Los ETFs (Exchange Traded Funds) son vehículos de inversión que pretenden replicar el comportamiento de un índice o de un activo determinado invirtiendo en los valores que componen dicho índice o tomando exposición de alguna manera a dicho activo de referencia.
Hoy en día hay un número muy amplio de ETFs sobre índices y activos de referencia en todos los mercados (renta variable, renta fija, materias primas, divisas...).
Aunque los ETFs sobre cestas de valores se asemejan mucho a un fondo inversión, la realidad es que, como su propio nombre en inglés indica, los ETFs son vehículos cotizados en mercados organizados, con una operativa de compra-venta de sus participaciones continuada, idéntica a la de cualquier acción de renta variable. Por el contrario, la compra-venta de participaciones de un fondo de inversión se realiza una vez al día y los partícipes deben tramitar sus órdenes antes de una determinada "hora de corte" para poder 8ejecutar la operación deseada al valor liquidativo de entrada o salida que se determine para ese día en función de la cotización de todos los activos que componen la cartera de inversión de dicho fondo.
¿Cómo saber si le interesa más un ETF o un fondo de inversión?
A la hora de elegir el canalizar una determinada inversión a través de un ETF o un fondo habrá que tener en cuenta las siguientes consideraciones generales:.
1. ¿Dónde y cómo queremos invertir?
Los ETFs son un vehículo de inversión muy eficiente cuando pretendemos tomar exposición pasiva a determinados mercados, segmentos de mercado o activos. Cuando hablamos de exposición pasiva nos referimos a replicar de la manera más precisa posible el comportamiento del mercado o activo de referencia para el ETF en cuestión.
Si, por el contrario, perseguimos una gestión más activa y de mayor valor añadido respecto a un índice de referencia, se impone el uso de un fondo de inversión cuyo equipo gestor haya demostrado consistencia a lo largo del tiempo (años) en la obtención de buenos resultados a la hora de batir el comportamiento mostrado por dicho índice de referencia.
2. Agilidad operativa
Si requerimos de agilidad operativa para entrar y salir de la posición con rapidez y con tanta frecuencia como queramos, deberemos decantarnos por un ETF ya que la operativa en fondos es mucho más lenta.
3. Costes
Al tratarse de un vehículo de gestión pasiva en el que el equipo gestor no aporta mayor valor añadido que el replicar la composición del índice o activo que le sirve de referencia, los ETFs son vehículos de inversión más baratos que los fondos de inversión (las comisiones soportadas son menores).
4. Ficalidad:
Aunque los ETFs son conocidos también como "fondos cotizados", no disfrutan de la ventaja del traspaso fiscal de la que se benefician los fondos de inversión, es decir, cuando vendemos un ETF con plusvalías, dichas plusvalías son afloradas a efectos fiscales, mientras que en los fondos de inversión podemos traspasar nuestras posiciones de un fondo a otro sin aflorar dichas plusvalías hasta el momento en que reembolsamos dicho dinero para nuestro consumo. En este sentido, el fondo de inversión es un vehículo fiscalmente más eficiente.
En resumen, el ETF y el fondo de inversión no son vehículos alternativos sino que deben contemplarse como complementarios en el diseño de una cartera de inversión bien diversificada, y en función de los objetivos que persigamos en cada caso. Como hemos visto, el ETF es un vehículo más eficiente cuando se trata de replicar de forma pasiva el comportamiento de un índice o activo determinado, con menores costes y una mayor agilidad operativa. Por el contrario, el fondo de inversión puede ofrecer (no todos los hacen) un mayor valor añadido en la gestión, y es un vehículo fiscalmente más eficiente.
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