Las dos últimas semanas hemos dedicado nuestra sección a las tecnológicas, analizando cómo tras las euforias, tal vez excesivas, del pasado agosto, habían entrado en una fase de dudas, más lateral, con idas y venidas, y con comportamientos dispares entre los diferentes valores, pero básicamente en un tono más de consolidación que de subida.
No íbamos descaminados en esos comentarios al decir, como lo hacíamos el pasado lunes que "aun siendo unos firmes convencidos del enorme valor que las tecnológicas van a seguir dando a medio plazo, preferíamos esperar a los resultados" que se iban publicar para ir tomando posiciones. Pues bien, esos resultados se han publicado en los "cinco grandes" (Apple, Amazon, Microsoft, Alphabet y Facebook) la semana pasada, y no han sido malos, pero el mercado los ha recibido con caídas, salvo en el caso de Alphabet/Google.
El mal tono de las grandes tecnológicas ha sido en parte causante del aumento de la volatilidad en las Bolsas, reflejado en la fuerte subida del VIX (índice de volatilidad del S&P) que se volvió a situar por encima de 40 en varios momentos de la semana pasada.
Tal y como se ve en Gráfico adjunto, en las dos grandes crisis vividas por las Bolsas en lo que va de siglo, la de 2008 y la de marzo de este año 2020, el VIX se disparó hasta niveles de 80, pero, fuera de esos dos episodios extraordinarios, el VIX solo ha alcanzado niveles de 40 puntos en casos como el referéndum del Brexit en junio de 2016, o la crisis del euro y del techo de deuda en EEUU en verano 2011, o la devaluación del yuan chino en agosto e 2015, o los dos "mini-crash" de las Bolsas en febrero y diciembre de 2018.
En esas situaciones previas, el VIX siempre ha vuelto a la calma después de la tempestad, de forma que, a lo largo de esta última década, tal y como se ve en el gráfico, han convivido largos periodos de muy baja volatilidad, cercana a los 10 puntos, con "picos" breves pero muy intensos de elevadísima volatilidad.
Nadie sabe si en esta ocasión el VIX va a optar por volver a calmarse, como en esas situaciones previas, o más bien por ir a niveles superiores, como lo hizo tras la quiebra de Lehman o tras la declaración de la "pandemia global" por la OMS el pasado marzo. Es difícil dar una opinión fundada, y menos aún con las elecciones americanas este martes, en las que el gran peligro es que haya un resultado poco claro que genere altos niveles de incertidumbre y volatilidad.
Aún a riesgo de equivocarnos, pensaríamos más bien que en esta ocasión lo normal es que el VIX no se dispare muy por encima de 40 puntos. Pero, dicho eso, lo que sí es muy probable es que la elevada volatilidad, es decir el VIX en niveles cercanos a 40 puntos, se prolongue un poco más en el tiempo, no desapareciendo tan rápidamente como lo ha hecho en ocasiones anteriores.