Los dos valores que protagonizaban nuestra sección el pasado lunes, Tesla y Nikola, han continuado teniendo trayectorias divergentes esta última semana. Tesla ha subido casi un 2% en las últimas cinco sesiones, comportándose mejor que el Nasdaq, mientras que Nikola no se ha librado, una semana más, de los descensos, que en esta ocasión han sido superiores al 6% en el conjunto de la semana.
Pero tal vez lo más llamativo estos últimos días haya sido el contraste entre el mediocre comportamiento semanal de las grandes tecnológicas (el Nasdaq ha caído un 0,7% en la semana, con fuerte descenso de Facebook) y la locura bursátil desatada en torno a dos compañías tecnológicas, Doordash y Airbnb, que han salido a Bolsa respectivamente el miércoles y el jueves pasados.
Doordash, que debutó en Bolsa el miércoles, es una plataforma de envío a domicilio que en pocos años ha logrado el liderazgo del sector en EE.UU., con una cuota de mercado del 50%, superando de lejos a Uber Eats. Airbnb, más conocida en España, se estrenó en Bolsa el jueves y es una plataforma de alquiler de pisos vacacionales que ha sabido innovar en el sector de alojamiento turístico, compitiendo exitosamente con los hoteles bajo el lema “crear un mundo donde cualquiera pueda pertenecer a cualquier lugar” (“create a world where anyone can belong anywhere”).
En cierto modo, el momento de la salida a Bolsa es muy distinto para ambas compañías. Airbnb sale a Bolsa en medio de la crisis que está viviendo el turismo en todo el mundo, debido a las restricciones en la movilidad. Doordash sin embargo sale en un gran momento para el sector de envíos a domicilio, dados los hábitos de pedido a domicilio creados durante los confinamientos.
A pesar de esa diferencia, el éxito bursátil ha sido igual de llamativo para ambas compañías, e incluso un poco superior para Airbnb.
Doordash se revalorizó un 83,5% el miércoles, en su primer día de cotización, cerrando a 187,2 dólares por acción. Como se ve en el Gráfico adjunto el valor ha cedido algo en las sesiones del jueves y del viernes, cerrando a 175 dólares el viernes. Pero el valor bursátil de la compañía a cierre del viernes es de 55.590 millones de dólares, lo que no está nada mal para una empresa que a pesar de haber duplicado su facturación ha perdido cerca de 150 millones de dólares en los nueve primeros meses del año.
Airbnb ha ido incluso mejor. El precio de sus acciones más que dobló el jueves, en su primer día de cotización, situándose al cierre en 144,7 dólares. Pese a haber recortado el viernes un 3,7%, a cierre de la sesión tenía una capitalización bursátil de casi 83.000 millones de dólares, un valor muy superior al de cualquier cadena hotelera del mundo. De enero a septiembre Airbnb ha perdido cerca de 700 millones de dólares, si bien en verano su facturación cayó solo un 18%, mucho menos que la del sector hotelero.
Sin duda, los inversores están valorando en ambas compañías su capacidad de innovación y su crecimiento futuro gracias a la disrupción que han sido capaces de provocar en sus respectivos sectores y gracias a su buena gestión.
Sin embargo, revalorizaciones tan espectaculares en empresas que aún no ganan dinero nos obligan necesariamente a preguntarnos si no estamos ante otro episodio de burbuja o al menos de sobre valoración, al calor del océano de liquidez inyectado por los Bancos Centrales.
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