Todos queremos que llegue a 150, 200 y 1000. Que llegue, y cuándo llegue, es otra cosa y es algo que ninguno sabemos, aunque nos podamos hacer nuestras cábalas, nuestros cálculos y operar en base a ello. Claro que la gente tiene derecho a decir Sousa trilero y lo que quiera. A lo que me refiero es que si vuelve a pasar lo de 2020, que la acción llega a 150, más o lo que sea, y luego volviera a caer a 50 o hasta donde sea, por muy trilero que sea Sousa, que lo es, el que no haya vendido a nada y haya perdido la oportunidad de materializar unas buenas plusvalías, que sea consciente de que la responsabilidad suya y no del trilero de Sousa. Eso mismo ya me pasó a mi en octubre de 2020, cuando en la operativa que tenía marcada era vender la mitad de mi posición si superaba los 130 y dejar correr el resto. Me cegué con la euforia generalizada, no vendí nada “voy a por un poco más que esto se va a 150 o más” y ahí sigo hasta ahora. Y esto le pasó a muchos, muchos que llevaban años y años y por fin podían salirse sin pérdidas, incluso con ganancias, y otros tanto que entraron después mucho más arriba y después vieron como una posición positiva se convirtió en negativa, o muy negativa. ¿Qué va a pasar y qué hará el que esté invertido? No lo sé. Conforme vaya subiendo muchos venderán, algunos de esos volverán a recomprar si hay recortes y también estarán los que dicen que se quedarán hasta el final. Pero, ¿cuál es el final, si llega a los 1000, si se va al carajo la empresa, estar toda la vida en la empresa a ver si algún día suena la flauta? Sea lo que sea, si algún día llega una OPA acordada por la dirección, ese será el final, sea a 1000 o sea a 80.