Las empresas no necesitan producir más (aumentar oferta), porque la demanda se está contrayendo.
Sí necesitan reducir costes, para aguantar la tormenta. Y no sólo por despido de personal propio, sino renegociando con suministradores, incluso sustituyéndolos. Aunque esto es una espiral perniciosa porque es una cadena donde todos bajan precios y nos lleva a la deflación. 8-(
Una solución es intervenir la economía: "blindar" el empleo, disparar el SMI, congelar/revisar hipotecas, forzar quitas... Pero necesitaríamos algo más poderoso que el estado de alarma para imponerlo. Y seguramente algo de "manivela" de imprimir billetes, pero ya no la tenemos (incluso teniéndola, a la vuelta de la esquina aparecería la hiperinflación). 8-(
Me parece más natural diversificar la actividad productiva. Cuando se dice que las empresas reduzcan personal, es que pueden intentarlo. Ellas saben dónde "adelgazar"; pero si no lo hacían durante las vacas gordas, es porque saben que no es tan sencillo como parece, porque tienen que ajustar procesos, re-definir estrategias, etc.
El sector público, además de "adelgazar" (que también sabe dónde y también sabe el esfuerzo asociado), debería privatizar: devolver a la actividad privada algunos servicios no esenciales, para generar actividad económica. Si quito la escuela de judo, puede que se animen a abrir algunos gimnasios.
La clave está en que ese capital humano saliente sigue siendo válido para otra empresa que intenta crecer. Estaríamos hablando de reciclado del empleo, no destrucción. En los buenos tiempos, las empresas te hacían firmar compromisos anti-traición, de manera que, al salir, durante varios años después no podías trabajar en otra del mismo gremio.
Pero si estamos resignados a que la gente no vale para otra cosa, y hay que dejarla "encadenada" a su silla hasta los 67, tenemos un problema. Entonces mejor pasamos al socialismo de subsistencia.