La sesión de hoy ha tenido varios giros. Pese a que las bolsas europeas han cerrado alejadas de los mínimos de la jornada, se ha impuesto un esquema descendente, mientras que en Wall Street ha ocurrido lo contrario.
La diferencia a ambos lados del Atlántico ha estado en un muy buen dato de ventas de viviendas nuevas en EE.UU., por un lado, y el hecho de que por primera vez la crisis de Ucrania haya tenido un impacto en las bolsas europeas, tras la aparición de informaciones durante la tarde que apuntan a cierta movilización de tropas rusas.
Ucrania lleva ya varios días acaparando titulares en prensa, pero su efecto en los mercados financieros internacionales no se ha visto hasta ahora. Y desde luego que es un asunto que puede tener más recorrido, máxime si se combina con la fuerte caída del Yuan chino y de la Lira Turca, cuestiones que tampoco han impactado por el momento.
Por lo demás, las últimas jornadas están siendo marcadas por dos cuestiones: el enfrentamiento del S&P500 con la resistencia de los 1.850 puntos (hoy es la tercera vez consecutiva que la sobrepasa durante la sesión, pero en las dos veces anteriores la perdió al cierre), y el hecho de que el Ibex 35 se está comportando como el mejor índice de Europa durante las últimas sesiones, extremo al que parece haber contribuido la subida por sorpresa del rating soberano por parte de Moody´s.
En el caso de que el índice director de Wall Street se acomode e nuevos máximos históricos, y la cuestión ucraniana vuelva al ostracismo, podría desatarse un impulso alcista en Europa, que llevaría al Ibex 35 hacia sus máximos anuales por encima de los 10.500 puntos. El comportamiento de los bluechips, que han venido lastrando al selectivo desde mediados de enero, está mejorando, tendiendo a asemejarse al desempeño general del índice, salvo en el caso de Inditex.