Tras uno de los meses de Agosto más complicados de los últimos años queremos echar un vistazo global a la situación actual de los mercados financieros.
Antes de ver los gráficos y series de precios queremos expresar nuestras percepciones en este momento:
En primer lugar, reafirmar el gran problema que ha engordado la UE al no cortar a tiempo las dudas sobre su futuro. Sus políticos han demostrado muy poca altura de miras y se han mostrado extremadamente descuidados al expresar sus opiniones personales en un mundo cada día más globalizado, donde la información viaja a la velocidad de la luz a través de las redes sociales y todas ellas descontadas en los mercados segundos después con mayor o menor acierto.
En segundo lugar, EE.UU. ha dejado de liderar el mundo tal y como lo conocíamos hace unos años, ha visto rebajado durante el verano su calificación de rating para su deuda y se abre el paso hacia un gran coloso como China que ha acopiado mucha de la deuda que ha emitido el mismo EE.UU. y los países europeos para tapar sus problemas inmediatos y seguir hacia adelante.
Todos estos hechos no sorprenden en sí mismos, porque no han sucedido de un día para otro, pero los efectos de estas noticias en los mercados al coincidir en el tiempo, si que ha sorprendido. La confianza se ha demostrado que se puede derrumbar en muy pocos días, y las dudas y los miedos de los inversores hacen que se deshagan posiciones a una velocidad de vértigo y en muy pocos días se corrige una subida que se ha producido en un par de años.
Si además, la enorme cifra de deuda emitida en los últimos años ha sido inmensa para paliar la crisis del año 2008 pero si los poseedores de la misma pierden la confianza en sus emisores y exigen el principal poniéndola en el mercado, los mercados se derrumban sin remedio posible en el cortísimo plazo.
Que podemos esperar?
Si observamos las series de precios de los mercados apreciamos que los índices en EE.UU. han sufrido proporcionalmente mucho menos que en Europa en este mes de Agosto. Solo hay que echar un leve vistazo a las bajadas del Dow Jones Industrial y del SP 500 frente a las producidas en el Dax Future, en el Estx50 o en el Ibex 35. Ni siquiera medidas como la prohibición de cortos en el FEstx50 e IBEX 35 parecen haber limitado algo las bajadas.
El índice Nikkei en Japón todavía anda lastrado por los efectos del tsunami.
En mercados como el Hang Seng (China)y el Bovespa (Brasil) los efectos han sido distintos según la influencia de la cotización del USD sobre sus monedas. Son mercados aún muy influenciados por el precio de las materias primas que también han caído.
A pesar de las previsiones más agoreras, no anticipamos un desplome de la economía global: por el crecimiento y la buena salud de los países emergentes; por los estímulos monetarios corrientes y previsibles, QE3 americana?; y porque esperamos un repunte de la actividad a medida que se vayan superando las consecuencias negativas del tsunami y, la caída reciente de los precios de las materias primas y el petróleo, impulse el consumo.
La economía mundial va a seguir avanzando, a ralentí, en la superación de las consecuencias de la crisis durante un tiempo que prevemos todavía largo y no exento de mini ciclos de expansión, estancamiento y contracción de la actividad. Pero que, por otro lado, esta larga fase de saneamiento seguirá estando acompañada de reducidos costes financieros por la atonía del crédito y expansión del ahorro, y reducidos costes laborales por las altas tasas de paro. Lo cual favorece, indudablemente los beneficios de las empresas y, por correlación, a las acciones y los bonos.
En estos momentos, desde el punto de vista fundamental los activos de riesgo: acciones, bonos y materias primas estarían baratos tras el reciente desplome; y los activos refugio: oro, deuda pública Triple-A, franco suizo y yen estarían caros.
Además, el entorno se ha mostrado especialmente favorable al crecimiento de los beneficios de las empresas, en buena medida, por la globalización creciente de su actividad y el mayor peso de las economías emergentes en la facturación.
Por todo ello, manteniendo una actitud prudente por la gran incertidumbre política del momento, pero sin sufrir de vértigo al desplome económico; con una visión de medio-largo plazo pensamos que los precios descuentan ya un escenario muy negativo, que es poco probable llegue a materializarse, y que, por tanto, representan una oportunidad de inversión, si bien el coste pasa por soportar, en el corto plazo, niveles de volatilidad muy por encima de los habituales que deberíamos intentar amortiguar con una buena gestión.