Admitámoslo, aunque uno diga que hace Day trading, en ocasiones, nadie nos quita estar todo el día entero delante de una pantalla hasta bien entrada la noche. Al contrario, de lo que podría esperarse, intentar buscar una entrada “perfecta” que nos dure unos pocos minutos, pudiera llevarnos horas y preparar la jornada siguiente podría hacer que el día se alargara bastante más de lo que nos gustaría. Recuerdo una viñeta en una revista de trading que precisamente venía a explotar esta idea tan extendida, de que el day trader trabaja unos pocos minutos y se despide hasta el día siguiente. En ella se veía un hombre desquiciado mirando varias pantallas bajo un reloj de pared que marcaba la media noche, mientras a un lado su esposa ya medio dormida le reclamaba gritando “¿pero no me dijiste que eras un day trader?”. Seguro que está viñeta no tiene la profundidad de una de Forges o la popularidad de una de Mafalda, pero seguro que si entiendes de lo que estamos hablando te habrá hecho cierta gracia.
Obviamente, no por tener una jornada maratoniana delante de la pantalla querrá decir que nuestros resultados serán mejores. ¿Cuántas veces hemos podido echar por tierra toda una sesión por un mal trade, al final del día, en el que nuestro cansancio nos jugó una mala pasada? De ahí que pudiéramos preguntarnos ¿Cuál será el mejor momento para estar en los mercados? Aunque esta respuesta no tiene una única respuesta y dependerá de tantas variables como traders y productos a operar, esto es, una galaxia de posibilidades si es cierto que hay ciertos estudios que nos hacen pensar que hay varias horas en la que somos más productivos que en otros momentos. Coge papel y lápiz trader.
Jeffrey J. McDonnell de la Universidad Saskatchewan (he tenido que comprobar el nombre dos veces a ver si estaba bien escrito) publicó un ensayo en la revista Science. La prueba se basaba en un grupo de doscientos alumnos los cuales separó en dos grupos de cien. El experimento consistía en que cada grupo debería realizar las tareas estudiantiles en dos horarios diferenciados. El primer grupo debería realizarlas en las dos primeras horas del día, después de despertarse y el otro grupo debería hacerlo tras tener sus clases diarias.
El resultado fue evidente. Los alumnos que realizaban sus tareas por la mañana resultaron ser más eficaces que el grupo que lo hacía al final del día.
Un simple botón de muestra para enseñarnos algo que muchos expertos han declarado, somos más productivos y tenemos un mejor nivel de concentración al comenzar el día, mientras que conforme avanzan las horas nuestro nivel de atención se ve afectado por varios factores, como el agotamiento y las distracciones propias del día a día. ¿Conclusión? Cada uno debemos sacar las nuestras pero no descartemos una cosa, quizá después de una comida copiosa no sea una buena idea operar la apertura de los mercados en Estados Unidos, si nuestro horario es el europeo, y por el contrario lo que debemos intentar buscar para hacer trading en óptimas condiciones, son momentos en los que nuestra cabeza se encuentre en el mejor estado. Tal y como vuelcan varios estudios, si puede ser por la mañana mejor, pero por lo menos, en momentos en que la fatiga mental no haya empezado a hacer mella para que nunca, como en la viñeta de la que hablábamos al principio, no nos tengan que gritar pasada la media noche ¿pero no me dijiste que eras day trader?.