Tras la decepción de 2018, reunimos los factores que nos hacen pensar que 2019 podría ser un año más favorable.
2018 ha sido un año decepcionante para la mayoría de los inversores. Casi todos los mercados han perdido valor este año, bajo la presión de las subidas de tipos de interés,los acontecimientos políticos (como el Brexit) y el conflicto comercial entre EE.UU. y China. Es fácil verse afectado por el pesimismo que afecta a los mercados actualmente, y sería iluso obviar que es probable que haya más noticias negativas en 2019. No obstante, en Schroders creemos hay signos de que la rentabilidad del mercado puede ser más positiva en 2019 y los hemos resumido en 5 puntos:
- Nuestros economistas prevén una ralentización gradual en el crecimiento estadounidense en 2019 y 2020. Lo importante de esta frase es la palabra “gradual”: no creemos que haya una recesión en 2019 (aunque no es algo inconcebible en 2020), ya que muchas de las fuerzas que han dado lugar a un año excelente en EE.UU. continúan estando presentes en 2019. No obstante, la ralentización significa que se divisa el fin de las subidas de tipos de interés. Si estamos en lo cierto, los tipos de interés no subirán más del 3%, y esto sería una subida moderada en comparación con el pasado.
- Nuestros gestores de renta variable señalan que una inflación ligeramente más alta el próximo año ayudará a aquellas empresas que tienen sólidas posiciones en el mercado y cuentan con capacidad para subir los precios. También observan valoraciones atractivas para muchas empresas. Incluso en Europa y el Reino Unido, donde el crecimiento ha sido decepcionante, la rentabilidad de los ingresos por dividendos por sí sola parece más atractiva en comparación con el efectivo o los bonos que en períodos anteriores).
- El crecimiento más débil en EE.UU. también es probable que provoque que el dólar estadounidense pierda terreno frente a otras divisas. Esto es una buena noticia para los mercados emergentes, y no nos sorprendería que en 2019 se recuperasen. Nuestro equipo de inversiones multiactivo describe su valoración como “provocativamente baja”.
- A pesar de las dificultades que se divisan en el ámbito de la renta fija, donde los bancos centrales, que han sido grandes compradores de bonos gubernamentales, están abandonando esta postura, los bonos corporativos se han abaratado en los últimos meses y, si realmente se produce una ralentización limitada en EE.UU. el próximo año, se verán respaldados por unos sólidos fundamentales.
- 2018 ha sido el año en que la sostenibilidad de los modelos de negocio a largo plazo ha comenzado a influir en cómo los mercados valoran a las empresas. Hemos observado cómo las críticas sobre algunas prácticas de grandes empresas tecnológicas han dado lugar a caídas en sus cotizaciones; han aumentado los daños físicos causados por el cambio climático y la desigualdad intergeneracional ha provocado cierta inestabilidad política en Europa. Ya no hay marcha atrás: en nuestra toma de decisiones de inversión, la sostenibilidad cada vez cobra mayor importancia.
Es innegable que en los próximos 10 años los mercados estarán marcados por moderadas previsiones de rentabilidad, debido a la existencia de unas tasas de crecimiento más bajas que en el pasado y el bajo nivel de los rendimientos de los bonos. 2019 no será una excepción. Se ajustará a ese patrón, pero con la probabilidad de una rentabilidad positiva. Eso sí, los inversores tendrán que trabajar duro (tanto a través de la asignación de activos como de la selección de valores) para batir la baja rentabilidad del mercado general.
Estamos a principios de año, queda mucho por hacer y el camino no será fácil pero creemos que, teniendo en cuenta lo anterior, 2019 debería ser un año más positivo que 2018.
Las opiniones expresadas anteriormente incluyen previsiones que no deben tomarse como referencia, no están garantizadas y solo son representativas en la fecha de publicación. Nuestras previsiones se basan en nuestras propias hipótesis, que pueden cambiar. Las previsiones e hipótesis pueden verse afectadas por factores económicos externos u otros factores, por lo que no deben entenderse como asesoramiento ni como recomendación para comprar y/o vender.
El valor de las inversiones y las rentas que generan pueden subir al igual que bajar, y los inversores podrían no recuperar el capital invertido inicialmente.