La cita fundamental de esta semana la tenemos una vez más en los datos de inflación. ¿Comenzará a remitir? El consenso de los analistas espera una variación interanual de la cesta de la compra de EE. UU. de un 8,8%, por encima del 8,58% del mes de mayo. De cumplirse estas previsiones, los inversores podrían reaccionar de manera negativa, ya que la Fed tendría que volver a subir otros 75 puntos básicos el tipo de interés oficial, aumentando el tipo de interés terminal hasta las vecindades del 4%, tal y como apuntan algunos analistas.
El viernes se publicaron dos datos fundamentales que iban en la misma dirección. Por un lado, las Nóminas No Agrícolas, que superaron las expectativas de las principales casas de inversión. Por otro, el crecimiento anual de los salarios, que se situaba en el 4,2%, duplicando el objetivo de inflación de la Fed y aumentando las presiones inflacionistas. Ambos datos alentaban la posibilidad de que los tipos de interés pudieran ir más allá del 3,5% como hasta ahora se había descontado por el mercado.
Sin embargo, no son todo malas noticias. El Índice Mannheim de coches usados cayeron un 1,3% en el mes de junio, aunque su variación interanual sigue siendo muy elevada. Lo mismo ocurre con el precio de una buena parte de las materias primas. El maíz y el trigo han caído un 17% en el último mes. El café, un 3,9%. El cobre, un termómetro de la economía por su uso extendido en un gran número de industrias, se ha dejado un 18% en el último mes, y las dos principales materias primas energéticas en el actual contexto geopolítico como son el petróleo y el gas natural han caído un 12% y un 31%, respectivamente. Todo ello hace pensar que las presiones inflacionistas al otro lado del Atlántico podrían estar ya comenzando a aflojar.
Por ese motivo, pensamos que el dato de inflación del mes de junio podría ser algo inferior al que el consenso de los analistas está considerando, y que esta misma tendencia continuara en los próximos meses.
Por otro lado, nuestros modelos econométricos prevén una inflación del 8,5-8,65%, entre 1,35 y 3 décimas por debajo del consenso de analistas.
En caso de cumplirse nuestra previsión, esperaríamos una reacción el corto plazo, con la publicación del dato, muy positiva por parte del mercado.
Sin embargo, de confirmarse la caída de la inflación en los próximos meses, como se deriva de nuestros modelos econométricos, entraríamos en breve en un escenario típico de recesión, en el que la economía se ralentiza al tiempo que lo hace la variación de los precios. La renta variable suele tener un comportamiento bastante negativo en ese escenario.
Por último, debemos tener en cuenta que, a pesar de los rebotes de la última semana, los inversores retiraron la semana pasada 14.721 millones de dólares de la renta variable, según las fuentes consultadas (FactSet y Refinitiv Lipper), por lo que recomendamos extremar las precauciones.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
Este indicador es útil a la hora de determinar el peso relativo que debe asignarse a cada clase de activo en una cartera diversificada. Se diferencian cuatro tipos de tendencias (alcista, lateral-alcista, lateral-bajista y bajista). Identificamos a continuación en qué punto se encuentra la FRT con datos de cierre del viernes y cómo ha evolucionado en el tiempo.
Las materias primas continúan en la zona lateral-bajista, pero cada vez muestran más debilidad. Aun así, son la clase más fuerte (o menos débil). Por familias, las materias primas de Energía siguen siendo la más fuertes, en zona lateral-alcista, seguidas de Alimentación, mientras Metales Industriales son los más débiles, en línea con la idea generalizada que manejan los inversores sobre una creciente ralentización económica. Tanto la renta variable como las cryptos suman 13 semanas consecutivas en zona bajista.
Actualización de los niveles de control de los inversores institucionales
Los niveles de control de los inversores institucionales guardan relación con su nivel de breakeven. Conocer su evolución en el tiempo permite identificar qué activos cuentan con el interés de estos inversores, así como el precio al que sería conveniente tomar posiciones. Son un método efectivo para tomar posiciones en la misma dirección que una de las fuerzas principales con más influencia en el movimiento del mercado.
Por regla general, debemos esperar una evolución positiva del precio de los activos cuando éste se encuentre por encima del nivel de control de los inversores institucionales, mientras que cuando se encuentra por debajo, denota mayor debilidad y/o falta de interés por este tipo de operadores. Asimismo, identificamos los niveles de precios en los que existe un posicionamiento corto que presione el precio a la baja, ya que puede ser indicativo de un potencial incremento de la volatilidad al alcanzarse esas referencias.
Mientras el S&P500 se encuentre por encima de 3.790, podemos esperar lateralidad. En caso de recuperar los 4.048 puntos, entraría en predisposición alcista.
En cambio, Dow Jones y Nasdaq 100 todavía no han recuperado sus primeros niveles de control situados en 31.597 y 12.640 puntos, respectivamente, por lo que presentan algo más de debilidad.
El oro y la plata mantienen su predisposición bajista al cerrar por debajo de 1.852 dólares y 20,5 dólares, respectivamente. El Brent mantiene una semana más la predisposición alcista, lo que no cambiaría mientras no se perdiesen los 76,1 dólares.
En el caso de las criptodivisas, mantenemos el escenario de debilidad en el Ether y Bitcoin. Mientras no se superen 1.890 (el nivel de control ha caído sustancialmente desde los 2.109 dólares de la semana pasada) y 47.933 dólares, respectivamente, debemos esperar que éste sea el escenario principal.
¡Buena semana y buenas inversiones!