Supongo que estarán de acuerdo conmigo en que el principal enemigo del ahorrador es la inflación, ya que el que no tome las suficientes precauciones para combatirla se encontrará con que cada año que pasa la capacidad adquisitiva de su dinero ahorrado es menor, sobre todo para los que vivimos en un país como el nuestro donde son normales inflaciones anuales superiores al 2,5% e incluso al 3%. Por eso es importante buscar, dentro de la seguridad, opciones que nos permitan revalorizar en capital ahorrado en ese mismo porcentaje de forma que no perdamos esa capacidad adquisitiva e incluso, si es posible, mejorarla. De entrada hay un inconveniente, y es que la inversión la hacemos antes de saber cuál va a ser la inflación que vamos a tener durante el periodo que dura la inversión. La inversión la hacemos hoy para un año, por ejemplo, pero solo después de que haya pasado ese año sabremos cual ha sido la inflación del periodo. Pero no es suficiente con encontrar una inversión que nos garantice una revalorización que sea igual o ligeramente superior a la inflación esperada ya que parte de esta revalorización se la vamos a tener que entregar a la Hacienda Pública como impuesto por el beneficio obtenido.
Así pues, si no queremos perder capacidad adquisitiva, siempre tendremos que hacer la inversión intentando que el rendimiento obtenido, una vez descontada la parte que hay que entregar a Hacienda, sea superior a la inflación esperada durante el tiempo que dura la inversión.
A Hacienda le vamos a tener que entregar el 21% del beneficio obtenido y en cuanto a la inflación futura es imposible adivinarla, pero sí que sabemos que la media anualizada de los últimos diez años ha sido del 2,81 % y que la del año pasado ha sido inferior a este porcentaje, así que con la crisis que padecemos podemos estimar que en el 2012 salvo sorpresas la inflación también será inferior al 2,81%.
Haciendo cuentas resulta que la rentabilidad mínima a exigir a una inversión a 12 meses que nos permita tener como mínimo una revalorización del 2,81 % después de haber pagado los impuestos a Hacienda es del 3,55 %, por lo tanto si decidimos invertir nuestros ahorros en un plazo fijo a 12 meses o compramos letras del tesoro de vencimiento 12 meses es conveniente que la rentabilidad mínima que exijamos sea el 3,55 %. Si transcurridos esos 12 meses la inflación ha sido menor del 2,81 % nuestros ahorros habrán aumentado en capacidad adquisitiva y si la inflación ha sido superior a este 2,81 % habremos perdido capacidad, por lo que es conveniente buscar algo más de rentabilidad sin añadir riesgo a la inversión. Si la rentabilidad del depósito contratado es del 4 % nuestros ahorros estarán cubiertos hasta una inflación del 3,16 %. Si la rentabilidad del depósito contratado es del 3 % nuestros ahorros estarán cubiertos hasta una inflación del 2,37 %.
Si en lugar de contratar un depósito se invierte en pagarés de empresa las cuentas son las mismas siempre y cuando no haya comisiones de mantenimiento o de cualquier otro tipo adicionales ya que estas representarían mayores costes a restar del beneficio obtenido.
Seguramente son muchos los que tienen parte de sus ahorros en fondos de inversión a muy corto plazo que con suerte le están dando una rentabilidad anual de alrededor del 1 % pero no se han parado a pensar la pérdida de poder adquisitivo en que están incurriendo. Una persona que invirtió diez años atrás 10.000 euros en un fondo de este tipo que haya conseguido una rentabilidad media del 1 % habrá perdido en estos diez años una capacidad adquisitiva de 1.228 euros.
Saludos.
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