Es la que cobra la gestora individualmente a cada partícipe en el momento en que se deshace la inversión en el fondo, tanto por reembolso como por traspaso, por lo que es una comisión explícita. Se calcula como porcentaje del capital reembolsado. No puede superar el 5% del valor liquidativo de las participaciones reembolsadas. Debe consultarse en el folleto la posibilidad de que se apliquen distintas comisiones en función de la permanencia u otros parámetros. En los fondos garantizados suelen cargarse elevadas comisiones para los reembolsos que no se realizan en la fecha de vencimiento de la garantía.
También se le puede llamar comisión de salida, está diseñada para disuadir a los inversores de hacer retiros de un fondo o de una renta, aunque muchas veces las tasas de back-end de carga no se aplicarán, si un inversionista tiene una inversión para un determinado número de años. La comisión de embolso puede ser un incentivo de ventas para una inversión, ya que muchos inversores se niegan a pagar los honorarios por adelantado, pero no están tan preocupados por las tasas pagadas al final de la inversión.