeno conocido como distribución pero siempre dentro de la pauta marcada por el agregado del mercado. Así, si un mercado es claramente alcista, lo cual queda reflejado en el indicador conocido como “Momentum”, la mayor parte de los sectores se moverán en esa misma dirección bajo el esquema de distribución antes señalado.
Un sector que no se mueva en fase con el Momentum del mercado, es un sector que definitivamente tiene problemas. La naturaleza de ese problema puede ser bien conocida ó no. No obstante, eso no es lo relevante al especulador; lo importante es conocer que hay problemas y debemos concluir que no es lo conveniente pensar en transar en ese sector y en la dirección del Momentum.
Dentro de cada sector, tenemos los diferentes títulos que se mueven principalmente en fase ó en “tandem” con su sector. Si encontramos un título que definitivamente se mueve en dirección contraria al movimiento general, es un título con problemas. Al inversionista le interesa sobremanera los detalles de cual puede ser la dificultad de la empresa. Al especulador le basta con saber que ese espécimen está en problema y no debe usarse para especular en la dirección del Momentum.
El Principio Especulativo establece que si un título no se comporta “como debería” en función a lo aquí explicado, no debe mirarse, no debe negociarse y si se había tomado posición en él, esa posición debe cubrirse, es decir, el título debe ser liquidado. No argumentamos contra la ley de gravedad. En general, no argumentamos en contra de principios. El especulador no argumenta en contra del Principio Especulativo.
Es impropio al especulador forjar ideas sobre ese título con “mal comportamiento”, por las cuales, en algún momento y basado en alguna teoría de valoración u otra, volvería a entrar en fase con el movimiento principal. Esa es la tarea del inversionista, no la del especulador. El especulador no vaticina, no predice, en una palabra, no mantiene expectativas. Esa no es su función y si lo hace es un mal especulador.
Esto parece un contra-sentido que nuestro operador no mantenga expectativas. Entonces, ¿cómo especula? El especulador no trabaja bajo el esquema “el título está por hacerlo” sino bajo el esquema “el título lo está haciendo” es decir, el especulador debe actuar estrictamente por lo que objetivamente hace un instrumento y en relación a lo que hace el mercado y sin Divergencias. En los mercados, no creas que algo va a suceder, mientras no esté sucediendo.
Existen diferentes indicadores y metodologías por las cuales un especulador decide entrar en acción. Este aspecto no lo cubriremos en este breve artículo. Lo que si queremos enfatizar es que al entrar finalmente en acción, su orden debe comenzar a generar ganancias. Colocamos una orden para que funcione, no para sufrir bochornos. Si una vez colocada la orden, el mercado contradice claramente nuestra especulación, el operador debe respetar por sobre cualquier concepción ó idea, el Principio Especulativo.
Mientras no se asimile el Principio Especulativo, siempre surgirán concepciones por las cuales debemos permanecer en la infamia: perdiendo dinero. Asimilando el principio expuesto, es como el especulador podrá cumplir a cabalidad con aquella vieja conseja de un legendario operador financiero: “Vendo lo que me muestre una pérdida; mantengo lo que me muestre beneficio” Así pues amigos especuladores, nunca argumenten en contra del monitor.