Como suele pasar, pasan los años y las personas tienden a olvidar aquello que no les interesa o no les reporta ningún beneficio, pero no esto no se reporta solo a las personas en el caso de los países es más de lo mismo. No hace tantos años éramos nosotros (España) quienes prestábamos dinero a otras economías necesitadas de financiación y actualmente por las circunstancias económicas en las que nos encontramos inmersos nos toca pedirlo a nosotros.
Lo curioso de este caso es que nosotros no nos comportamos de la manera que se está haciendo actualmente, ya que viendo las dificultades a las que se estaba enfrentando el país al cual habíamos prestado decidimos perdonar hasta un 62% de la deuda externa, y es que es muy bonito que te perdonen a ti pero cuando toca devolver el favor no estés dispuesto a bajarte del burro. Si señores este país es Alemania.
Este acuerdo, más conocido como acuerdo de Londres de 1953, en el cual las negociaciones se extendieron entre el 27 de febrero y el 8 de agosto de 1953 consistió en anular un 62% de la deuda externa que Alemania había contraído en el periodo de entre guerras, el monto aproximado que se le perdonó ascendía a 14.600 millones de marcos y este perdón se llevó a cabo gracias a: Bélgica, Ceilán (actual Sri Lanka), Dinamarca, Francia, Grecia, Irán, Italia, Yugoslavia, Canadá, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Paquistán, Suecia, Suiza, España, Suráfrica, Reino Unido y Estados Unidos.
No consistió en un mero acuerdo, ya que fue un arreglo definitivo que permitió devolver la credibilidad financiera a Alemania para que volviera activamente al mercado mundial y afianzara así sus acuerdos económicos.
Este perdón de deuda permitió a Alemania llevar a cabo una rápida reconstrucción después de la segunda guerra mundial, llevando a cabo un crecimiento rápido y una notable mejoría que la llevaría a consolidarse como una de las potencias mundiales. No fue hasta el 3 de octubre de 2010 cuando Alemania termino de abonar la cantidad pendiente según el acuerdo de Londres 1953.
Y es que en la situación actual no podemos más que comparar la diferencia que hay respecto al trato dado a Alemania en su día y el trato que están recibiendo hoy día países como España, Irlanda y Grecia, esta última sobretodo ya que está siendo forzada a consolidarse a sí misma a lo largo de una recesión dolorosa y destructiva que sacude a su población hasta los cimientos.
Pero por desgracia para que esto suceda es necesario que exista voluntad política y desgraciadamente este término parece que con el tiempo ha desaparecido.
